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Tribuna
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Misión rescate vs Gravity

La última aventura espacial de Ridley Scott difiere en intención y emoción de la de Alfonso Cuarón, una película sin duda mexicana

Matt Damon en 'Misión rescate'.
Matt Damon en 'Misión rescate'.A. Monaghan (AP)

En el debate abierto entre quienes consideran Gravity una superproducción de Hollywood más y quienes defienden que se trata de una película mexicana por su elenco artístico y técnico, empezando por su director, Alfonso Cuarón, merece la pena fijarse en Misión rescate, el último filme de Ridley Scott, estrenado este fin de semana en México. Las dos cuentan la aventura de sendos astronautas perdidos en la silenciosa, oscura y solitaria inmensidad del espacio exterior y su feliz regreso a casa, pero las dos son, como sus supervivientes, radicalmente diferentes en su punto de vista, sustancia, intención y sobre todo emoción.

Misión rescate, parece mentira que sea del mismo autor que Alien o Blade Runner, son dos horas y media de vaciedad espacial y de exhibición del complejo tecnológico-militar estadounidense para expresar dos ideas bien simples: el valor del conocimiento científico para hallar respuestas a los desafíos de la humanidad y sobre todo el mensaje, como el lema de los marines, de que Estados Unidos no deja a nadie atrás.

Tras una pavorosa tormenta, Matt Damon es dado por muerto por su compañeros de tripulación y abandonado a su suerte en Marte. Allí, contra toda probabilidad de subsistencia, Damon resiste gracias a su mentalidad científica y sentido práctico. No sólo resiste, casi disfruta de su soledad, salvo acaso por la pequeña molestia de la música disco dejada por uno de sus compañeros, hasta lograr un bienestar fuera del alcance de la mitad de la población mexicana.

Matt Damon regresa a casa con algunos kilos menos; Bullock cruza una frontera sideral

La película está diseñada para un público de los 9 a los 99 años, reparte con eficaz corrección política los roles de las minorías -un alto responsable de la NASA y un joven científico de talento excepcional son negros; un chistoso y sentimental astronauta es hispano y se apellida Martínez-, aunque el final feliz esta destinado a la pareja Wasp y cuando se encienden las luces deja al espectador gringo con una suave sensación de confort patriótico. En un filme así no podía faltar la inevitable CNN contándonos cómo el mundo sigue la peripecia del héroe americano, un anacronismo inexplicable en la era de la colonización humana de Marte.

Nada que ver con la angustiosa soledad de esa madre que interpreta Sandra Bullock en Gravity, de esa mujer inteligente y valiente que se quiebra, sufre y se desespera -cómo olvidar sus aullidos y sus lágrimas en el estrecho receptáculo de su nave-, que se sobrepone a las dificultades técnicas pero sobre todo a las anímicas y que finalmente, gracias a su coraje individual, se rescata a sí misma renaciendo como una Venus que sale de aguas turbias tras un largo y penoso viaje astral y personal.

Matt Damon regresa a casa con algunos kilos menos y alguna cana de más. Sandra Bullock, profundamente transformada, alcanza la orilla de una Tierra desconocida y hostil. Damon es un turista en un mal viaje espacial, Bullock cruza una frontera sideral. Sin duda, Gravity es una película mexicana.

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