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La reforma ortográfica provoca polémica antes de hacerse oficial en Brasil

Mientras los cambios en la ortografía quitan acentos y confunden el sentido de las palabras, las antiguas reglas se transforman en un bloque del Carnaval en Brasil

Marina Rossi
Clase en una escuela pública de Sao Paulo.
Clase en una escuela pública de Sao Paulo.A2 Fotografia/ Rafael Lasci

Una nueva propuesta para la reforma ortográfica de la lengua portuguesa. Existen dos interpretaciones posibles para esta frase. La primera, acerca de una nueva sugerencia en curso para la reforma ortográfica de la lengua portuguesa. La segunda, indica que una nueva sugerencia ha atascado la reforma, paralizando un proceso que camina vigorosamente.

De acuerdo con la tercera reforma ortográfica de la lengua portuguesa, implantada en Brasil en 2009 (la primera fue en 1943 y la segunda en 1971), el acento permanece en las palabras oxítonas como duele (dói), héroe (herói), empanadas (pastéis) y cielo (céu). La palabra "para", que antes tenía un acento diferente cuando se trataba de la tercera persona del presente - pára - de la preposición - para - ahora no lleva tilde, creando un doble sentido en algunas frases,como el titular de este reportaje. Sin embargo, como las nuevas reglas solo empiezan a valer en el 2016, las dos versiones todavía son consideradas correctas.

"La reforma ortográfica tiene problemas técnicos, como por ejemplo, asumir la aceptación de las dos grafías para palabras como hecho (fato), en Brasil, y hecho (facto) en Portugal", dice el profesor y linguista brasileño José Luiz Fiorin, acerca del acordo firmado hace cinco años por los países de lengua portuguesa Angola, Brasil, Cabo-Verde, Guinea-Bisao, Mozambique, Portugal y San Tomé y Príncipe. Para él, lo ideal sería que los dos países utilizasen la misma forma escrita, aunque la pronuncia fuera diferente. "Sin embargo, sin tomar en cuenta estos problemas, pienso que el gesto político de reafirmación de la unidad de los países de lengua portuguesa era importante", completa Fiorin.

Mientras las nuevas reglas no son obligatorias, la siguiente frase podría encontrarse en el titular de un periódico: "Por la caída de energía, una máquina para por lo menos una hora". El lector tiene todo el derecho de interpretar que, por la caída de energía, una máquina de implante de pelos ha parado por una hora. Esto porque, además de la palabra "para", la palabra "pelo", que antes llevaba la tilde ^ en la e, para diferenciarse des sustantivo (pêlo - cabello), de la contracción de por + o - pelo, también ya no lleva acento.

Si la ausencia del acento resultó ser una crisis existencial para las palabras, qué decir del hífen, el eterno villano del campo léxico. Pé-de-meia (ahorro), por ejemplo, lleva hífen. Ya el pé de moleque (un dulce de cacahuete), el tradicional dulce brasileño, no lleva nada más allá de maní y azúcar. Si miramos al detalle significa que esta palabra no lleva hífen. La razón por la cual hífen termina con N, yendo en contra de la regla de que ninguna palabra en portugués termina en N, solamente M, también hay una explicación. Es una palabra tardía en la lengua portuguesa, por esto mantuvo sus raízes de orígen, del griego hyphén.

Desde el momento en que decenas de grafías fueron cambiadas, en 2009, la búsqueda en diccionarios y manuales de las nuevas reglas ortográficas no han sido suficientes para sanar las dudas. Y si no fueran suficientes nuevas normativas en una lengua que ya no es muy fácil, un grupo de lingüistas (palabra que perdió la trema, el signo ¨ sobre la u) pide que otros camibos se hagan en el acuerdo ortográfico. Liderado por el profesor Ernani Pimentel, las nuevas sugerencias podrían provocar un nuevo retraso en la validación de las reglas, que ya deberían haber sido oficializadas al final del 2012, pero el plazo terminó prorrogado por la presidenta Dilma Rousseff para el 31 de diciembre del 2015.

