El fraude del ‘taquillazo’ simulaba pases y se inventaba espectadores
Los responsables de una sala dijeron a Cultura que habían asistido 62 personas a una sesión de ‘Los muertos no se tocan, nene’. La realidad: fue suspendida por falta de público
El fraude del taquillazo acredita que numerosos cines españoles llevan años simulando pases de películas (ni siquiera las exhiben) y falseando al alza la cifra de espectadores para sacar tajada de las millonarias subvenciones que ofrece el Gobierno al cine español. Así lo refleja una de las querellas que ha interpuesto la Fiscalía de Madrid contra una de las compañías (Séptimo Arte Exhibición, S. L.) que están siendo investigadas judicialmente por delitos de falsedad y fraude en las subvenciones. Aún no hay una prueba pericial que permita cifrar el volumen total del fraude, aunque fuentes judiciales calculan que debe de ser "muy elevado" porque esta práctica (falsear taquillas y recaudaciones de cines) es antigua y el resultado de trampear los requisitos que establece la ley que regula las ayudas al cine español.
Las pesquisas que desarrollan cuatro juzgados de Madrid se remontan a filmes estrenados en 2010, y de ahí en adelante. En un principio, los jueces están investigando solo 12 de las 38 películas en las que observó graves "irregularidades" el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales (ICAA), dependiente del Ministerio de Cultura y supervisor de las subvenciones al cine. El Gobierno otorga subvenciones que pueden alcanzar los 1,5 millones si la película que solicita ayuda cumple una serie de requisitos y es vista por un mínimo de 60.000 espectadores y 30.000 si el filme es en lengua no castellana.
Los jueces están investigando solo 12 de las 38 películas en las que observó graves "irregularidades" el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales
Según las diligencias judiciales, a las que ha tenido acceso EL PAÍS, la firma Séptimo Arte Exhibición, S. A., proyectó durante el año 2012 las películas De Mayor quiero ser soldado, Los muertos no se tocan, nene, y Mr. Nice. "Los datos aportados por las salas al Gobierno pueden resultar falsos", asevera el fiscal en su querella contra Séptimo Arte. Llama el fiscal la atención sobre el hecho de que fueron las salas de esta compañía en la que más se vio la película De Mayor quiero ser un soldado. Y, en concreto, en sus cines de Mirasierra y Pequeño Cine, ambos en Madrid. En las seis visitas que giraron a estas salas los inspectores de Cultura entre julio (días 7 y 17) y agosto (10 y 29) y septiembre (10 y 26) de 2012 observaron que el número de espectadores era "infinitamente menor" que el declarado por la compañía al ICAA. El 17 de julio de 2012 se proyectó la citada película en el Cine Mirasierra. Aunque solo había cuatro espectadores, la sala comunicó que había 90. Y lo mismo sucedió otros días.
Otra película de esta compañía investigada es Los Muertos no se tocan, nene. Se estrenó el 18 de noviembre de 2012 en distintos cines de España. También se proyectó en las salas de cine Mirasierra y Pequeño Cine. Diez visitas giraron los inspectores a las salas donde debía exhibirse el filme entre julio y octubre de 2012. La anunciada sesión del 18 de julio, por ejemplo, se suspendió por falta de público. Aun así la sala certificó que habían asistido 62 espectadores a la fingida proyección. En uno de los casos, el inspector de Cultura anota: "En esta sala solo hay una persona, el inspector que suscribe". Sobre la cinta de Mr. Nice, estrenada el 20 de julio de 2012, también recaen indicios de que se falseó su cifra de asistentes y recaudación para hacer creer a Cultura que había sobrepasado los 60.000 espectadores.
Las salas están obligadas a facilitar datos certeros al ICAA sobre recaudación y espectadores. La ley permite hacerlo vía informática. Es decir, se anotan los datos esenciales (sesión, hora, sala y precio) y se notifica por internet a una suerte de buzón, y este lo remite al ICAA. Entiende el fiscal que incluir datos mendaces en ficheros constituye igual falsedad que si se hiciera a mano. Y es que también cabe transmitir los datos de forma manual mediante declaraciones semanales. El fiscal considera que la "finalidad" de estos engaños es servir de cobertura para la concesión de subvenciones que el ICAA concede al mundo del cine" (este año, 60 millones). El fiscal sostiene (y ya hay más imputados) que hay connivencias entre las salas y los productores, que son los beneficiarios de las subvenciones.
"Solo había un espectador en la sala... y era yo"
El 10 de septiembre de 2012 se proyectó en la sala de cines Paraíso Mirasierra, de Madrid, la película De Mayor quiero ser soldado. El inspector de Cultura que acudió a la sala anotó que estaba vacía. Rellenó en su estadillo todos los datos, día, hora y filme, e indicó: "En esta sala solo hay un espectador, yo, el inspector que suscribe". Una semana después comprobó que los datos remitidos al Ministerio de Cultura por parte de la sala (esto es, que había 132 espectadores) eran falsos. Y no fue el único día en que estuvo solo en el cine. "Los restantes días de visita de la inspección, pese a que en algunos casos estuvo solo el inspector, la sala declaró la asistencia de muchas más personas", según el fiscal. En la película Los muertos no se tocan, nene, y en estos mismos cines, el inspector compartió el visionado del filme, por ejemplo el día 19 de julio de 2012, "con un único espectador". Aun así la sala comunicó que había 50 personas.
La subvenciones contienen una ayuda de carácter general basada en una fórmula matemática que barema el número de espectadores y que puede alcanzar los 400.000 euros. Y luego hay otra ayuda complementaria que se calcula en función de si el filme ha participado en festivales o actos de animación. Por cada punto tiene derecho a 10.000 euros. Pero el núcleo importante radica en los espectadores. Se otorga un punto por cada 45.000 euros de inversión, si bien, para la ayuda, son necesarios un mínimo de 60.000 espectadores, o 30.000 si la película es en lengua no castellana. Por la ayuda complementaria, el máximo de subvención es de 1,2 millones. Y por esta y la general, hasta 1,5 millones.
investigacion@elpais.es
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