Policías en sitios
El quinto trabajo de Dupieux es su filme más convencional, aunque nada se mantiene a una distancia prudente de una comedia al uso
Un tipo camina por el desierto gritando: “¿Hay ahí una película?”. Así terminaba la primera tentativa como director de Quentin Dupieux, artista conocido en la música electrónica como Mr. Oizo. El mediometraje, rabiosamente amateur, se llamaba Nonfilm (2001) y sentaba las bases de una poética empeñada en armonizar la idiotez extrema con la máxima sofisticación, a partir del colapso expresivo de géneros cinematográficos de derribo.
Wrong cops, su quinto trabajo, podría definirse como su película más convencional, aunque nada se mantiene ni siquiera a una distancia prudente de una comedia al uso. Remezclando los trayectos de un grupo de policías que alternan el tráfico de estupefacientes —dentro de ratas muertas—, la patología sexual y la composición de música electrónica, Dupieux consigue un diamante de rotunda extrañeza, capaz de fascinar a incondicionales y repeler a primerizos.
Babelia
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