Rafael Santa Cruz, maestro del cajón peruano

El percusionista, musicólogo y principal divulgador del cajón peruano Rafael Santa Cruz Castillo falleció la madrugada del lunes a los 53 años, debido a un paro cardiaco, horas después de haberse presentado en una feria limeña con Afroperú, uno de los dos conjuntos musicales que integraba. Conocido como el “embajador del cajón peruano”, investigó el desarrollo del instrumento de percusión en el flamenco. Era hijo del torero del mismo nombre que hizo carrera en España desde 1952, y residió algunos años en Madrid.

Santa Cruz tuvo por primera vez un cajón a los 11 años. Colaboró en los talleres musicales que la coreógrafa e investigadora Victoria Santa Cruz dictaba en América y Europa, y a los 14 años fue instrumentista de cuerdas en Socavón, uno de los discos del principal exponente de la cultura afroperuana, el decimista Nicomedes Santa Cruz, hermano de Victoria.

El músico se presentó el 25 de julio con la agrupación Perku-Étniko en la Feria del Hogar, una de las atracciones más tradicionales de las fiestas patrias en Lima. La noche del domingo presentó el espectáculo Rafael Santa Cruz y Afroperú en el mismo escenario, pero horas después se produjo su muerte.

El maestro limeño iba a participar en tres actividades en el Festival del Cante de las Minas de La Unión, en Murcia, a mediados de agosto. Lo esperaban para un concierto didáctico con su hermano, el guitarrista Octavio Santa Cruz, y al día siguiente había programado un curso de iniciación y técnicas avanzadas de cajón.

El Festival del Cante de las Minas

Tras lograr inscribir en 2009 un récord Guinness por una cajoneada, es decir, la mayor cantidad de personas tocando cajón simultáneamente en la plaza de Armas de Lima, su labor de difusión de la cultura afroperuana se hizo más conocida en los medios de comunicación. En 2009, reunió a 1.050 personas, la mayoría de ellas, niños; y el récord lo consiguió nuevamente en 2012 y 2013.

Desde 2008, Santa Cruz organizaba anualmente en la capital peruana el Festival Internacional de Cajón Peruano, que reunía a músicos nacionales y de todo el mundo con un amplio programa de conciertos, muestras de vídeos, clases maestras y conferencias en diferentes auditorios. El momento central del Festival era siempre la cajoneada, la reunión de tocadores de cajón en un espacio abierto.

En 2004 publicó el libro y CD El cajón afroperuano, uno de sus principales aportes como musicólogo. Fue calificado por el diario El Comercio como “la biblia” de ese instrumento de madera.

Santa Cruz también trabajó como actor de series y telenovelas en Lima, y llegó a protagonizar en teatro Otelo, una obra dirigida por Edgar Saba en la cual usaban cajones como parte del montaje. Trabajó con el mismo director en el Cantar de los cantares.

El embajador del cajón fue profesor de dicho instrumento en dos universidades de Lima y condujo el verano pasado un taller para niños en el distrito limeño de Miraflores, llamado Ensamble de percusión y de ritmos peruanos, impulsado por la Municipalidad. Tenía, además, un taller de confección de instrumentos llamado Santa Cruz Percusión.

Una de las primeras artistas peruanas en lamentar su muerte fue la cantante de música criolla y afroperuana Eva Ayllón, con quien trabajó: “Lamento desde el fondo de mi corazón la partida de nuestro Rafael Santa Cruz, descansa en paz amigo querido. ¡Negro bello!”, lamentó, según la agencia oficial Andina.

Sus amigos y su hermano Octavio han destacado lo incansable de su trabajo. Miles de niños tienen hoy un pequeño cajón en sus casas y escuelas después de haber participado en los encuentros que promovió. Santa Cruz condujo a sus discípulos a buscar el ritmo interior y ser portadores de la cultura y valores que forjaron hace siglos los esclavos africanos que llegaron a las haciendas de Perú.