Gaur, medio siglo después
La capitalidad cultural europea de San Sebastián arranca con una exposición sobre el grupo creado por Chillida, Oteiza, Basterretxea, Sistiaga y otros
El amarillento recorte de la prensa donostiarra de aquel 29 de abril de 1966 decía así: “El grupo pretende tomar contacto de una manera mucho más integral de lo que se venía haciendo hasta ahora con nuestro pueblo, con sus inquietudes y necesidades”.
Hoy puede parecer banal, pero el mero hecho de unir aquellas dos palabras —“nuestro pueblo”— a otras dos —“sus inquietudes”— en un manifiesto artístico parido en el esplendor del franquismo, no dejaba de tener su dosis de aventura. Fue la aventura del grupo Gaur (Hoy), convergencia de sensibilidades artísticas en el tiempo más que grupo plástico-teórico cerrado como tal, y que hace ahora medio siglo quiso plantar en el grisáceo panorama del arte vasco y español, víctima de un aislamiento cultural que solo los rompetechos del régimen no querían ver, una cuña de modernidad… y de reivindicación.
El Museo de San Telmo de San Sebastián acoge desde hoy la primera gran exposición celebrada en 50 años en torno a aquellos artistas vascos que tuvieron su cuartel general en la donostiarra Galería Barandiarán, un puro reducto de modernidad en tiempos así. Gaur Konstelazioak 1966-2016 (Constelaciones de Gaur) —primer gran acontecimiento de la capitalidad cultural europea San Sebastián 2016 que esta misma noche arrancará de forma oficial— presenta un valioso conjunto de cerca de 70 obras entre pinturas, esculturas, películas y obra gráfica. Es el legado, medio siglo después, de los Chillida, Oteiza, Basterretxea, Ruiz Balerdi, Arias, Mendiburu, Zumeta y Sistiaga. Todos ellos (José Antonio Sistiaga y José Luis Zumeta son los últimos supervivientes) encontraron refugio en el carácter altruista y adelantado a su tiempo del galerista Dionisio Barandiarán, una rara avis en aquel tiempo.
Mientras Franco y Carmen Polo pasaban sus apacibles días estivales en el Palacio de Ayete, el yate Azor, la plaza de toros del Chofre y las carreras de caballos de Lasarte —y mientras la mujer del dictador recorría con buen ánimo las joyerías del centro donostiarra, medio dejando ver y medio exigiendo que se le entregaran gratis et amore las mejores piezas- la galería Barandiaran ejercía de tímido templo de la vanguardia en una ciudad terriblemente conservadora como la San Sebastián de aquel tiempo. El grupo Gaur apenas duró dos años. Las circunstancias políticas del momento y, ante todo, las enormes diferencias de sensibilidad creativa y de planteamiento teórico de sus integrantes acabaron con la aventura.
Quedan las obras de aquellos artistas, decisivos algunos de ellos en el amanecer a la modernidad de un nuevo arte vasco —de un nuevo arte español— del que apenas sabía el mundo. Desde el informalismo abstracto al racionalismo pasando por el expresionismo, el constructivismo, la figuración expresionista y el arte pop tiñen los volúmenes y las telas de estos artistas, centrados desde distintos niveles en la persecución de unas señas de identidad basadas por igual en el imaginario mítico y lo rabiosamente contemporáneo, todo ello resumido en la Cosmogonía Vasca de un Néstor Basterretxea. La exposición se completa con un segundo segmento, bajo el título de Kairós, en el que un grupo de artistas de generaciones posteriores a Gaur dan cuenta de cómo asumieron y siguen asumiendo algunos de aquellos postulados.
Medio siglo
Es extraño y bien injusto históricamente que haya habido que esperar medio siglo para que la herencia plástica y teórica de Gaur quedara enmarcada en forma de exposición. Exposición de la que, por cierto, no existe catálogo. Sin duda habría sido algo enormemente valioso a nivel documental. Solo en una ocasión, 2004 en el museo Artium de Vitoria, Fernando Golvano, comisario también de la muestra de San Telmo, dedicó sus esfuerzos a reivindicar la herencia de Gaur. También resulta extraño o al menos paradójico pensar que una de las extensiones de esta extraordinaria exposición se producirá el próximo 12 de marzo… en Chillida-Leku.
El museo al aire libre de Eduardo Chillida en la finca de Zabalaga, en Hernani, sigue cerrado desde 2011 por desacuerdo entre la familia del artista, el Gobierno Vasco y la Diputación de Gipuzkoa acerca de la gestión y la viabilidad económica del museo, sin lugar a dudas el más importante en proyección nacional e internacional de cuantos existen en Donostia. Los gestores de la capitalidad cultural de 2016 han logrado que, al menos, Chillida-Leku se convierta por espacio de un día en antena de la exposición de San Telmo.
San Sebastián 2016: la hora de la verdad
Un acto institucional en el Teatro Victoria Eugenia y un espectáculo de luz y sonido (Puente de la convivencia) en el río Urumea a cargo del exmiembro de la Fura dels Baus Hänsel Cereza abrirán hoy oficialmente la capitalidad cultural europea de Donostia-San Sebastián 2016.
- El espectáculo, de 30 minutos, cuenta con un presupuesto de 660.000 euros. Se calculá que asistirán unas 50.000 personas.
- Diversas exposiciones, instalaciones, debates y conciertos ya marcaron ayer y anteayer el arranque oficioso de la capitalidad
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