Homenaje sin brillo
El documental celebra los 40 años de trabajo del mítico grupo teatral con un intento de traslación al cine de sus técnicas artísticas y de combate
Los históricos del teatro catalán siguen sin tener suerte con el cine documental. O mejor, con lo que ciertos documentalistas les han ofrecido como, eso sí, bienintencionada ofrenda. Hace un par de años, Manuel Huerga planteó en Pepe & Rubianes una suerte de homenaje al ya entonces fallecido actor con una película en formato cena filmada, en la que amigos, amores y compañeros de profesión iban desgranando su vida y sus trabajos, su personalidad y su importancia, pero en la que, a pesar de la excelente labor de montaje, nunca había hueco alguno para las partes grises del personaje. Una actitud que quizá hubiese valido para otro tipo de homenajeado, pero que resultaba un tanto descorazonadora para retratar a alguien tan políticamente incorrecto, tan transgresor y tan poco dado a las componendas como Rubianes.
Unos errores de base, el del formato y el tono, en los que también han caído Elisenda Dalmau y Héctor Muniente en Comediants, con el sol en la maleta, documento que celebra los 40 años de trabajo del mítico grupo teatral con un intento de traslación al cine de sus técnicas artísticas y de combate, sin caer en la cuenta de que estamos ante lenguajes muy distintos, y que el torrente festivo de los comediantes se torna plúmbeo y añejo en su presunta visión para la pantalla. Así, el tono de cuento para niños, las sombras chinescas y las animaciones de trazo sencillo que acompañan a las diversas entrevistas con los miembros del grupo, además de con distintas personalidades que han tenido importancia en su devenir, nunca acaban de tener potencia visual. Como una especie de Georges Méliès de baratillo, el envoltorio del documental se antoja tan poco rompedor que hace que el contraste con la mágica capacidad del grupo para implicar a sus espectadores sea aún mayor. Mientras ellos rompieron con el teatro de texto, dieron salida en España a ciertas herramientas de la contracultura y dinamitaban las esencias sociales con un modo de vivir no sólo alternativo sino incluso desconcertante para la época, los directores de su película homenaje no han logrado transgredir una sola convención con un documental al que le falta ritmo de montaje en sus testimonios directos y que desaprovecha, incluso, el valiosísimo material de archivo de sus espectáculos en vivo.
Babelia
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