Angustia con los 'cebada gago'
Un encierro lleno de peligro deja cuatro heridos graves, tres de ellos por asta de toro
El encierro de los cebada gago se saldó con cuatro heridos graves, tres de ellos por asta de toro. Estos viejos conocidos de las fiestas dejaron momentos de angustia en tres puntos de la carrera, pero especialmente en el callejón de la Monumental. El estadounidense Al Gleen Chesson, de 57 años, sufrió en ese lugar tres cornadas, dos en el muslo derecho y otra en la ingle. Le corneó uno de los toros que había liderado la manada durante gran parte de la carrera. Estuvo 15 segundos bajo la cara de un astado que hacía por él y lo volteaba. Al llegar al hospital Virgen del Camino estaba grave, pero estable. Los tímidos quites de sus compañeros de carrera no sirvieron para evitar unos segundos eternos de angustia.
Y es que la fama de peligrosos de los de cebada gago en los sanfermines no es casualidad. Ya desde la cuesta de Santo Domingo se disgregó la manada, con dos bichos rezagados que fueron sembrando el pavor, sobre todo en la calle de la Estafeta. En la curva de Mercaderes se produjeron los tremendos y habituales choques contra el muro de contención. Los cebadas llegaban lanzados y buscaron el choque sin pudor, para enfilar el siguiente tramo.
Los otros dos heridos por asta tienen un mismo responsable, el toro número 93, Juge-Playa. Sus 500 kilos no siguieron el ritmo de sus compañeros de manada y dejó el cuño de sus astas a otros dos corredores extranjeros. En plena calle de la Estafeta cambió su curso natural y se revolvió hacia Dallas Hatcchcock, de 27 años, de Los Ángeles, al que corneó en su brazo izquierdo y tuvo durante unos segundos a su merced. Le salvó un experimentado corredor que, haciendo gala de una depurada técnica en el arte de llevar toros a punta de periódico, se llevó a la res hacia la plaza.
Pero el mozo no pudo llegar hasta el callejón, y al soltar a Juge-Playa surgió el clásico gamberro que citó por detrás al toro; éste, que no necesitaba otra excusa, fue a por él y lo corneó en el costado izquierdo. Nicholas Hadum, australiano de 29 años, se llevó 20 centímetros de cornada e ingresó en el hospital de Navarra con pronóstico grave.
La enorme velocidad de los astados provocó múltiples contusiones. Fermín Echeverría Irañeta, pamplonés de 62 años, sufrió, en el tramo de Mercaderes, un traumatismo craneoencefálico grave, aunque se mantenía consciente.
Otros heridos, que fueron atendidos en centros hospitalarios y dados de alta, fueron Juan Carlos H. I., de 43 años, de Navarra, que sufrió en Mercaderes una luxación en un dedo, y el noruego Truls Evjensvold, de 27 años, que sufrió contusiones en Estafeta.
Babelia
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