_
_
_
_
crítica | dos vidas
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Espionaje fratricida

La Segunda Guerra Mundial tiene tantas vertientes, que cuando una película recupera alguna resulta una bendición informativa

Javier Ocaña
Juliane Köhler, en un fotograma de 'Dos vidas'.
Juliane Köhler, en un fotograma de 'Dos vidas'.

La Segunda Guerra Mundial tiene tantas vertientes, y algunas de ellas tan desconocidas para los no especialistas, que cuando una película recupera alguna, por muchos defectos que tenga, resulta una bendición informativa, social, política y humana. Si, además, los desperfectos son pocos y perdonables, y las derivaciones de la temática llegan hasta el espionaje entre las dos Alemanias en tiempos de la guerra fría, convergiendo en un apasionante conflicto moral donde sangre, familia e ideales se dan de bruces, el resultado es una obra mucho más interesante que desdeñable. Y es el caso de Dos vidas, de los alemanes Georg Maas y Judith Kaufmann.

DOS VIDAS

Dirección: Georg Maas, Judith Kaufmann.

Intérpretes: Juliane Köhler, Sven Nordin, Liv Ullmann, Rainer Bock.

Género: drama. Alemania, 2012.

Duración: 97 minutos.

Los lebensborn fueron los orfanatos del III Reich creados para los hijos de soldados alemanes y lugareñas de países invadidos, como Noruega, tratadas casi como prostitutas en los países de origen y desposeídas de sus hijos por Alemania al final de la contienda. Con esta base, y con la utilización posterior de estos críos para fines políticos, Maas y Kaufmann han compuesto una película de espionaje puro y duro que mezcla variadas épocas, no siempre con orden y concierto, y evidentes paralelismos con la sensacional La vida de los otros.

Con una efectiva textura de grano duro y bonita fotografía de colores muy contrastados para los flash-backs, los directores, sin embargo, no aciertan a ordenar su apasionante material dramático hasta un final redentor (quizá demasiado), en el que todos los hilos se unen, después de un innecesario mareo al espectador.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_