Elogio del superhéroe inseguro
Englehart y Busiek, mitos del cómic estadounidense invitados a la Comic-Con de Gijón, explican cómo retratar a Batman o Thor
Ningún superpoder puede con la inseguridad. Por extraordinarias que sean sus habilidades, un héroe siempre sentirá miedo al fracaso, sufrirá, temerá. Como el común de los mortales. Porque precisamente ahí está la clave para construir una buena historia con personajes excepcionales. “Todos miran al disfraz, pero se trata de centrarse en la persona detrás de él”, asevera Steve Englehart, décadas y décadas escribiendo las tramas que viven héroes como Capitán América, Batman y Los Vengadores. A su lado, otra leyenda del cómic estadounidense, el también guionista Kurt Busiek, asiente. Resulta que el secreto de esos seres tan lejanos es muy sencillo: son humanos, al fin y al cabo.
“Si escribo de Thor me meto en sus zapatos, me pregunto qué haría y por qué. Identificarse es una parte clave del proceso”, defiende Busiek, uno de los más conocidos guionistas de los Vengadores de la historia reciente de Marvel. “Si la trama te acaba gustando, siempre habrá un sufrimiento, un reto para el héroe, podría incluso perder su vida”, defiende Englehart. Ambos escritores están sentados en una esquina de la Comic-Con que se celebra estos días en Gijón, en el marco del festival Metrópoli. De vez en cuando, algún aficionado se acerca para que le firmen un tebeo. Mientras, se entretienen explicando cómo crean sus relatos.
Resulta que hay que meterse en la piel de todos y cada uno de los tipos que aparecen en las viñetas, desde el increíble Hulk hasta el indefenso transeúnte que pasaba por ahí. “Tienes que ser un montón de gente a la vez”, lo resume Englehart. La regla vale incluso para las némesis. Hasta el punto de descubrir que todos están movidos por razones comprensibles, incluso cuando sus acciones tienen poco de normal. “Una cosa es que los Vengadores quieran derrotar a un villano que aspira a conquistar el mundo. Otra es que ese mismo enemigo actúe así porque busca las medicinas para su novia enferma. ¿Entonces qué harán los Vengadores?”, plantea Busiek.
“Tuve que escribir historias de los Thunderbolts [villanos redimidos de Marvel] y me dio la posibilidad de entender sus motivaciones. Hay malos que actúan en busca de respeto. Otros quieren dinero, otros todavía venganza”, agrega Busiek. Englehart añade que a lo largo de su carrera tuvo que narrar la epopeya de hasta cinco versiones distintas del superhéroe Linterna Verde. Y sin embargo, por mucho que le preguntaran para qué retratar una y otra vez al mismo personaje, el siempre creyó que se trataba de cinco individuos distintos.
Al final, todo personaje se reduce a dos preguntas, según Busiek: “¿Por qué lo hace? ¿Y qué pasa después?”. El guionista de los Vengadores estudió por ejemplo todas las anteriores apariciones en tebeos del supervillano Ultrón. Porque, en la historia que iba a escribir, el personaje tenía que haber aprendido de sus fracasos y sus experiencias previas. En el guion que elaboró se basó finalmente, al menos en parte, en la reciente película Los Vengadores. La era de Ultrón.
Eso sí, por mucho que cada héroe y villano tenga mil matices, a menudo el epílogo ya está escrito. El bueno salva el mundo, al malo solo le queda volver a intentarlo. Entonces, ¿cómo se cuenta una historia cuyo final es de sobra conocido? “Si lo haces bien, se puede imaginar que el héroe ganará pero no sabes cómo lo hará”, alega Busiek. Y Englehart añade: “Normalmente acabará triunfando, pero lo que cuenta es el viaje”.
Ambos guionistas coinciden también en su escaso miedo a la página en blanco. Las fechas límites de entrega ayudan, y mucho. Aunque Englehart tiene también otro método. Se vuelca seis o siete años en los tebeos, y luego los deja durante un tiempo. Y así una y otra vez. ¿Por qué? “Lo bueno de los cómics es que escribes continuamente historias fascinantes. Y lo malo es exactamente lo mismo. Así que el cerebro corre el riesgo de quemarse”. Todo muy humano. O de superhéroes.
Babelia
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