México sale al rescate del Ateneo Español republicano
La Secretaría de Educación evitará el colapso financiero con ayudas al emblema del exilio. El Gobierno español no se ha dirigido a la institución para buscar soluciones
La historia se repite. En la hora crítica, el exilio español ha vuelto a encontrar en México su salvación. El Gobierno de Enrique Peña Nieto ha decidido rescatar del colapso financiero al Ateneo Español, la emblemática institución cultural fundada por exiliados como León Felipe, Luis Buñuel o Rodolfo Halffter. La ayuda procederá inicialmente de la Secretaría de Educación y vendrá acompañada de la incorporación de una autoridad mexicana en el patronato de la entidad. “Vamos a garantizar que esta gran casa siga adelante”, afirmó a este periódico el director de Asuntos Internacionales de Conaculta, José Luis Martínez Hernández.
México ha dado el paso adelante. La promesa, si se cumple, libra de un humillante y doloroso final a una entidad nacida de la derrota republicana, pero que, lejos de cualquier amargura, ha sido durante décadas reflejo de la efervescencia intelectual del exilio. Y también de su fusión con un país que, en los días de sangre y fuego, recibió a los perdedores con los brazos abiertos.
La decidida apuesta del presidente Lázaro Cárdenas atrajo a México a decenas de miles refugiados españoles. Bajo el empuje de este éxodo, sabiamente absorbido por la tierra de acogida, germinaron instituciones de referencia como el Colegio de México, la editorial Fondo de Cultura Económica y el propio Ateneo Español.
Ideado por el poeta León Felipe en julio de 1940 y formalmente constituido en 1949, el Ateneo evitó desde sus albores el ensimismamiento y, bajo el régimen de “tribuna libre y puerta abierta”, supo congregar a lo más granado de la intelectualidad mexicana. Figuras como Alfonso Reyes, Daniel Cosío Villegas y Octavio Paz participaron en su intensa vida cultural y le dieron un empuje que ha llegado hasta nuestros días. Su biblioteca, de 21.500 ejemplares, es un centro de referencia mundial para el estudio del éxodo republicano. Y en sus salas, cedidas por la UNED, las conferencias y presentaciones son constantes.
Sin noticias de España
Ninguna institución española, de momento, ha contactado oficialmente con el Ateneo. La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo es la entidad competente, si bien el Ministerio de Cultura también aporta algunas ayudas. “Nuestro deseo es que más entidades y socios nos apoyen, destacó ayer la presidenta del Ateneo, Carmen Tagüeña.
Pero detrás de esta actividad, late un problema terminal. El Ateneo, extremadamente debilitado por la reducción de ayudas oficiales y el ocaso de sus socios, vive al borde del abismo. El dinero que recibe de los diferentes organismos españoles no cubre sus necesidades y su supervivencia sólo está asegurada hasta enero. Ante este hundimiento financiero, que pone en riesgo la gestión de su valiosísima biblioteca, la entidad lanzó esta semana una petición de ayuda. Pensadores y artistas mexicanos respondieron al unísono exigiendo públicamente una intervención inmediata de las autoridades. “México tiene que apoyar a esta institución benemérita”, declaró el historiador Enrique Krauze. “La influencia del exilio republicano fue inmensa, del cine de Luis Buñuel a la arquitectura de Félix Candela, pasando por la poesía de Luis Cernuda”, afirmó el escritor Juan Villoro.
Decisión para actuar
La reacción oficial no tardó en llegar. Aunque de momento, sólo del lado mexicano. “Nos sorprendió saber de esta situación, y nada más conocerla decidimos actuar. Para nosotros el Ateneo es una referencia y una muestra viva de la continuación del diálogo con la cultura española”, explicó el representante de Conaculta.
La cuantía de la ayuda aún no se ha determinado. La Secretaría de Educación, dirigida por Aurelio Nuño, y de la que aún depende el área de cultura, ha convocado una reunión este martes con la presidenta del Ateneo, Carmen Tagüeña, para perfilar el apoyo. La idea es que este acuerdo cristalice en la entrada de un representante del Estado mexicano en el patronato, al que ahora pertenecen el embajador de España, el presidente del Colegio de México y un grupo de notables del exilio.
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