América Latina se deja querer en el festival de cine de Venecia
“El futuro del cine no está en China, sino en América Latina”, afirma Alberto Barbera, director artístico del festival. Fuera de la competición se proyectan cinco cintas latinoamericanas
“El futuro del cine no está en China, sino en América Latina, una tierra donde están sucediendo muchas cosas. Un pedazo del mundo que debe tener cada vez más presencia en el festival”, afirma Alberto Barbera, director artístico de la 70ª Mostra de Cine de Venecia. Este año el festival ha dado cuenta de esa calidad. Una de las jóvenes promesas latinoamericanas es el director mexicano David Pablos (Cuidad de México, 1982) que ayer durante la proyección de su primer largometraje, La vida después, recibió una lluvia de aplausos. Más de uno no pudo contener las lágrimas.
Han pasado unas horas desde que Pablos vio su película en la Sala Grande del Palacio del Cine, sentado en la misma butaca que ocupó su coterráneo Alfonso Cuarón cuando abrió el festival con Gravity, fuera de concurso. "Vivo una especie de shock, pero un shcok lindo”, dice con emoción Pablos. Y añade: “La alfombra roja me tiene sin cuidado, lo más importante es vivir la reacción del público. Cuando al final desaparece el sonido y hay un corte negro, hubo un suspiro general. Fue precioso”, dice el joven en la terraza de un hotel en el Lido, cerca de la estación de los vaporettos Santa María Elisabetta.
La película ha sido proyectada en la sección Horizontes, la ventana del certamen para la experimentación del lenguaje cinematográfico. Por aquí han pasado sorpresas este año, como Locke, escrita y dirigida por Steven Knight. La cinta ha recibido muy buena acogida, tanto, que la prensa y la crítica consideran que debería estar en la competición y optar al León de Oro. Volviendo a Pablos, su película explora la relación interior entre dos hermanos, cuya madre tiene problemas mentales. La mujer no termina de conciliar el suicidio de su padre con la crianza y educación de sus hijos. Un día decide abandonarlos, solo les deja un papel en el que escribe: “He tenido que salir. Mamá”. Los niños desde muy temprano se convierten en adultos. Y a partir de ese momento inician un viaje para dar con el paradero de la madre. El viaje los lleva a atravesar México hasta llegar al desierto de Sinaloa, un lugar terrible. “Muchas veces las familias se mantienen unidas solo porque hay un lazo sanguíneo, pero me pregunto, ¿sino lo hubiera, me sentiría cercano a mi madre?. El hogar no necesariamente es el sitio donde uno nace. El hermano pequeño se plantea la idea de romper con ese círculo vicioso en el que vive. La película propone la posibilidad de salvación o destrucción. El público lo resuelve”, explica Pablos.
Este chico, alto y atractivo tiene la cabeza muy bien amueblada. Habla con una dicción perfecta, como la de un consagrado actor de teatro. “Antes quise ser actor, pero luego comprendí que me gusta más armar historias”. Pablos ha estudiado cine en el Centro de Capacitación Cinematográfica de Cuidad del México. Luego obtuvo una beca para estudiar cine por dos años en la Columbia University, y en 2010 presentó su documental Una frontera, todas las frontera, en la sección oficial del Festival Internacional del Documental de Ámsterdam. Cuenta las peripecias de los mexicanos que viven a un lado y al otro del muro que divide México de los Estados Unidos. De la experiencia en el vecino país del norte aprendió muchas cosas, pero sobre todo, que solo piensa rodar en México: “Esta es una tierra con mucha energía, los mexicanos tenemos una forma de hablar muy cruda, mientras que en Estados Unidos todo es muy correcto, la gente no se confronta, la gente no está acostumbrada a decir lo que piensa. Y eso se refleja en el cine”.
Argentina presente con tres autores. Desde Suramérica llegan Ignacio Gatica y Santiago Palavecino, ambos en la sección Horizontes, y Juan Taratuto, en la Jornada de los Autores, evento paralelo al certamen. Ignacio Gatica (Buenos Aires, 1978) proyecta Blanco, basada en la novela homónima de Griselda García. Trata sobre la historia de un hermano y una hermana que viven en una vieja casa de campo. El hermano se ausenta para hacer compras en la ciudad. En la soledad, la chica escucha rumores que la hacen pensar que no está sola. Por su parte, Algunas chicas es un thriller psicológico, escrito y dirigido por Santiago Palavecino (Chacabuco, 1974). Narra la tristes vidas de dos mujeres deprimidas. Una de ellas, Celina, médico cirujano escapa de la capital argentina para visitar la casa de campo de una amiga. Sin embargo, Celina advierte que la hijastra de su amiga, Paula, como ella, no se encuentra nada bien, pues la chica ha intentando suicidarse. El director Juan Taratuto (Buenos Aires, 1971), acude con La reconstrucción, la historia de un hombre que prueba aislarse del dolor y que desea olvidar sus sentimientos, metiendo todos los recuerdos en un cajón. “Quise hacer una película sobre el dolor, hablar del sentimiento íntimo que sale a flote tras una pérdida, y así desparecer los fantasmas familiares que no quieren retirarse”, explica Taratuto.
Brasil cierra el festival. La película Amazonia, dirigida por Thierry Raggobert (París, 1959) experto en documentales naturalistas concluye la Mostra el sábado 7 de septiembre. Raggobert ha sido editor y productor de varios proyectos de Yves Costeu. En su nueva aventura brasileña narra la historia de un monito nacido en cautiverio que debe aprender a sobrevivir en la jungla más grande del planeta. Para ello la única vía es la adopción de los monos de su misma especie.
Premio Andrzej Wajda. Cuando faltan solo dos días para la clausura de la Mostra, esta tarde veremos en la Sala Grande, Walesa man of hope, del director de teatro y cineasta polaco Andrzej Wajda, nacido en 1926. La película es un retrato del lider sindacal polaco Lech Walesa. “¿Cómo es posible que una sola persona haya cambiado extraordinariamente el mundo?”, se pregunta el director. La película aborda la vida del militante de los sindicatos clandestinos en Polonia y líder de la revolución obrera de agosto de 1980 que sirvió para la creación de Solidaridad, primer sindicato libre en la Polonia comunista. Wajda recibirá el Premio 2013 de la Mostra Internacional del Cine de Venecia, que elogia a una leyenda del cine internacional. Wajda recibió el León de Oro a la carrera en la Mostra de 1998 y el Oscar a la carrera en 2000. En 1981 se llevó a casa la Palma de Oro en el Festival de Cannes por Man of Iron.
Italia divide. L’intrepido de Gianni Amelio, presentado ayer en la competición oficial, fue recibido con aplausos y algunos abucheos. “Es divertida, pero no la mejor película que he visto de Amelio”, escribe La Folha de San Paolo. Italia compite hoy por el León de Oro con el documental Sacro GRA de Gianfranco Rosi. Un recorrido por la cotidianidad en los alrededores de la carretera de circunvalación de Roma.
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