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TEATRO

La profecía de Dürrenmatt

‘Frank V’, parábola sobre la banca, llega al Lliure con Josep Maria Mestres y Sergi Belbel

Una escena de 'Frank V' del Teatre Lliure.
Una escena de 'Frank V' del Teatre Lliure.ROS RIBAS

"Hay tres tipos de escritores: los que hablan de sí mismos, los que hablan de la sociedad, y los que hablan en ejemplos o parábolas". Eso afirmaba Friedrich Dürrenmatt, quien se incluía en el tercer grupo, ya que el dramaturgo suizo utilizaba irónicas metáforas para hablar del tiempo que le había tocado vivir. Como lo hizo en Frank V, una de sus obras fundamentales, revisada en varias ocasiones por él mismo y a la que definía como una parábola de la sociedad. En ella habla del héroe de un banco, del que es propietario la misma familia desde hace generaciones. Él y su mujer cometen todo tipo de atrocidades que ponen en evidencia las malas prácticas de la banca y el capitalismo.

Eso era en 1959, cuando la estrenó no exenta de escándalo y subtitulada como Opereta de una banca privada, tres años después de estrenar La visita de la vieja dama. Ahora, que la han llevado a escena el director Josep Maria Mestres y el dramaturgo Sergi Belbel, es más bien un certero, cruel y fiel retrato de actualidad que han puesto en pie convertido en una devastadora comedia musical sobre la banca, en versión ópera rock.

El montaje que se estrena hoy jueves (hasta el 22 de mayo) en el Teatre Lliure, de Barcelona, con un reparto en el que intervienen, entre otros, Mónica López, Eduard Farelo y Ferrán Rañé, cuenta con el grupo Obeses en la parte musical, encabezados por el cantante y guitarrista Arnau Tordera, aquí también actor y responsable de la versión de la música original de Paul Burkhard. Mestres se ha ayudado del escenógrafo Pep Duran para acercar plásticamente el espectáculo al género del music-hall, sin renunciar del todo al teatro épico.

Escrita por un suizo, es una crítica brutal al mundo de los bancos

La obra, montada en España en muy pocas ocasiones, cuenta con una recordada puesta en escena de Mario Gas para el Centro Dramático Nacional (CDN) en 1989, con Luis Escobar en su último papel teatral. Al estreno, y en contra de su costumbre, acudió Dürrenmatt. Un aplaudido montaje programado por Lluís Pasqual, por entonces director del CDN, al igual que ahora como director del Teatre Lliure. "Es una pieza llena de interés, que era inevitable recordar especialmente en estos tiempos en los que estamos rodeados de banqueros delincuentes", señala Pasqual, quien añade, entre risas, que la obra parece muy catalana: "Hay falsos muertos entre los banqueros, lo que recuerda el caso de De la Rosa".

“No hay que perder de vista que está escrita en 1959, por un suizo, y es una crítica brutal al mundo de la banca”, apostilla Mestres, quien cree que esta pieza está a mitad camino entre una comedia bufa y una tragedia que nos conmina a exorcizar a través del humor.

Por su parte, Belbel recuerda que Dürrenmatt tiene algo de brechtiano (aunque no tan didáctico) y shakespeariano, por aquello de sus potentes personajes atormentados y trastocados, "aunque es un escritor que tiene algo de isla, que no se sabe dónde catalogar", apunta de este autor al que en esta pieza, además de valiente, le considera un gran visionario. “Mi versión es muy fiel al original”. En realidad, quien no se mantuvo fiel al original fue Dürrenmatt, que retocó varias veces su obra e incluso cambio el final.

Aquí Belbel ha manejado y barajado las tres versiones oficiales para crear la suya. Todas marcadas, según Mestres, por la condición de pintor de Dürrenmatt, que también se dedicó muchos años a la filosofía y a escribir novelas policiacas: "La obra está llena de retazos expresionistas, de personajes grotescos, con algo de héroes shakespearianos, estamos ante un autor que además era muy gamberro… desde luego hay algo devastador, pero con una gran profundidad moral y muy comprometido con el ser humano; aunque en él siempre está la risa, un arma maravillosa para combatir el miedo".

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