Los 'miuras' sorprenden con un atípico y peligroso encierro

Los toros de la ganadería sevillana de Eduardo Miura han sorprendido en el séptimo y penúltimo encierro de los sanfermines. Pese a la fama de estos astados de no prestar atención a los mozos han sido varios los corredores que han tenido que ser atendidos por los servicios sanitarios, uno de ellos con herida por asta. La avalancha humana que ha colapsado el recorrido ha contribuido además a aumentar la peligrosidad de una carrera que se ha completado en casi tres minutos.

El corredor corneado por los miuras ha sido Víctor Lombardi, de Seattle (Washington, EE UU), de 40 años, que presenta una herida por asta en el brazo derecho. Evacuado desde el tramo de Mercaderes ha sido intervenido quirúrgicamente en el Hospital Virgen del Camino, donde ha quedado ingresado. Otras siete personas han sido atendidas por diversos traumatismos. Ninguna de ellas se encuentra grave.

Entre los corredores en este encierro se encontraban los diestros Juan José Padilla y Estefan Fernández M, así como el ganadero Vitorino Martín. La ganadería de Eduardo Miura lleva viniendo a Pamplona 45 años, generalmente en las jornadas de más masificación, para participar en el encierro.

Los seis toros, cuyo peso oscila entre 565 y 680 kilos, han abandonado los corrales de Santo Domingo a las 8.00 horas, encabezados por los mansos. En pocos segundos, ya antes de que se produjera el contacto con los mozos, uno de los bureles se ha desviado hacia la derecha mientras uno de sus hermanos comenzaba a derrotar por la izquierda una vez que se habían encontrado con los corredores. De forma compacta los astados han continuado por la cuesta de Santo Domingo, donde se han podido ver bonitas carreras. Un poco más adelante, en la curva del Ayuntamiento a Mercaderes se ha resbalado uno de los astados que, al parecer, ha llegado a alcanzar con la punta de su cuerno a uno de los mozos.

Manada rota

La típicas caídas de los toros después de chocar contra el vallado de la curva de la Estafeta ha hecho que la manada se rompiera y uno de los miuras quedara definitivamente descolgado de sus hermanos. Los corredores lo han ido llevando hasta la plaza ante el despiste del animal por la multitud que le rodeaba. Esta circunstancia ha generado momentos de peligro. El astado ha intentado embestir a algún corredor aunque afortunadamente no se fijado en un pequeño montón que se ha formado en la misma calle.

Tanto en este tramo como en Telefónica se han sucedido las caídas de los corredores y en este último punto además se han vivido situaciones de tensión al quedar sueltos después de resbalar dos de los astados. Uno de ellos ha tocado con el cuerno a un mozo mientras sus hermanos entraban ya en la plaza dejando un par de volteados en el callejón.

Finalmente los seis miuras han entrado en la arena aunque el último de ellos se ha resistido a introducirse en chiqueros y ha hecho amago de volverse hacia los corredores, algo que han evitado los pastores a punta de capote.