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DE FRENTE | Juan Marsé

“El pasado histórico inventado en Cataluña es pura filfa”

Parece más joven. Pero dice que eso se debe a que es el timo de la estampita. Mantiene el látigo de su disciplina literaria y también el látigo contra la corrupción del poder

Juan Cruz

Lo encuentro muy bien. Soy el timo de la estampita. ¡Tengo 82 tacos!

Y ha terminado otra novela, Esa puta tan distinguida. ¿De dónde le viene la energía de escribir? No lo sé. Se habla de vocación, de un gusto por fantasear. Desde jovencito contaba mentiras. Capote decía: “Dios me ha dado el don de imaginar, el talento de escribir y un látigo para estimularlo”.

¿Cuál es su látigo? La disciplina. Si no la tienes no vas a ningún lado…

¿Para qué le ha servido escribir? De joyero probablemente habría ganado más. Yo mismo me otorgaba un futuro muy bueno como creador de joyas originales. No estoy descontento con lo que he ganado con la literatura, pero no hay que echar las campanas al vuelo. Ahora he llegado a la conclusión de que no sabría hacer otra cosa.

Ha recuperado usted una sonrisa que no le recuerdo desde hace años… Es casi milagroso: me han pasado bastantes cosas que tienen que ver con la salud… Estoy conformado conmigo mismo. Conozco mis limitaciones, pero estoy moderadamente satisfecho. Suelo decir que cuando entrego un libro a mi agente (desgraciadamente este fue el último que entregué a Carmen Balcells) sé que no me voy a avergonzar de él. Para mi es suficiente.

¿Qué significa para usted la ausencia de Carmen? Muchísimo. Era una especie de segunda madre. Y la primera vez que la vi estaba con mi madre. ¡Las dos creían en una especie de brujería! Mi madre le contó cómo me habían adoptado. Y yo le dije que mi madre tendía a ser peliculera. La Balcells me dijo, muy seria: “No desmientas nunca a tu madre: ella sabe perfectamente de dónde vienes”.

Esa puta tan distinguida de su último título es la memoria. ¿Qué fogonazos desprende? Un escritor sin memoria no es nada. Lo que llamamos ficción tiene detrás algún hecho real. Y ese hecho corresponde a tu memoria. Esta la escenografía en la que he vivido, aunque los personajes sean inventados. Y luego está la memoria colectiva: lo que han hecho con nuestra memoria los políticos, esa gente incompetente y corrupta que nos rodea.

¿Qué han hecho? Seguir sus intereses. La dictadura hizo lo que hizo. Y ahora estos están haciendo también lo que quieren. No me creo que estemos informados de las cosas que pasan. Eso afecta a la memoria: nos han incrustado recuerdos falsos. Pasa ahora con el delirio identitario de Cataluña. Están creando imágenes de un pasado histórico que en un porcentaje bastante elevado es pura filfa, es inventado. Están creando un pasado de fantasía en un país de fantasía. A la gente le emociona y le gusta mucho como una película de Disney.

¿Cuál es el porvenir de esa película? Desde el punto de vista político no sabría decirte; no sé lo que puede pasar, pero no me gusta nada. A veces es para troncharse de la risa con lo que hace y dice la clase política, si no fuera porque es muy triste y a veces da miedo. Es increíble. Una panda de incompetentes, cuando no corruptos.

¿Qué queda de respetable? ¡Diablos, es que no veo a ningún responsable político al que crea que valga la pena escuchar!... Mira lo que tengo escrito por aquí: “¿Por qué debo creer que en una Cataluña independiente viviríamos mejor? ¿Qué razones tengo para creer que los dirigentes que nos van a gobernar en una Cataluña independiente y soberana, por el hecho de ser catalanes, van a ser más competentes y menos obtusos, incultos y estúpidos que los políticos que nos roban y nos engañan desde Madrid?”. Esas notas escribo a veces, esos gustazos me doy.

¿Ve? Está más joven. ¡Que soy el timo de la estampita!

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