Un viaje en familia a ninguna parte

El Festival de Cine de San Sebastián fue, años ha, el marco elegido por los distintos responsables ministeriales de Cultura para exponer en público las directrices de la política cinematográfica, además de para explicar los datos y buscar rumbos conjuntos en una industria de siempre bastante precaria. Eran otros tiempos, en los que los ministros de turno ofrecían ruedas de prensa, con preguntas por supuesto, sin las premuras y las prisas de pasillos y grabadoras en el aire. Esto se acabó y ahora lo que queda es la aparición de los ministros o ministras en la inauguración institucional del festival y su presencia en la entrega del Premio Nacional de Cine que cada año tiene lugar en el certamen donostiarra. Y ahí que van los periodistas a intentar sacar alguna reflexión al responsable de turno, con prisas siempre por largarse.

Pero, a pesar de estas condiciones, a veces los ministros apuntan alto. Como el año pasado, cuando el ministro José Ignacio Wert, ante la catastrófica situación de la industria cinematográfica y la preocupación de todos los sectores —pocos días antes, el 1 de septiembre, había entrado en vigor la subida del IVA cultural del 8% al 21% ante el espanto y la rabia de los afectados— anunció la creación de una “gran coalición” para salvar el cine. “Es la única manera”, dijo, “para poder superar las dificultades en estos momentos de problemas fiscales y financieros”. Esas palabras correspondían al discurso que pronunció durante la ceremonia de entrega del Premio Nacional de Cine a la figurinista Yvonne Blake. Luego, enfrentado a los periodistas en el patio del Museo San Telmo de San Sebastián, Wert no aclaró mucho más y se refirió de nuevo en genérico a la importancia de esa gran coalición que, en su opinión, tenía que involucrar a los “actores” directos de la industria, como productores y exhibidores, a la Administración, cadenas de televisión e inversores privados.

Los productores presentaron un documento de trabajo en el que se pedía un 40% de exención fiscal para los inversores 

Esa gran coalición tuvo incluso una imagen. Fue en diciembre del año pasado, apenas tres meses después de la propuesta de Wert, cuando todos los sectores de la industria acudieron a una cita para estudiar cambios en el sistema en un momento de zozobra peligrosa tras el tijeretazo que ha venido sufriendo el Fondo de Protección a la Cinematografía que de los 76 millones de euros de 2011, se pasó a los 49 de 2012 y a los 39,28 de 2013, todo unido a la subida del IVA y a la crisis económica generalizada. Ese día, parecía que el viaje en familia iba por buen camino. Se acordó la creación de cuatro comisiones de trabajo, formada por representantes técnicos de los diferentes sectores y ministerios implicados, para estudiar todos los aspectos financieros del cine. Incluso se llegó a establecer un calendario de trabajo para tener listo en mayo un proyecto de ley que se presentase en el Congreso de los Diputados. El objetivo, se señaló en la reunión por parte de los responsables ministeriales, fue el de tener lista una nueva ley de cine que entrara en vigor en enero de 2014.

Pues ha pasado un año y todo sigue igual. La realidad es otra muy distinta a la anunciada o esperada por Cultura. A día de hoy, solo dos de las comisiones de trabajo se han reunido en dos o tres ocasiones y otras dos —la encargada de estudiar las relaciones de las televisiones con el audiovisual y la del nuevo modelo de negocio— ni siquiera han llegado a ser convocadas. Todo está parado. Los productores, que criticaron la inoperancia de esta coalición por la apatía del ministerio, presentaron un documento de trabajo, en el que, entre otras cosas, se pedía un 40% de exención fiscal para los inversores en cine (hoy es de un 18%) más acorde con las vigentes en países europeos de nuestro entorno —Francia (un 36%), Irlanda (28%) e Italia (40%)—. Hubo un tercer plenario de la comisión, el pasado mes de mayo, del que no salió nada tangible.

La situación sigue estancada y sin un camino claro. El viaje se ha detenido. El sábado, durante la entrega del Premio Nacional de Cine de este año al director de Lo imposible, Juan Antonio Bayona, se supone que estará presente el ministro Wert. Veremos qué explicaciones da.