Curso de magia cinematográfica
La ESCAC arranca un programa de formación en efectos visuales cinematográficos La vocación es convertirse en referente internacional
La consabida magia del cine es en realidad un truco. Pero no un truco cualquiera, uno barato; sino uno que acarrea ingentes cantidades de trabajo, horas de esfuerzo y dedicación. ¿De dónde si no podrían haber salido mundos como los pintados en películas como El laberinto del fauno o Eva? Además de sus personajes y paisajes inventados, irreales pero realistas, esas dos películas comparten otra característica en común: los responsables de su creación, Bernat Vilaplana y Kike Maíllo, se formaron en la ESCAC, La Escuela de Cine y Audiovisuales de Cataluña, un centro privado adscrito a la Universitat de Barcelona que organiza másters, posgrados y seminarios. Y no son los únicos ejemplos del cine español salidos de sus aulas: José antonio Bayona, director de The Impossible y El orfanato; Edu Grau, director de fotografia de A single man y Buried; o Mar Coll, ganadora del Goya a la mejor dirección novel de 2010 por Tres días con la familia, entre otros, se han formado en esta escuela de reconocido prestigio internacional. Para adaptar su oferta de estudios a la efervescente y potencialmente ilimitada capacidad que brindan las nuevas tecnologías, la ESCAC arrancará a partir del mes de junio un programa de enseñanza de los efectos visuales más punteros: la ESCAC VFX School.
“Nos dimos cuenta de que, después de haber conseguido dos goyas, en la ESCAC no formábamos parte del mundo de los efectos digitales”, cuenta Aritz Lekuona, el director de márketing del centro. Y adscribirse a la corriente, cuenta, no es mera cuestión de montarse porque sí a un carro. “Hoy en día es fuente de trabajo para mucha gente, es una carrera con futuro”. Para ilustrarlo, un caso tan espectacular como sus efectos: “El personaje de Davy Jones en Piratas del Caribe, al que le salen tentáculos de la cabeza, y que aparece en la película nueve minutos, fue hecho por 450 personas”. La oferta de cursos, que empiezan en junio, consta de un primer módulo de tres meses llamado generalist, “al que te puedes apuntar sin saber nada, excepto inglés, porque todas las clases son en esa lengua”, y otro de especialización, también de tres meses, y que comenzará en septiembre.
Por el precio de la matrícula -4.500 euros por el curso de iniciación (6.500 si la inscripción se realiza más tarde de junio) y 10.000 por los dos módulos (13.000 a partir de junio)-, los alumnos recibirán, asegura Lekuona, una formación de la más alta calidad de la mano de especialistas en la materia que han trabajado en filmes de la talla de Avatar, Transformers o El señor de los anillos. ¿Nombres? Daniel Buhigas, Felix Balbas o Maurizio Giglio, profesionales del estudio Minimo VFX de Londres, una entidad con la que la ESCAC ha suscrito un acuerdo, y en cuyas producciones los estudiantes realizarán prácticas. El objetivo, señala el directivo, es “ofrecer la misma formación que otras grandes escuelas de referencia como Gnomon en Los Ángeles o Escape Studios en Londres, pero más barata”. Paralelamente, los fines de semana se ofrecerán clases magistrales, de libre inscripción, en las que se impartirán cursos en materias muy concretas, "como hacer un fuego o una cascada”. Para el final de la formación, lo que la ESCAC pretende no es haber enseñado únicamente a crear efectos especiales por ordenador. “Lo que queremos es proporcionar una formación integral en cine”, señala Lekuona. “Y costará, pero creemos que podemos estar entre los mejores”.
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