El cine francés, al ataque

Como aparato de promoción, Unifrance no tiene rival. Para los no iniciados, Unifrance es el organismo del Gobierno francés encargado de promocionar el cine de ese país en el extranjero. Es decir, que además de su indudable calidad, la industria gala recibe un empujón extra a la hora de promocionar sus productos. Cada película francesa estrenada, por ejemplo, en España, suele venir acompañada de sus creador y de algunos de sus protagonistas, cortesía de Unifrance, que entienden la importancia de sembrar, de crear mercado para que luego cualquiera vaya a la taquilla a pedir la entrada para “la última de la Binoche”.

Para este objetivo, desde el año pasado Unifrance organiza en Madrid Tu cita con el cine francés, un festival que celebra en las salas del cine Yelmo Ideal, y que sirve para presentar lo mejor de sus próximos estrenos para la temporada entrante. Para entender el negocio, en España en 2014 se vendieron 4,7 millones de entradas de filmes franceses, más del doble que en 2013, gracias sobre todo a dos títulos: Lucy, de Luc Besson (1,6 millones de espectadores españoles, 111 millones en todo el mundo, un éxito allá donde se ha estrenado); y la comedia Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?, de Philippe de Chauveron y con Christian Clavier (Los visitantes) de protagonista, con 500.000 entradas vendidas en España y 7,7 millones internacionalmente.

La pasada edición del certamen, también celebrado en Madrid y con proyecciones esporádicas en Sevilla y Barcelona, obtuvo 1.500 espectadores en octubre. Ahora se adelanta a primavera.

Ayer Tu cita con el cine francés arrancó con Les combattants, de Thomas Cailley, una curiosa comedia romántica de nuevo cuño, en el que los papeles parecen intercambiados: la chica —encarnada por una estrella en ciernes como Adèle Haenel— tan bella e inteligente como brusca y contundente desea ser comando especial, y su enamorado, un pusilánime, se apunta por ella al ejército.

Hoy el certamen prosigue con uno de sus mejores títulos: Lejos de los hombres, cuya proyección contará con la presencia de su director, David Oelhoffen, y de su protagonista, Viggo Mortensen. Al igual que la novela de Camus en que se basa, se desarrolla en Argelia en 1954. Mortensen encarna a un maestro, hijo de colonos españoles. En su escuela ayuda a niños y niñas árabes a leer y escribir en francés, hasta que una mañana la policía francesa le obliga a custodiar a un argelino acusado de asesinar a su primo. Ambos atravesarán las montañas del Atlas, convertidos en carne de cañón para todos los bandos enfrentados.

Esa misma noche el veteranísimo director Jean Becker presenta Unos días para recordar, otra de sus comedias destinadas al gran público y pensadas para llamar la atención sobre las desigualdades sociales.

Mañana sábado el doblete arranca con un polar con aromas a clásico, La French, que describe la lucha entre el jefe de la mafia marsellesa a mediados de los setenta y un juez. Basado en hechos reales, su director, Cédric Jiménez, ha basado su estética en clásicos estadounidenses como French connection, y en los recuerdos de su infancia en aquella ciudad. Por la noche, Edén, de Mia Hansen- Løve, una de las directoras europeas más interesantes, que ilustra el recorrido de la música electrónica francesa desde su inicio en 1992, y que lideraron grandes como Daft Punk, Dimitri from Paris y Cassius.

El fin de fiesta trae un triplete: Con todas nuestras fuerzas, de Nils Tavernier (la hija de Bertrand); la comedia No molestar, de Patrice Leconte, que contará con la presencia de su protagonista, Christian Clavier, y la proyección de la copia restaurada de Las vacaciones del señor Hulot, del maestro Jacques Tati.