El Museo Reina Sofía inaugura la exposición 'Huellas Dalinianas'
La muestra refleja la influencia del artista catalán en otros creadores españoles desde 1929 hasta después de la Guerra Civil
El museo Reina Sofía se ha convertido en punto de referencia de Dalí con la exposición Huellas dalinianas, en la que se refleja la influencia del artista catalán en otros creadores españoles desde 1929 hasta después de la Guerra Civil. Esta muestra se une a Dalí, cultura de masas, inaugurada la semana pasada en una de las nuevas salas del Area Nouvel, y ambas forman parte del programa del Año Dalí organizado con motivo del centenario del nacimiento del artista.
El comisario de la muestra, Jaime Brihuega, ha reunido 104 obras en las que se aprecia cómo Dalí "influye, condiciona o dialoga" con los 40 artistas que las crearon. Después de las obras Aparato y mano y La miel es más dulce que la sangre, ambas de 1927, la pintura de Dalí queda enfilada definitivamente en dirección al surrealismo, y en 1929 su poética visual se orienta definitivamente, como atestiguan El gran masturbador o Monumento imperial a la mujer niña. En ese momento, en que el artista fija su residencia en París, el surrealismo plástico se difunde intensamente en España, hasta convertirse en una de las líneas prioritarias de la vanguardia artística hasta la Guerra Civil.
Las formas dalinianas desempeñaron un protagonismo indiscutible, que la exposición pone de relieve a través de unas obras en las que, de una forma u otra, se detecta un diálogo formal o semántico con la obra producida por el artista catalán a partir de 1927. Brihuega ha dividido la muestra en ocho secciones, la primera de las cuales, Huellas compartidas, tiene como protagonista único a Federico García Lorca, a través de sus dibujos entre los que se encuentra el retrato que al autor de Poeta en Nueva York hizo de Dalí "y que se exhibe en muy pocas ocasiones".
Podrá verse en Vitoria
Huellas en la tierra desentraña las raíces del surrealismo en nuestro país, con especial atención a la Escuela de Vallecas, en la que artistas como Benjamín Palencia, Alberto o Maruja Mallo crearon un particular estética surrealista ligada a los aspectos más humildes y elementales del paisaje castellano. Oscar Domínguez, que asumió el lenguaje daliniano como cosa propia, Joan Massanet, José Luis González Bernal, Estaban Francés, Antonio Rodríguez Luna, Angel Planells, José María Ucelay o José Caballero, son algunos de los artistas agrupados en Huellas en un espejo, apartado dedicado al grupo daliniano propiamente dicho.
Especialmente atractiva es la sección dedicada a la escultura Huellas en el aire, en la que se muestra cómo el surrealismo también alcanzó la tercera dimensión impulsado por artistas como Alberto, Francisco Lasso, Angel Ferrant, Cristofol, García Lamolla o Ramón Marinel. En Huellas blandas, el comisario ha querido mostrar como esos objetos blandos salidos de la genial mente de Dalí dejaron su impronta en artistas como Javier Ciría, Luis Fernández, González Bernal, Angel Planells, Nicolás Lekuoma, Moreno Villa, Antonio Quirós o Ismael González de la Serna.
Una selecta recopilación de dibujos forman el apartado Huellas en línea, mientras que los dos últimos apartados Huellas superpuestas y Huellas en la luz muestran, respectivamente, fotomontajes, collages y fotografías , entre otros, de Manuel Viola, Alfonso Buñuel, Josep Renau, Galvache, Josep María Lladó, Dora Maar, José Ortiz Echagüe y Emili Godes. La muestra estará abierta hasta el 18 de octubre. Posteriormente será trasladada a Artium de Vitoria, donde se podrá contemplar entre el 10 de noviembre de 2004 y el 27 de febrero de 2005.
'¿Cupito... y por qué no?'
Para completar este estudio en profundidad de Dalí "y para que se enriquezcan ambas exposiciones con una apuesta arriesgada", según la directora del Reina Sofía, Ana Martínez de Aguilar, el museo pidió a Carlos Pazos (Barcelona, 1949) la creación de una escultura que ha sido situada en el patio de Sabatini.
Con el proyecto ¿Cupito...y por qué no?, Pazos no ha querido hacer "un homenaje a Dalí", ya que no pretende ser "un epílogo de Dalí ni de su obra". "Lo que soy es un mitómano empedernido", ha reconocido el artista, quien ha señalado que, con su "cachivache monumental", ha pretendido "apuntar de forma caprichosa a cierta catalanidad" que les une y sobre la que ambos han "ironizado mucho".
Babelia
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