Un hombre ‘pesca’ un barco de la época romana en el mar Tirreno
El navío de transporte yace a 65 metros de profundidad ante la costa genovesa Contiene un centenar de ánforas aún intactas
Padre Pio en Italia es sinónimo de milagros. Ya fueran verdaderos o no los supuestos poderes de este cura, fallecido en 1967, sobre todo en el Sur del país el religioso tiene ríos de fieles que se pasean con su imagen guardada en la cartera y recuerdan sus actos extraordinarios. No tan milagroso como la leyenda del cura, aunque sí más real, fue el hallazgo de un barco bautizado precisamente Padre Pio en el mar enfrente de Varrazze, pueblo cercano a Génova: en sus redes el pescador italiano Francesco Torrente se encontró una ánfora de época romana.
De hecho, era la enésima. Como contó al Corriere della Sera, hace 10 años ya había hallado unas cuantas más. Pero esta vez decidió avisar a los carabinieri. Y a los cinco meses de su alarma, los agentes han encontrado el origen de aquella vasija: en el norte del mar Tirreno, a unos 65 metros de profundidad, yace un barco probablemente de entre el siglo I a. C y el I d. C., repleto de ánforas y de historia.
“Perdí tres días de pesca pero mereció la pena. He dado mi contribución”, afirmó Torrente al mismo periódico. El pescador también pudo asistir en la comisaría a la presentación de la primera ánfora vinaria recuperada del barco.
Un vídeo rodado bajo el mar por el robot subacuático de los carabinieri Pluto –los bautizos artísticos son otra característica de esta historia- muestra otro centenar de vasijas, aún tapadas. Las autoridades hasta creen que su contenido permanece intacto y que se trata fundamentalmente de aceite, vino y olivas: el Alto Tirreno era una de las principales rutas del comercio de víveres y especias entre Roma y las provincias occidentales del Imperio.
De momento, Pluto solo ha rescatado una ánfora, que los expertos están estudiando para reconstruir las peripecias y la fecha exacta de hundimiento del barco. Las demás vasijas permanecen, por ahora, en el fondo del mar. El problema lo explicó Angelo Del Lucchese, representante de la Superintendencia, al Corriere della Sera: “Podría convertirse en una importante excavación arqueológica subacuática, si encontráramos los fondos”. Lo que, ahora mismo en Italia, sería un milagro digno de Padre Pio.
Babelia
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