Formentor cultiva los mitos literarios ante el tsunami de la crisis
La competencia del 'e-book' respecto al libro tradicional ocupa los primeros debates El festival literario se celebra desde hoy viernes en Mallorca
Las Conversaciones Literarias de Formentor, que están centradas en Los grandes personajes de la literatura, transcurren desde este viernes y hasta el domingo en uno de los escenarios posibles del Ulises de la Odisea, en esa porción del Mediterráneo apenas vulnerado de Mallorca. Tiempo, silencio y espacio, vindicó Ignacio Polanco, presidente de la Fundación Santillana, al inaugurarlas anoche, en el ocaso cobrizo, entre pinos y el mar. En aquel ámbito que señaló de "pausa y belleza", Polanco celebró la vieja tradición de leer y escribir, la inventiva, el recuerdo y la palabra que se plasma en los libros que nos ayudarán a ser más inteligentes, más tolerantes y más curiosos.
Las conversaciones comenzaron por la tarde con un panel de editores, distribuidores y libreros que describieron los graves daños que causa en la industria cultural la crisis. Recalcaron la caída de ventas y, a la vez, abrieron las incógnitas que plantea la creciente competencia del libro electrónico. Basilio Baltasar, impulsor del evento como director de la Fundación Santillana, ha apelado al reinado de los lectores en contra del silencio de la tinta invisible con la que a veces se reescribe lo que se ha leído en rutas del olvido o el descuido. La crisis por la caída de ventas y la competencia del libro electrónico centró los primeros debates.
Recién llegada de la piscina, Diana Hernández, editora de Blackie Books, situó el blanco polémico del primer coloquio. Relató que entre los bañistas, alemanes supuso, vio seis personas con libros tradicionales en las manos y uno con libro electrónico. No pudo adivinar "el paleofuturo". Con los ojos sobre las cifras de ventas Sigrid Kraus, de la editorial Salamandra, lanzó una carga de profundidad en el diálogo abierto entre libreros, editores y distribuidores.
“Vivimos un momento catastrófico y debemos reinventarnos”, señaló Kraus para detallar la caída de la circulación del libro tradicional que obligará, según ella, a una reducción de tirada, de número de títulos y de personal.
Para frenar un previsible “tsunami” se reclamaron acciones coordinadas de libreros, autores, lectores, editores y gobiernos. Distintos ejecutivos culturales y vendedores vindicaron dar protagonismos, nuevas alas a los que llaman "prescriptores", personas que sugieren libros desde los diarios, tienen liderazgo en la red o atienden en vivo al lector en las librerías, tras haber hablado con el editor o el autor.
Kraus y la directora de editorial Alfaguara, Pilar Reyes, subrayaron la dura competencia del libro electrónico, que ha multiplicado por nueve sus ventas mientras que la penetración del libro tradicional ha caído hasta un 22%. “Es una situación de extrema gravedad para la industria que afecta a toda la cadena de valor del libro. El futuro está aquí, ahora, bienvenido el futuro”, diagnosticó Reyes, que coincidió con otras voces editoriales al advertir la amenaza cultural que representa la hegemonía de los mayoristas de la red.
Amazoon, Google o Apple dictan las reglas y manejan el mercado, a veces hasta la censura de alguna obra electrónica por palabras inapropiadas, reseñó la editora de Salamandra. Miquel Costa, de la Editorial Mediterránea, local, de Ibiza, afirmó: “Saldremos, toda la vida hemos estado en crisis”. Otra voz optimista fue la de Catalina Mejía, de la firma Sinsentido, que ve crecer sus ventas de libros de novelas gráficas. “Hemos ido captando lectores”, sostuvo.
Ignacio Polanco, presidente de la Fundación Santillana, abre por la noche, oficialmente, el encuentro literario en este territorio mitificado, “una sombra del paraíso” según dejo escrito Octavio Paz y recordó Bel Cerdá, la directora general balear de Cultura del Gobierno Balear, que copatrocina el evento.
Formentor, finisterre insular, está en el mapa de la cultura desde que su antiguo dueño, el escritor y mosén Miquel Costa y Llobera, creó un poema rotundo: Lo Pi de Formentor. Hace ochenta años se lanzó la Semana de la Sabiduría por parte de Joan Estelrich y el Conde Keyserling. Medio siglo atrás y Carlos Barral y Camilo José Cela establecieron las Conversaciones Poéticas y, en paralelo, el Premio Internacional Formentor. Hace dos años se rescató el premio Formentor de las Letras, ya en manos del extinto Carlos Fuentes y de Juan Goytisolo. Ahora se celebran la quinta edición de las conversaciones que han rescatado el espíritu de encuentro en libertad.
Un centenar largo de gente ligada a la creación, la industria y el comercio del libro –y bastantes lectores- debaten este fin de semana acerca del rol del libro, de la cadena industrial. Las figuras del cartel de debates van desde Ulises hasta don Quijote, Hamlet, Sherlock Holmes y el capitán Ahab, pasando por Ana Karenina o madame Bovary.
Las voces de Fernando Savater, Ana Maria Moix, Carme Riera, Manuel Vicent, Cristina Fernández Cubas, Gabriel Janer, Carlos García Gual, Jesús Ferrero, entre otros, serán las encargadas de rememorar su experiencia lectora y creadora y, en especial, plasmar la imagen que retienen de los mitos de las páginas, que son inmortales.
“Los personajes de ficción acaban siendo tan reales como nosotros mismos porque forman parte de un imaginarios universal”, como afirmó Basilio Baltasar. Aunque también un personaje en carne y hueso fue objeto de un homenaje: Mosen Antoni María Alcover que nació hace 150 años y que está en la historia por compilar cientos de miles de palabras del Diccionari Català Valencià Balear y reunir las "rondalles", los cuentos populares de esquema universal conservados por tradición oral durante siglos en Mallorca. " Es un personaje en la línea de Rabelais", dijo el escritor Gabriel Janer Manila.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.