Tony Soprano: cinco momentos inolvidables
James Gandolfini, fallecido a los 51 años, interpretó con maestría al gánster más reconocible de la televisión Repasamos los mejores momentos de la serie. OJO, contiene spoilers
James Gandolfini, fallecido este miércoles a los 51 años de edad, interpretó con maestría a Tony Soprano, el gánster más reconocible de la televisión. Aunque no se parecían en nada –el actor era culto y pacifista, el personaje violento y grotesco– uno y otro quedarán asociados para siempre, como si fuesen la misma persona. Gandolfini no dio vida al típico capo de una banda mafiosa, mil veces retratado con anterioridad, sino a un macho alfa en bata y calzoncillos que con su sola presencia lo inundaba todo.
El libreto del que se sirvió era magnífico. El Sindicato de Guionistas de Estados Unidos (WGA en sus siglas en inglés) eligió Los Soprano, serie de ficción de la HBO, como la serie mejor escrita de la historia de la televisión. Robert Mackee, el gurú más exitoso de la escritura de guiones, hizo un estudio sobre Tony Soprano para medir la complejidad de sus contradicciones pero encontró tantas que tuvo que parar. “Es mucho más complejo que Hamlet”, sentenció, con lo mucho que eso significa.
El actor estadounidense, que hasta interpretar este papel había trabajado de portero de discoteca y había hecho teatro, intentó en 2007, al acabar la serie, dejar a un lado el magnetismo de Soprano, algo que llegó a incomodarle a él mismo. Se adentró en el mundo del cine con títulos como Todos los hombres del rey y la más reciente La noche más oscura. Demostró entonces que servía para algo más que para interpretar a un provinciano de Nueva Jersey, curiosamente donde también él había nacido. “Quiero alejarme lo más posible de Tony", afirmó con esperanza. El tiempo no le ha dejado desquitarse del todo.
Estos son algunos de los mejores momentos de Gandolfini como Tony Soprano en la serie creada y producida por David Chase. "Era un genio", dijo Chase al enterarse de su muerte.
La muerte de Big Pussy. Salvatore Bonpensiero es uno de los mejores amigos de Tony. El padrino de uno de sus hijos. Tony se entera a través de un policía que Bonponsiero le está filtrando información al FBI, que es “una rata”, y lo reúne en un yate en el que beben tequila. Les acompañan Silvio y Paulie Gualtieri. Los cuatro forman el núcleo duro de la organización y saben de la trascendencia de momento. “¡Jesucristo, me tengo que sentar!”, balbucea Big Pussy cuando ve que sus amigos agarran las armas. Siente que el final está cerca. Una vez aniquilado, lo lanzan al mar. La pérdida de un íntimo acompañará a Tony a lo largo de toda la serie. Cada cierto tiempo lo recordará con nostalgia. En cierta ocasión sufre delirios por una enfermedad y en esas ensoñaciones se comunica con Salvatore, convertido en un pez parlante a la venta en una lonja.
El tío Junior. Tony mantiene una enigmática relación con el hermano de su difunto padre, Corrado John Soprano. Durante años mantuvieron una relación muy cercana pero a medida que Tony crece los negocios y los intereses de ambos colisionan. Corrado (interpretado por el actor Dominic Chianese) llega a ser jefe de la mafia de Nueva Jersey hasta que es detenido y sometido a arresto domiciliario. Tras varios enfrentamientos con su sobrino, conspira para asesinarle. Cuenta con la complacencia de la madre del propio Tony. En esta escena se encuentran a solas Tony y Junior, quien ya ha sufrido varios episodios de desorientación que invitan a pensar que sufre alzhéimer. “¿Me quieres?”, pregunta el sobrino, a quien por primera vez en la serie se le ve como un niño con falta de afecto. No obtiene respuesta.
Furio piensa en matar a Tony. La banda de Nueva Jersey viaja al sur de Italia para cerrar algunos negocios con los mafiosos locales. La mayoría había idealizado su país de origen pero ninguno logra adaptarse a las costumbres europeas. Están locos por volver a casa. Tony se lleva de vuelta a a Estados Unidos a un sicario, el napolitano Furio Giunta, para integrarlo en el clan. El italiano, más tarde, tiene un affaire con la mujer de Tony, Carmela, en plena tormenta en el matrimonio. Aquí vemos al capo orinando en un aeródromo a escasos centímetros de la hélice del helicóptero al que está a punto de subir. Furio consigue controlar sus pulsiones homicidas.
Luto por Pie-O-My. Ralph Cifaretto es un amigo de correrías de juventud de Tony, la época en la que ambos eran apenas unos criminales de poca monta. Tiene un caballo de carreras con el que Tony se encariña, hasta tal punto de que pasa más tiempo en el establo que con Carmela en casa. Ralph tiene muy pocos escrúpulos y asesina a una prostituta con la que mantenía una relación al saber que se queda embarazada. Pero ese suceso no es el que más escandaliza a Tony, que decide matar a su amigo al sospechar de que ha quemado el establo con el caballo dentro para cobrar el seguro. Ese amor desmedido que siente el personaje de Gandolfini por los animales, por encima del que siente incluso por las personas, será motivo de muchas especulaciones a lo largo de las temporadas. La psicóloga que lo trata llegará a la conclusión de que este rasgo de su carácter es propio de los psicópatas.
Adiós a Cristopher Moltisanti. Es el gran protegido de Tony. Su sobrino. De quien piensa que algún día podría ser su sustituto al frente de la organización. Pasa de soldado a capo a base de hacer trabajos sucios para él. Sin embargo, tiene problemas con el alcohol y las drogas. Tampoco Tony se fía de la influencia que ejerce en él su novia Adriana. Cristopher en realidad sueña con ser productor de cine. Tras sufrir ambos un accidente a bordo de un coche, Tony acaba con él.
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