Produciendo a un genio
Gerardo Herrero, productor de 'Tetro', recuerda cómo fue su trabajo con el cineasta y algunas de sus picardías
Cuando nos dijeron que Coppola estaba preparando un proyecto para rodar en Buenos Aires y que, además, quería contar con la gran Maribel Verdú, decidimos intentar coproducir su película.
No fue fácil convencer a su entorno del interés que podría tener para él coproducir con una productora española, lo conseguimos. Nos pidió a Carmen Maura. La tuvo. Necesitaba un estudio, le ofrecimos un plató en Ciudad de la Luz.
Del rodaje de Tetro tengo algunos recuerdos que me vienen a la memoria. Francis sentado en el balcón de una casa del barrio bonaerense de La Boca, esperando a que el director de fotografía terminara de iluminar el interior de la casa, concentrado, aislado del rodaje. Cuando su ayudante le dijo que estaba listo, corrigió un poco el movimiento de la cámara, susurró a sus actores Vincent Gallo y Maribel Verdú unas precisas indicaciones y empezó la acción.
Cuando fuimos a filmar a Ciudad de la Luz quedó maravillado de sus instalaciones, no daba crédito a su poca utilización. Imaginaba unos estudios donde se rodaran películas con total libertad creativa. Nos confesó que no soportaba Hollywood, que cuando se arruinó con sus estudios, había decidido vivir de otra cosa que no fuera el cine. Tiene viñedos en California, y hoteles en Italia y Buenos Aires.
Mientras cenábamos en una taberna en Alicante degustando uno de sus vinos, sostenía que hoy día un futuro cineasta, aparte de aprender literatura, historia, filosofía o arte, debería estudiar economía y finanzas.
Apasionado de las nuevas tecnologías que permitieran hacer películas de bajo presupuesto con la mayor velocidad de rodaje posible. Su sueño era poder escribir y reescribir mientras rodaba y poder modificar en el plató su propio guión. Hemos crecido con sus películas y algunos amamos el cine casi tanto como él.
Como los críticos del periódico le dedicarán los merecidos elogios a El Padrino, La conversación, Apocalypse Now o Rumble fish, me gustaría destacar cómo Francis piensa en grande. No solo en el cine —son conocidas las famosas hipotecas de sus propiedades de todo lo ganado con El Padrino para poder terminar Apocalipsis Now— en la vida. Me contó divertido la siguiente historia: él quería comprarse un avión grande, siento no recordar el modelo, pero el precio excedía sus ahorros. Y la fábrica solo accedía a rebajarle sustancialmente la cantidad si compraba dos más, eso sí, a precio normal. Así que organizó un viaje en tren con George Lucas y Steven Spielberg, les convenció de que necesitaban cambiarse de aeronave y, al llegar a la estación de Nueva York, encargaron los tres aviones. Se reía siempre al rememorar cómo ambos le recuerdan que compraron algo que no necesitaban. En fin, enhorabuena por el premio.
Gerardo Herrero es el productor de Tetro.
Babelia
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