Cuatro hijos únicos y un mismo padre
Màrius Serra recomienda 'Maletas perdidas', de Jordi Puntí, una novela donde un camionero catalán de los años sesenta desaparece dejando atrás cuatro familias en cuatro ciudades diferentes
Gabriel Delacruz es un camionero de Barcelona que en los años sesenta viaja por toda Europa por motivos de trabajo. Un buen día Gabriel se despide de su mujer, Rita y su hijo Cristòfol y nunca regresa a casa. Así comienza Maletas perdidas (Salamandra), la primera novela de Jordi Puntí (Manlleu, Barcelona, 1967). El escritor Màrius Serra (Barcelona, 1963) alaba esta historia narrada en "primera persona del plural" por cuatro hermanos hijos de un mismo padre y de cuatro madres distintas.
Es Cristòfol quien dos décadas más tarde descubre en el piso de sus padres unos documentos que le llevan a sospechar que Gabriel tenía otras tres familias en Francia, Inglaterra y Alemania. Fruto de esas familias hay tres hermanos, uno de cada madre: Christof, Christophe y Christopher. Los cuatro, que comparten el mismo nombre, se conocen y deciden atar cabos para reconstruir la verdadera historia de su padre. A lo largo del relato, el autor no introduce en ningún momento a los personajes de las madres: Rita, Sigrun, Sarah y Mirelle, que quedan en un plano secundario ofreciendo todo el protagonismo a los hijos.
Cuando los Cristóbales comienzan a investigar, descubren que Gabriel Delacruz era, además de transportista de muebles, adicto al juego. Un huérfano que pasó su juventud en una hospedería. Sus hijos irán tejiendo a lo largo de la novela una historia emotiva y descarnada con ligeros toques de humor.
Precisamente, a través de los cuatro hermanos, el escritor dibuja el retrato sociológico de cuatro países europeos que durante esos años vivieron circunstancias muy diferentes en un mismo espacio temporal. La novela ofrece una buena perspectiva de la Barcelona de la década de los sesenta, bajo la opresión de la dictadura y con ansias de abrirse a la modernidad de los países vecinos.
Puntí invirtió ocho años en elaborar esta novela, para lo que contó con el premio Octavi Pellissa (2003), una beca de 12.000 euros para invertir tiempo en crear. Finalmente alumbró estas Maletas perdidas por las que ha obtenido este año el premio Llibreter, otorgado por los libreros catalanes.
Maletas perdidas, de Jordi Puntí (Salamandra. Traducción del catalán de Rita da Costa).
Màrius Serra elige:
Màrius Serra (Barcelona, 1963) es escritor, periodista y traductor. Entre sus obras narrativas destaca el libro de relatos La vida normal (Premio Ciudad de Barcelona de Literatura Catalana 1998). Además es creador de enigmas y ha publicado 6.000 crucigramas. Estas son sus propuestas veraniegas:
Elevación, elegancia y entusiasmo, de Francisco Casavella (Galaxia Gutenberg, con prólogo de Jordi Costa)
"24 años de artículos, crónicas, ensayos y apuntes de blog en una escritura nada urgente, a pesar de su origen periodístico".
Por su propio cuento/Un españolito en obras, de John Lennon (Papel de liar. Traducción de Andy Ehrenhaus)
"Dos libros delirantes de un joven Lennon en los que los juegos de palabras y las asociaciones imprevistas son la norma".
El aumento y El arte de abordar a su jefe de servicio para pedirle un aumento, de Georges Perec (La uña rota, traducción de Pablo Moíño)
"Una obra de teatro sobre el acto de pedir aumento de sueldo y un texto narrativo previo localizado por Moíño en una revista francesa".
Criptozoología, de Rafael Alemañ Berenguer (Melusina)
"Extraordinario compendio crítico y nada sensacionalista de esta disciplina poco académica que trata de la fauna no documentada (como Nessie o el Yeti)".
Babelia
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