Los bailarines que huyeron de Cuba ya triunfan en Miami
Tres de los artistas huidos en Puerto Rico se integrarán en las filas del Ballet de Washington
Siete de los nueve bailarines cubanos que abandonaron las filas del Ballet Nacional de Cuba (BNC) durante una gira a Puerto Rico a principios de junio ya actuaron el pasado fin de semana en una gala con el Cuban Classical Ballet of Miami en esa ciudad de Florida. Los jóvenes artistas cubanos han sido acogidos para proseguir con su entrenamiento y vida profesional en el Hispanic Cultural Center de Miami, que dirige el también cubano Pedro Pablo Peña, desde donde continuarán en otras compañías norteamericanas; tres de ellos ya han sido admitidos en el Ballet de Washington para la siguiente temporada, uno irá al Sarasota Ballet; todos han recibido propuestas de trabajo y, por el momento, siguen en Miami, atendidos por familiares y organizaciones del exilio cubano. Ginet Fernández continúa en San Juan y Jaime Reytor se integrará esta semana al grupo desde Phoenix (Arizona).
Los bailarines cubanos Rayseel Cruz, de 25 años, Carlos Ignacio Galíndez (23), Mónica Ramos (21), Yaima Gómez (23), Lissete Santander (21), Óscar Sánchez (21) y Ariel Soto (23) fueron largamente ovacionados por el público miamense en el Miami Dade County Auditorium el pasado domingo. Ello se lo toman con calma y ya han vuelto a la rutina de clases y ensayos en la casona colonial que es sede de la compañía que los acoge. En una pausa, acceden a tener una breve conversación con EL PAÍS. Lissete Santander es taxativa: "Esta es la última entrevista que pienso hacer, estamos cansados de que se nos pregunten siempre las mismas cosas". Todos coinciden en que, como no podía ser de otro modo, la prensa de Miami y las televisiones locales han cargado las tintas en lo político y que se ha hablado poco de sus carreras artísticas, a la vez que son conscientes de la carga política implícita en su gesta, solamente comparable a la de los 10 asilados en París en 1966. Ante esta comparación, Peña aclara: "Es verdad que los tiempos son otros, pero algunos dramas para los cubanos siguen siendo los mismos".
Rayseel Cruz, que fue el primero en hacer declaraciones ya en San Juan de Puerto Rico y al llegar a Miami, apunta: "Nosotros sabemos claramente lo que pasa, no se nos puede considerar a la ligera emigrantes económicos, porque no lo somos. ¡Claro que queremos mejorar nuestra situación y la de nuestras familias! Pero una cosa, no debe tapar la otra". Óscar Sánchez lo tenía claro desde hace tiempo: "Yo tenía la seguridad de que lo iba a hacer. No se lo dije a nadie en Cuba". Entre ellos sí se habían comunicado confidencialmente sus intenciones. Uno de ellos señala: "Éramos varios más esta vez, pero como siempre pasa, no todos tomaron la decisión a tiempo".
Mónica Ramos agrega: "Me gustaría decir que a veces los medios exageran y eso nos perjudica. La verdad es que algunos de nosotros solamente podían bailar en La Habana cuando la compañía estaba de gira por el extranjero. Sentía que perdía tiempo para mi carrera y por eso lo he hecho siendo aún joven". Ariel Soto asiente en lo planteado por Mónica y concluye: "Venimos tanto por la parte económica como por la artística y personal. En el BNC hay mucha falta de profesionalidad y desidia hasta en la confección de los elencos". Mónica sentencia: "Hay mucho miedo a hablar, a contar los problemas". Galíndez recalca que "a las giras siempre van los mismos, unas giras donde te dan 50 dólares diarios y dejas de comer para llevarle algo a tu familia en Cuba".
A raíz de la huida de estos nueve bailarines, por primera vez en muchos años, Alicia Alonso ha manifestado que se trataba de "bailarines de cuerpo de baile raso", aún en etapa de formación. Los artistas reaccionan indignados ante esto: "Partamos de que tenemos un respeto por la señora Alonso, que Alicia es la fuente y el origen de todo el ballet cubano, eso es así", dice Ramos, "pero eso es injusto. Ya se ha visto que sabemos bailar". Lissete: "La reacción de Alicia Alonso esta vez ha sido así porque la noticia ha salido en todas partes y hemos bailado enseguida con éxito. Yo me pregunto si nuestra directora no se pregunta acaso por qué se quedan en las giras al extranjero sus bailarines. La admiramos pero es triste".
La gala de ballet se repetirá, con algunas variantes, el domingo 27 de julio y en ella bailará por fin Jaime Reytor, de 23 años, en el que será su debut en suelo estadounidense; para esa ocasión Pedro Pablo Peña lo ha seleccionado para encarnar el papel central de La siesta del fauno. Reytor fue el protagonista de una rocambolesca huida que lo llevó desde La Habana hasta Phoenix (Arizona), una vez que los organizadores de la gira lo apearon de la lista de viaje olvidando su pasaporte, ya con un visado estampado, en la Oficina de Intereses Consulares de los Estados Unidos en La Habana.
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