La noche del cometa

El recurso retórico de la captatio benevolentiae es un arte en sí mismo. Lo demuestra el debutante Dani de la Orden en la pieza de animación que ha preparado como prólogo a las proyecciones de su primer largometraje Barcelona, nit d’estiu: ahí cuenta la génesis del proyecto y no parece ocultar ninguna de sus cartas. Concebida a lo largo de un verano de convalecencia, Barcelona nit d’estiu, nos viene a decir, no es tanto un proyecto personal como una estrategia de seducción: una comedia romántica ideada para conquistar el corazón de una chica. El crítico puede traducir la confesión a otros términos: la película es, también, un competente producto audiovisual cuidadosamente diseñado para seducir a un mercado.

En la película se cruzan seis historias románticas a lo largo de una noche marcada por el paso de un cometa: De la Orden tiene claramente más presente el modelo Richard Curtis o el molde Paris je t’aime (2006) que el ejemplo de Rohmer. Sus actores se mantienen a salvo de toda afectación –en el conjunto brillan especialmente Bárbara Santa Cruz, Miki Esparbé, Francesc Colomer y el cantautor Joan Dausà (uno de cuyos temas inspira un segmento de la película)-, pero la puesta en escena se acerca más al efecto publicitario que a la honestidad cinematográfica: un daño colateral de la estética ESCAC que no estaba tan presente en la colectiva y cercana en espíritu Puzzled Love (2010), donde Dani de la Orden intervino como operador de cámara. Quien haya visto Mi loco Erasmus (2013), el poderoso debut de los Pioneros del Siglo XXI, podrá hacerse una idea de lo que propone Barcelona nit d’estiu si el crítico la define como su antítesis químicamente pura.