El argumento del movimiento "Acordar Mejor", creado por Pimentel, es que la lengua portuguesa debería simplificarse "para que todos la dominen y se liberen de diccionarios y manuales". Algunos senadores, entre ellos Cristovam Buarque (PDT), Adelmir Santana (DEM), Flavio Arns (PSDB), apoyan la idea que ya cuenta con un grupo de trabajo en el Senado para proponer las simplificaciones de la lengua, coordinado por Pimentel.

La regla (no) es clara

Para entender qué pretende Pimentel, basta imaginar que todas las palabras que utilicen CH fueran sustituídas por la X, lo que, en su visión, facilitaría la lectura y reduciría la confusión.

Para el profesor, esta acción conjunta con otros cambios en la norma podría hacer  que el brasileño tuviera que estudiar menos para entender la gramática. La regla matemática de que menos con menos es más, según el profesor, también vale para la gramática: Menos reglas, menos horas de estudio, más entendimiento de la nomativa. "La escuela tiene una media de 400 horas de clase de gramática, entre la enseñanza del colegio y del instituto. Si la lengua fuese más simple, 150 horas serían suficientes", explica.

Pero esta cuenta hecha por Pimentel es blanco de MUCHAS críticas. "Nadie serio en este país propone algo similar", dice Fiorin. "Si haces un cambio radical en la ortografía, estará condenando un material histórico a la obsolencia en una generación", explica. El editor de la revista Lengua Portuguesa, Luiz Costa, está de acuerdo. "Ya se invirtió muchos recursos en un cambio ortográfico nacional. Aunque no sea perfecto, sería desperdiciar todo el esfuerzo", dice Costa. Según el Ministerio de la Educación, entre 2008 y 2012 se gastó más de 2,2 billones de reales (9,3 millones de dólares) para actualizar los libros didácticos.

Mientras se discuten las reglas y contradiciones y la nueva normativa no es obligatoria, las reglas gramaticales son blanco de bromas. En Belo Horizonte, capital del Estado de Minas Gerais, existe un bloque de carnaval llamado "Trema na Linguiça", jugando con la palabra que ha perdido el signo ¨ sobre la "u" y que transformaba el sonido en ¨ui¨ y que ahora solo existe en nombres extranjeros, como el de la top model brasileña Gisele Bündchen. Hasta 2016, la trema todavía puede aparecer en las palabras. Después de esto, solo en carnavales.

“Saudade” no es una exclusividad de la lengua portuguesa

La palabra ¨saudade¨ no es una exclusividad de la lengua portuguesa, al contrario de lo que dice el mito, presente desde el siglo XVI. En la forma o en el sentido, hay equivalentes en otros idiomas.

Por ser derivada del latin, existen variantes de la palabra en otras lenguas románicas. El español tiene soledad. El catalán, soledat. El sentido, sin embargo, no es del portugués, está más próximo de la nostalgia de casa, las ganas de volver al hogar.

La originalidad portuguesa fue la ampliación del término a situaciones que ni la soledad sentida por la falta del hogar: saudade es el dolor de una ausencia que tenemos placer en sentir. Pero mismo en el campo semántico hay similares. Por ejemplo, en romeno, pero en otra palabra: dor (se dice durere). Es un sentimiento que existe también en árabe, en la expresión alistiyáqu 'ilal watani. El árabe puede haber colaborado para la forma y el sentido de nuestro saudade, tanto como el latin

*Luiz Costa Pereira Junior es editor de la revista Língua Portuguesa (editora Segmento)

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Sobre la firma

Marina Rossi
Reportera de EL PAÍS Brasil desde 2013, informa sobre política, sociedad, medio ambiente y derechos humanos. Trabaja en São Paulo, antes fue corresponsal en Recife, desde donde informaba sobre el noreste del país. Trabajó para ‘Istoé’ e ‘Istoé Dinheiro’. Licenciada en Periodismo por la PUC de Campinas y se especializa en Derechos Humanos.

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