La Fundación Mapfre acoge un centenar de dibujos de Klimt sobre el erotismo y la mujer
Son bocetos que muestran el proceso de creación de sus grandes obras, con sus anhelos, rectificaciones y hallazgos
Eróticas, sensuales, desinhibidas, misteriosas, ancianas, embarazadas, distantes y cautivadoras son las mujeres de Gustav Klimt protagonistas de la gran exposición de dibujos inaugurada hoy en las salas de la Fundación Mapfre. Mujeres es la primera monográfica que se dedica en España a este artista, el pintor de la mujer, y en ella se pueden contemplar más de cien dibujos pertenecientes a la Colección Sabarsky, a través de los cuales se puede recorrer toda la trayectoria del artista vienés.
Sus modelos eran, generalmente, mujeres que pertenecían a la burguesía vienesa, pero también le servían de musas mujeres humildes y prostitutas. La mayor parte de los dibujos son desnudos con un carácter fuertemente erótico, en los que el autor de El beso muestra el proceso de creación de sus obras más importantes, con sus anhelos, rectificaciones y hallazgos. Junto a estos, mujeres ancianas y embarazadas, estudios preparatorios para sus grandes lienzos y un conjunto de retratos femeninos. Frente a la riqueza decorativa de sus lienzos, los más de mil dibujos que realizó a lo largo de su trayectoria llaman la atención por su inmediatez y espontaneidad, resultando la expresión más sincera de su temperamento apasionado.
El erotismo de estos dibujos le valió a Klimt el apelativo de artista obsceno. Sin embargo, son mucho más que una mera representación del profundo erotismo que se respiraba en los ambientes artísticos de Viena, ya que suponen una parte esencial de su producción. El recorrido de la muestra se inicia con dibujos al carboncillo pertenecientes a su etapa más académica y continua con un grupo importante de obras compuesto por dibujos preparatorios para sus grandes lienzos como La medicina o Tragedia. Klimt se fijó también en las mujeres ancianas, de las que se exhibe una importante selección en la muestra, en la que también se puede contemplar una serie de dibujos hechos, con extrema delicadeza, a mujeres embarazadas, algunas de las cuales remiten a su lienzo Esperanza.
Una parte importante de su producción
El capítulo dedicado a los desnudos es el más importante de la exposición, ya que la mayor parte de la obra sobre papel de Klimt está protagonizada por mujeres desnudas, de pie o tumbadas, distantes y ensimismadas. Estas mujeres, tratadas con finura, elegancia y buen gusto, parecen sorprendidas por el artista. "Las infinitas variaciones de sus poses traducen la riqueza de matizaciones que, gracias a su delicadeza, descubrimos en los dibujos de Klimt", en opinión de Pablo Jiménez, director del Instituto de Cultura de la Fundación Mapfre, quien ha considerado que el dibujo era parte importante de su producción, no simples bocetos de sus cuadros, y siempre los incluía en sus exposiciones.
Klimt, Viena, mujer y erotismo son elementos importantes en la Europa de finales del XIX en la que se producen unos cambios que se traducen en la eclosión del erotismo en toda la sociedad. "Ese erotismo marca el impulso de un mundo que está a punto de terminar. Un mundo artificioso y exquisito que tienen su ejemplo notable en el auge que experimenta el mundo lésbico y homosexual. Y éste es el que recoge perfectamente Klimt en sus dibujos", ha afirmado el director de la Fundación. Pintor de grandes temas, muerte, vida, mujer, paso del tiempo, el artista vienés crea un personaje femenino misterioso y distante que marca los principios del siglo XX.
"Lo interesante de sus desnudos es que Klimt ha conseguido no contaminarnos de su propio sentimiento. Sus mujeres desinhibidas no están en un escenario real, son simplemente desnudos de mujeres que parece no son conscientes de esa mirada, lo que crea en el espectador un sentimiento de voyeaur". Annette Vogel, comisaria de la exposición y conservadora de la Colección Sabarsky, ha recordado que esta colección posee el mayor número y los mejores dibujos de Klimt, Kokoscha y Schindler. Klimt (1867-1918) representa el capítulo más brillante del arte vienés del siglo XIX. Cofundador y primer presidente del grupo Sezession, la exitosa versión vienesa del Art Nouveau, la pintura de Klimt combina un exquisito preciosismo con una intelectualidad y una hondura en el sentimiento destacable.
Babelia
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