El artista y la modelo, Trueba y el cine
El director logra una buena acogida de público y crítica para su nueva película El filme está dedicado a su hermano Máximo, escultor, fallecido en 1996
En el estudio de Fernando Trueba (Madrid, 1955) se amontonan las películas, los casetes y las obras de arte. En una de las paredes, una enorme escultura negra cincelada de piedra obra de su hermano mayor, Máximo, fallecido en 1996 y con quien ya había hablado en su momento de este filme. A él precisamente está dedicada El artista y la modelo, la pulsión artística que estalla entre un viejo escultor y una chica que ha huido de los campos de refugiados en el sur de Francia en 1943.
"Máximo era mejor que el resto de los hermanos y quien mejor tallaba la piedra en este país. Él sí sabía de arte y no yo. Así que quería que el filme hablara de la realización del arte, del oficio que esconde la creación. Pero la película también está dirigida a mis amigos mayores. Siempre he tenido amigos mayores que yo. De crío, me daba un poco de vergüenza cuando mi padre iba a buscarme al colegio, porque a veces me preguntaban si era mi abuelo… Me siento muy cercano a esos personajes y a cómo encaran el final de la vida", cuenta Fernando Trueba.
El director y guionista despliega sus referencias: Rodin, Jules et Jim, Jean Renoir… Sabiduría transmitida por esos mayores. Como defiende con vehemencia, "el arte seguirá". "Pueden prohibirlo, castigarlo, perseguirlo, despreciarlo, subirle el IVA, pero ahí estará".
"Pueden castigarlo, subirle el IVA, despreciarlo, pero el arte seguirá"
Y en esa supervivencia del arte está el corazón de El artista y la modelo. ¿Hasta qué punto habla Trueba de Trueba? "Poco. Creo que habla más de la transmisión del saber y del amor a la vida en general. Hablamos de un escultor apegado a la naturaleza, de un anciano que de repente, gracias a la presencia de una chica, se reengancha a la vida, vuelve a sentir la necesidad de trabajar. A mí, en cambio, mi hijo Jonás lo que ha hecho ha sido darme una lección, porque acaba de rodar una película con poquísimos medios, demostrándome lo poco que importan los presupuestos y cuánto las ganas". Tal vez porque la película así lo requería. "Claro, es que las películas te llevan. Si intentas atarlas las matas. Tienes que seguir lo que te indican. Igual pasa con la inspiración. Yo trabajo. Pero las mejores ideas siempre me han llegado entre sueños o al levantarme de la cama. Y eso no puedes forzarlo".
En la cabeza de Fernando Trueba hay, desde 1995, resonancias a esta obra. "Con Rafael Azcona comencé a desarrollarla, pero estaba claro que no era su estilo. En realidad lo que nos gustaba era estar juntos. Y lo dejamos de lado. Hace un tiempo pensé: ‘¿Cuántas películas voy a dirigir? Si solo me quedara una, si tuviera que escoger, ¿cuál preferiría?’. Y la respuesta fue El artista y la modelo, porque era la historia que más me podía apetecer. Me junté con Jean-Claude Carrière, que es alguien tan español-francés como yo, y sí busqué que fuera una película desnuda, sin artificios como los que Carrière creaba con Buñuel. Otro que me empujó fue Jean Rochefort, que conocía mi proyecto y empezó a avisarme: ‘Me queda poco tiempo como actor, hagámosla’. Además, cada vez cuesta más levantar una producción, así que te lo piensas todo cada vez más".
"Esto de las naciones es una tontería, tengo odio a los nacionalismos"
Lo que sí rechaza es cierta similitud entre la relación que cuenta él con la que mostraba David Trueba en Madrid, 1987, otra historia con un personaje mayor zalamero con una chica joven. "No lo veo claro. Aunque puede que tengamos similares referencias interiorizadas. Lo que marca tus gustos, tus referencias vitales, es lo que vives entre los 15 y los 20 años. En ese momento eres una página en blanco. Lo que leas o veas en ese momento será lo que guardes en tu baúl emocional. Y acabas dejando esas referencias en tus trabajos posteriores".
Al director de Belle époque, Two Much, La niña de tus ojos o Chico & Rita no le gustan mucho los festivales de cine, y no esconde sus argumentos en contra de estas citas solemnes, porque no cree en las comparaciones. "Yo acabo contento o no con las películas y ya está. Valoro mis sensaciones. Aquí me he quedado bien. Pero también me ha pasado con películas de las que estoy muy orgulloso y en cambio la gente no ha apreciado. ¿Un ejemplo de todo esto?: El baile de la Victoria".
¿Cuántas veces ha soñado Trueba con ser francés? "Soy bastante francés. Probablemente sea más francés que algunos franceses. Yo siento francés en algunas cosas, brasileño en otras y estadounidense en otras. No hablo de los países, sino de su cultura. A veces me arrepiento de no haberme ido a Francia a vivir. Donde he rodado El artista y la modelo yo iba de joven a recoger albaricoques y a la vendimia. En aquellos campos leí a Rimbaud entero. En fin, no creo en los países, esto de las naciones es una tontería. Tengo gran odio a los nacionalismos. Puede que sea porque siempre he hecho lo que me ha dado la gana. Nunca tuve jefe ni nadie me ha mandado. Y si alguien me ha dado alguna vez una orden, siempre he hecho lo contrario por hacer lo contrario".
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