Incendio en torno a un discurso
Las palabras de González Macho sobre la relación entre cine e Internet reabren el debate sobre la rentabilidad del sector Urbizu apoya al presidente de la Academia
Las palabras del presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho, durante la gala de los Goya sobre las relaciones entre Internet, la rentabilidad de la industria cinematográfica y los nuevos modelos de negocio actuaron, en cosa de minutos, como un verdadero cóctel molotov. Las redes sociales ardieron como teas, y ayer siguieron haciéndolo, fomentando un áspero debate en el que unos cargaron contra lo que consideraron un discurso obsoleto y conservador y en el que otros defendieron al presidente de la Acdemia por no haber hecho otra cosa que constatar una realidad.
¿Es Internet la salvación del cine y hay que coger el toro por los cuernos, como dijo el año pasado en su alocución el entonces presidente Alex de la Iglesia?¿Hay que mostrar prudencia, sentarse a esperar y seguir apostando por los formatos de exhibición cinematográfica tradicionales, como sostuvo González Macho?
Hoy martes sí se pueden ver películas de forma legal por Internet en España. En descarga, en streaming, alquilando en una web un DVD físico, a través de cadenas de televisión de pago… Internet funciona, pero es cierto que, ahora mismo, su valor económico es casi ínfimo. Mientras el mercado del DVD decae, Internet no acaba de arrancar en España. No llega ni al 1% de los ingresos producidos por el cine, según datos del sector.
El domingo, en su discurso González Macho y sus vicepresidentas Marta Etura y Judith Colell dijeron: “Todos somos internautas (...) pero la realidad, por el momento y probablemente por un espacio de tiempo demasiado largo, es que Internet no forma parte de la actividad económica del cine. No dudamos de que formará parte esencial de nuestro futuro, pero ese futuro todavía no ha llegado”.
Si las salas han vendido 40 millones de entradas menos en los últimos siete años y las ventas de DVD han caído un 18% en 2011, ¿dónde está el futuro? España es uno de los países más retrasados en este negocio, y la industria apunta en dos direcciones: una, que la piratería sigue campando a sus anchas; dos, el corsé de las ventanas de explotación.
Las ofertas legales en España son de dos tipos: las que han nacido directamente para abordar ese mercado en Internet (Apple TV y la tienda iTunes, Filmin, Filmotech, Cineclick, Youzee, Wuaki.tv o el servicio sueco de alquiler Voddler, aún recién llegado), y las que se desarrollan a través de las televisiones de pago, como Canal + Yomvi, creado en octubre pasado y que ya acoge en su oferta unos 1.200 títulos.
El problema al que se enfrentan las compañías que ofrecen películas de manera legal es que son los poseedores de contenidos —en su mayoría los estudios de Hollywood— los que marcan y deciden las ventanas de explotación: hay que esperar de cuatro a seis meses al lanzamiento del DVD o Internet y un año para la televisión de pago, mientras que el consumidor en España está acostumbrado a la inmediatez... y al todo gratis. “Internet todavía no es rentable. Nuestro reto como industria es que nuestra oferta de servicio y tecnología sea lo suficientemente atractiva y con alta calidad para que la gente acepte pagar por ello”, asegura Álex Martínez Roig, director general de contenidos de Canal +. Juan Carlos Tous, responsable de Filmin, apunta otra traba aún mayor para el cine español: “Cuando una película recibe ayudas públicas debe esperar tres meses a su lanzamiento en DVD. Pero la ley no dice nada de su salida en Internet, se podría hacer al instante”. Así se hizo en Estados Unidos, por ejemplo, con Margin call, que se estrenó el mismo día en salas (seis millones de dólares de taquilla, con un precio medio por entrada de 12 dólares) y en Internet (cinco millones de recaudación, a cinco dólares por visionado).
En EE UU se estiman en 4.500 millones de euros las pérdidas anuales que la piratería internacional provoca en este sector, según datos de Bloomberg. En la búsqueda de rentabilidad en la Red, las productoras estadounidenses no están teniendo un camino fácil: en octubre, Universal Pictures intentó hacer una prueba, alquilando en Internet Un golpe de altura, también a través de la plataforma de cable de Comcast y solo tres semanas después de su estreno. Iba a hacerlo por el exorbitante precio de 59.99 dólares y como una prueba limitada en Atlanta y Portland. Viendo que aquello podía ser el inicio de una tendencia al alza, las distribuidoras contraatacaron con una amenaza de boicot. Al final, Universal dio marcha atrás y se estrenó solo en cines, recaudando 146 millones de dólares en el mundo.
“Lo que sí hay es una demanda brutal. ¿Por qué hoy nadie puede ver Eva, después de haber ganado tres goyas?”, se pregunta Tous, que ve lejano el aterrizaje de Netflix, el gigante estadounidense, a España. Youzee, en marcha desde el pasado 1 de diciembre, está en su proceso inicial de invitación. Responsables de la empresa aseguran: “Creemos en lo que estamos haciendo. Hay negocio en este campo”.
En EE UU hay plataformas que permiten alquiler a la carta de estrenos y de nutridos catálogos de las diversas productoras. Normalmente han copado ese mercado las empresas de cable tradicionales, como Comcast o Time Warner. En este negocio ha entrado Apple, con alquileres a través de su tienda iTunes y su servicio Apple TV, que se conecta a la pantalla de televisión.
Miguel Morales, de la distribuidora Wanda Films y socio de Filmin, compara el páramo español con la cosecha europea. “Fuera, las cifras son notablemente mejores que en España. En estos países, el visionado por Internet alcanza unas cifras muy parecidas a las que se hacían en DVD”.
El gran triunfador de los Goya, Enrique Urbizu, lo tiene así de claro: “Estoy de acuerdo con lo que dijo González Macho; los ataques furibundos desde sectores de Internet al mundo del cine han hecho que haya todavía una mayor regulación de las relaciones entre cine e Internet”.
Con información de David Alandete.
Babelia
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