Isabel Allende ironiza en ‘El juego de Ripper’ con el género negro
La escritora ubica su historia de crímenes en San Francisco porque de haberla situado en Latinoamérica los sucesos que narra se hubiesen convertido en realismo mágico
Los fieles seguidores de la literatura de Isabel Allende (Chile, 1942) no se sentirán defraudados con El juego de Ripper (Plaza & Janés) y los amantes del género negro descubrirán a una escritora que juguetea en ese territorio. Ha seguido la estructura de novela policíaca pero sin alejarse de las esencias que le han guiado en su obra literaria. "En mi carrera he intentado todo: memorias, sagas, novela, trilogía infantil. Es algo que va conmigo, divertirme mientras escribo. Cuando algo me interesa trato de probar. Es la esencia de la vida". Allende, que no es asidua lectora del género negro, aunque comparte su vida con Wlilliam C. Gordon, un autor de este tipo de obras que ha escrito su sexta novela. "Me resultaba curioso hacer incursión en un tipo de literatura, tan en moda en estos momentos. Era una manera de tomar con humor e ironía este tipo de libros".
Allí ocurren cosas que si sucedieran en Latinoamérica dirían que es realismo mágico, pero como pasan en Estados Unidos es medicina alternativa o new age
Asesinatos, intriga, un juego de rol y una serie de personajes involucrados en la historia es lo que contiene El juego de Ripper. "En el fondo me burlo del género. He tratado de hacer un juego similar al de Cervantes cuando ridiculiza las novelas de caballerías y escribe El Quijote". Antes de lanzarse de lleno a esta aventura leyó varias obras de escritores escandinavos como las del exitoso escritor Stieg Larsson. "Han tenido tanto éxito porque los lectores descubrieron que los nórdicos no vivían en ese paraíso que nos han contado, sino más bien en un mundo negro y oscuro".
La última novela de Isabel Allende transcurre en 2012 y está ubicada en San Francisco, la ciudad de California que ella conoce bien desde hace más de dos décadas. "Allí ocurren cosas que si sucedieran en Latinoamérica dirían que es realismo mágico, pero como pasan en Estados Unidos es medicina alternativa o new age", señala la autora de La casa de los espíritus.
El juego de Ripper surgió de un encargo de la agente literaria Carmen Balcells. Le pidió a Allende que escribiera un libro policíaco junto con su marido, el abogado Wlilliam C. Gordon. " Sabía de antemano que era imposible. Nuestra forma de trabajar es muy distinta. Él escribe en inglés, a mano y de poco en poco. Yo en la computadora, sin un plan, en español, durante once horas seguidas si es necesario. Prefiero mantener mi matrimonio que escribir una novela. Aquello hubiese acabado en divorcio", puntualiza. Ella decidió escribirlo sola, aunque en ocasiones pidió ayuda a su marido para que le diese nociones básicas del género. "Yo empecé perfilando mis personajes y él me dijo: lo primero que debes hacer es describir el asesinato". La documentación consistió en hablar con policías, detectives, médicos forenses, asistir a una conferencia de escritores de novelas policiales. Y con un psicólogo especializado en asesinos en serie. "El trabajo de documentación en este tipo de novelas es muy diferente a las históricas. Ahí no puedes cometer ni el más mínimo error porque enseguida aparece un historiador puntualizando".
La idea del juego de rol surgió al ver a su nieta Andrea jugar a Ripper, en el que se trata de pillar a Jack el Destripador en Londres, en 1888. En la novela los jugadores son unos cuantos adolescentes y un abuelo que en la investigación van por delante de la policía en la investigación de los crímenes. "La burocracia de la policía ralentiza el trabajo y los jóvenes tienen imaginación e intuición. El mundo que rodea a los chicos existe en California. Te puedes encontrar desde una sanadora a un tipo de conecta con tu mascota, personajes muy curiosos y extraños". Andrea, una joven universitaria en estos momentos, mantiene una curiosa correspondencia con Allende. "Es muy imaginativa. Empezó escribiéndome un poema y yo le respondí con otro. Ahora tenemos dos libretas con los textos de ambas".
Yo empecé perfilando mis personajes y él me dijo: lo primero que debes hacer es describir el asesinato
Esta mujer que ha vendido más de 60 millones de ejemplares de sus trabajos literarios recuerda que la obra que más le costó escribir fue Paula, publicada hace 20 años, un libro de memorias, narrado como una novela de suspense. El punto de partida de estas páginas es una trágica experiencia personal. En diciembre de 1991, Paula, la hija de Isabel Allende, enfermó gravemente, cayó en coma y después murió. Durante meses en el hospital, la autora comenzó a escribir la historia de su familia para su hija. "Perder a un hijo es muy doloroso. Su espíritu está siempre presente. No hay día que no la recuerde. Una experiencia como esa te deja una tristeza permanente bajo la piel. Se te rompe el corazón y se queda abierto para siempre". Escribir ese libro fue para Allende "un bálsamo para una herida muy profunda. Cuando estaba en el hospital perdí la noción del tiempo. Cada día escribía una carta a mi madre y al final tenía 180. Cuando puse en marcha Paula leí las cartas en el orden cronológico y se fueron ordenando los acontecimientos.Traté de poner límite al dolor".
Allende, autora de una veintena de libros, traducida a 35 idiomas, asegura que en esta etapa de su vida lo que cada vez le cuesta más es "salir del silencio al ruido del mundo. Cuando escribes vives inmersa en un universo de creación en el que solo participas tú y luego viene el torbellino de dar a conocer lo que has hecho".
Babelia
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