De negro

Los hombres de negro ya están aquí, y eso que prometió Montoro que no los veríamos. Paró el viernes en Madrid la troika de técnicos de la Comisión, el BCE y el FMI, pero el Gobierno español no hace comentarios, lo que eleva el misterio en torno a estos burócratas que vigilan cómo se gasta el rescate a los bancos (sí, ese que no tenía condiciones, como tampoco las acepta Mas por dejarse salvar).

Pocos hombres han vestido de negro con tanta clase como Tommy Lee Jones, que se merece que le den ahora el premio Donostia. Tiene obras de más altura, pero las más vistas son las tres entretenidas entregas de Men in black. Jones y Will Smith son agentes de una unidad secreta dedicada a resolver frecuentísimas irrupciones de alienígenas entre nosotros. Y a destruir huellas, si hace falta borrando la memoria de los testigos. “La mayoría de los humanos ni quieren ni necesitan saberlo. Son felices, creen que todo está bien colocado”, dice Jones como el Agente K. En la segunda película, él mismo ha sido desmemorizado, y no recuerda haber sido cazamarcianos sino cartero, hasta que Smith logra reincorporarlo.

Tarantino llenó sus películas de varones de oscuro, fríos y siniestros como el que en Reservoir dogs pone música mientras rebana una oreja. El más logrado es el Señor Lobo de Pulp Fiction. “Estoy a 30 minutos de allí, llegaré en 10. Soy el Señor Lobo y resuelvo problemas”, se presenta el personaje que borda Harvey Keitel. Lobo impone su oficio y sangre fría para ocultar un torpe asesinato por dos gánsteres (su frase más célebre no es reproducible aquí). Nadie le tose.

La creencia en los ovnis se ha derrumbado desde que existe Google Earth y miles de camaritas podrían filmar cualquier avistamiento y colgarlo en YouTube. Vale, algunos aún sostienen que Neil Armstrong no pisó la Luna aunque había marcianos en Roswell, pero esos son conspiracionistas irreductibles, como los del titadine. ¿Y la gente no es lista para conocer la verdad?, pregunta el Agente J al Agente K. Y este responde: “El individuo es listo, la masa es un animal miedoso, idiota y peligroso”.

El silencio en torno a los men in black da rienda suelta a los malpensados. Si este otoño nos cae un rescate total nos acabaremos enterando de cómo se las gastan los hombres de negro de verdad.