Villoro y las cosas que ocurren dos veces

A Juan Villoro (Ciudad de México, 1956) un incendio le llevó a escribir su primera crónica de sucesos. Era un adolescente que iba a su clase de guitarra y que caminando por la Avenida Insurgentes de la capital mexicana vio como un edificio ardía en llamas. Era también el responsable de llenar la sección de chismes del periódico estudiantil La Tropa Loca de su instituto, pero ese día decidió escribir sobre la solidaridad con las víctimas del incendio, el trabajo de los rescatistas y los testimonios de los testigos. Desde entonces el escritor y periodista no ha dejado de contar historias con su particular visión a través de los ojos de otros.

Este domingo Villoro ha recibido el Homenaje Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara por su trabajo como cronista, pero también por su labor en las páginas de los diarios mexicanos como un intérprete de la compleja realidad del país. El escritor aprecia la descripción que el editor peruano Julio Villanueva Chang hace de su trabajo, particularmente en el género de la crónica, como una descripción no sólo de los hechos sino de las opiniones alrededor de éstos. “Yo creo que las cosas suceden dos veces, primero en el territorio de los acontecimientos y luego en la representación que de ella se hace en sus testigos”, comenta Villoro en entrevista con EL PAÍS.

Este homenaje es particularmente especial para él porque conoció y trabajó con Benítez, que buscaba fundar el periódico El Independiente. Eso nunca ocurrió, pero Villoro estuvo dos años aprendiendo al lado del periodista sobre el oficio, principalmente en su vertiente cultural. “Era una persona absolutamente divertida que compartía su vida, había conocido gente de todas épocas y grandes protagonistas de la historia, y realmente fue un aprendizaje de un México que ya desapareció pero que seguía viviendo en él”. La condecoración ha sido entregada en otras ediciones al sociólogo Roger Bartra, y a los escritores Vicente Leñero y José Emilio Pacheco.

Los trabajos periodísticos de Villoro aparecen en diferentes diarios de México y otros países casi todos los días. Su capacidad para publicar constantemente sobre la actualidad le ha permitido detectar el valor que en México se da al periodismo cultural. “Es un periodismo que se encuentra muy castigado respecto al espacio, los periódicos no le dan mucho despliegue a las notas culturales, entre otras cosas, porque las entienden como un simple eco de la cartelera, las novedades editoriales y las declaraciones de los funcionarios del ramo, no entienden que el periodismo es una zona de investigación muy rica”.