La red media dedicada a la piratería musical gana 80.000 euros mensuales, según la SGAE
Un vendedor de calle de discos copiados ilegalmente gana unos 240 euros diarios
La típica red mafiosa dedicada a la piratería musical que opera en España vende cada mes en los top manta unos 130.000 CD copiados ilegalmente y obtiene unos ingresos limpios de 80.600 euros mensuales, según un informe elaborado para la Sociedad General de Autores (SGAE) por la empresa Mega Investment a partir de las operaciones policiales practicadas contra estas bandas a lo largo del último año.
Los falsificadores venden cada CD a los encargados de comercializar el producto a 1 euro. Una vez descontados los gastos de local, maquinaria, discos vírgenes, carcasas y asignaciones de personal, su ganancia por unidad es de 0,62 euros. Madrid está a la cabeza en número de centros de suministro para los vendedores de calle seguido de Sevilla, Barcelona y País Vasco.
El top manta (la venta de discos en la calle) tiene una gran aceptación ciudadana, porque no se lo ve como un delito, sino como una manera de ahorrarse dinero y que además contribuye a ayudar al pobre inmigrante.
Pero nada más lejos de la opinión del inspector jefe del Grupo de Delitos contra la Propiedad Intelectual e Industrial de la Policía Nacional, Damián Fuentes, y el responsable de este área en la Brigada Provincial de Madrid, Manuel Alcaide, que han participado en la rueda de prensa de presentación del informe. Los dos responsables han explicado que un un mantero (vendedor de calle) obtiene unos ingresos de entre 240 y 300 euros diarios (600 en Navidad).
El peligro de las mafias
Además, Fuentes y Alcaide han subrayado que el gran peligro es que estas mafias pueden derivar a otras dedicadas a delitos más graves si el fenómeno del top manta se acaba algún día, como ocurrió con las redes de contrabando de tabaco, que se pasaron a la cocaína.
Las redes están dirigidas en un 90% por extranjeros no pertenecientes a la Unión Europea. En su mayoría son asiáticos (China, Pakistán, Bangladesh e India), subsaharianos y marroquíes. Las organizaciones asiáticas en general se encargan sólo de la producción y dejan la comercialización a ciudadanos de origen subsahariano, mientras las bandas pilotadas por chinos o marroquíes obtienen mayor rentabilidad, al ser ellos mismos los que distribuyen el producto final.
Babelia
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