Un relevo confirmado
Las colecciones de Juan Vidal y Ana Locking muestran que hay esperanza en la Fashion Week Madrid
El Premio L’Oréal a la mejor colección de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid que recibió Juan Vidal (Elda, 1980) hace seis meses no era solo un galardón al trabajo mostrado sobre la pasarela. Ese reconocimiento suponía también una apuesta por el relevo generacional, un anhelo de alternativas frescas y al mismo tiempo serias expresado en voz alta. Y desde ayer, un deseo cumplido. Las colecciones del diseñador valenciano y del andaluz Moisés Nieto (Úbeda, 1985) confirman que hay motivos para la esperanza en mitad del erial de Ifema.
El segundo desfile de Vidal en la semana de la moda madrileña fue tan ambicioso como elaborado. Y aunque los estampados zoomórficos que articularon toda la propuesta no terminaban de funcionar, el conjunto mantenía la coherencia gracias al increíble patchwork de visón, las camisas de cuero naranja y los chaquetones en jacquard de doble faz, un tejido diseñado y elaborado por el propio modisto. El punto de partida de su colección Diana y las bestias era, según sus propias palabras, la espiritualidad chamánica, pero las piezas pronto transitarían hace el Lejano Oeste, al encuentro de Andrés Sardá y Ana Locking.
Moisés Nieto apuesta por piezas que buscan ocupar el fondo de armario
Vidal confiesa con naturalidad que su colección es fruto de un diálogo comercial. “Aunque mis clientes compraron encantados las prendas del pasado invierno, sus clientes, es decir, el comprador final, no respondió tan bien porque era muy oscura, muy tapada, muy pesada. Parece que el negro nos gusta más a la gente de la moda que a la gente de la calle. Así que esta temporada he decidido ofrecer algo más colorido”, asegura.
Junto a Moisés Nieto, Juan Vidal forma parte de una generación de diseñadores que no ha conocido otro escenario profesional distinto a la crisis. Una realidad que les ha obligado a madurar, quizá demasiado prematuramente, tanto estética como empresarialmente.
Mediante este desfile “corto, pero profundo”, el creador valenciano pretende afianzar su posición en la feria parisina de Tranoï, una de las más importantes del mundo y en cuya participación invirtió parte de los 100.000 euros de otro galardón, el Who’s On Next, que recibió también en 2013.
Con solo siete temporadas a sus espaldas, Moisés Nieto se rebela contra la condición efímera de la moda y apuesta por piezas que buscan intencionadamente ocupar el fondo del armario. “Quiero que mis prendas permanezcan, por eso esta colección es muy real y viable en las boutiques”, explica. El extremeño es inasequible al desaliento y además de su febril actividad en las redes sociales y su tienda online,lucha por consolidarse en puntos de venta físicos. Con esta intención factura una interesante propuesta en blanco y negro, rica en siluetas ovoides y de fácil digestión. Irónicamente son los vestidos y tops en lana hervida con lúrex —sus piezas menos obvias— las que dotan de nervio y entidad a su colección. Nieto hace hincapié en el estampado lineal que recorre el desfile y que evoluciona hasta fingir un tartán a partir de líneas verticales de gasa cosida.
Inquieta y tozuda, Ana Locking (Toledo, 1970) lleva 12 años intentado resolver la compleja ecuación entre creatividad y viabilidad comercial que representa, en definitiva, el caballo de batalla del diseño español. También es una las pocas creadoras de MBFWM que no ha abandonado el prêt-à-porter en favor de la costura a medida, y eso se deja sentir en su desfile.
Con su American Landscape continúa el camino abierto hace seis meses por McGuffin, una colección que, según asegura, le “ha abierto muchas puertas” en Los Ángeles. Umbrales aún no traspasados pero al menos tangibles. Como homenaje a esta buena experiencia, Locking propone una estimulante road movie a través de los iconos (y tópicos) estadounidenses, alunizaje incluido. El viaje empieza con jerséis y faldas “arapahoes” en tweed de algodón prensado, para dar paso a pantalones de pelo rematados en flúor y una serie de reinterpretaciones en felpa de la clásica camisa vaquera. No contenta con eso, la diseñadora juega al más difícil todavía: sumar paillettes y plumas a un vestido de algodón grueso y que el resultado sea positivo.
El número de sudaderas por metro cuadrado de pasarela crece exponencialmente con respecto a septiembre. “Se venden muy bien y venden muy bien mi imagen de marca. Porque al final soy una firma ready to wear, pero con concepto y estas piezas lo sintetizan bien”, argumenta Ana Locking.
Locking propone una ‘road movie’ a través de los iconos estadounidenses
Por su parte, Ion Fiz cuenta con hasta seis colaboraciones —desde una sombrerera hasta una empresa organizadora de eventos— para producir un desfile inspirado cromáticamente “en los paisajes de la meseta central” y en el que lo más destacado fueron los abrigos masculinos forrados en piel de zorro.
Babelia
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