Unas 55.000 personas aclaman a Springsteen en el Estadio Olímpico de Barcelona
'The Boss' entusiasma al público en el segundo concierto de su gira española
Unas 55.000 personas han asistido esta noche al concierto de Bruce Springsteen en su vuelta a Barcelona, en la segunda cita de su gira por España, que concluirá la próxima semana en Madrid. El estadio barcelonés, donde ya actuó hace diez años, se ha entregado desde el principio a The Boss, que ha retornado al Olímpico escoltado por la ya clásica E Street Band.
Diez años después de su último concierto en el Olímpico -1993, con Human Touch Tour-, Springsteen ha sacado brillo a sus galones repasando las canciones más emblemáticas de su carrera -de las que erizan la piel en los primeros acordes-, y alguna de las composiciones de su último trabajo, The Rising, que presenta en esta nueva gira A day life. El público, que coreaba "Bruce, Bruce, Bruce" para recibir a su ídolo, ya se agolpaba a las puertas del estadio a las 19.00 horas, dos horas antes del inicio del concierto, y aunque todavía había alguna entrada a la venta, los despistados de última hora han podido adquirir en la reventa al precio de 130 euros un billete que valía 45.
El público, jóvenes de treintaitantos entre los que se podía ver a incondicionales como el presentador Manel Fuentes, el deportista Txiqui Beguiristain o el actor Joel Joan, se sabía todas las canciones de memoria, no en vano han ido creciendo con su admirado rockero, que como es habitual ha aparecido con su no menos clásico chaleco negro, que con el concierto empezado ha abandonado para quedarse en mangas de camisa.
Clemons, el más aclamado
Springsteen ha aprovechado la pausa intermedia para presentar uno a uno los miembros de la E Street Band: Roy Bittan y Danny Federici a los teclados, Gary Tallent al bajo, Steven Van Zandt a la guitarra junto a Nils Lofgren, Max Weinberg en la batería y el virtuoso saxofonista Clarence Clemons, el más aclamado. Aunque en el Olímpico Springsteen no ha se ha dirigido al público en castellano como hizo hace dos días en Gijón, sí ha pronunciado jubilosamente el nombre de Barcelona, lo que ha provocado una ovación ensordecedora.
Suele atribuirse a algunos músicos la virtud de "conectar" con el público cuando actúan en directo, pero, en el caso de Springsteen, la expresión adquiere una autenticidad y una profundidad que se escapan a toda lógica; es algo cercano al placer de irte de fiesta con un amigo al que no ves desde hace tiempo, recordando las mismas viejas historias, coreando las mismas viejas canciones. El cantante de New Jersey ya visitó el Palau Sant Jordi de Barcelona el 16 de octubre pasado, en la gira de presentación de su último trabajo The Rising, y sin duda, el éxito que cosechó entonces -se ha editado el DVD del concierto-, ha influido en la asistencia masiva a esta segunda oportunidad.
Springsteen nunca ha escondido su satisfacción por actuar en Barcelona, una ciudad que ha visitado en nueve ocasiones, y que eligió para reaparecer con la E Street Band, en los conciertos del 9 y el 11 de abril de 1999, o para ofrecer un concierto acústico e intimista en el Teatro Tívoli, al que asistieron 3.200 privilegiados el 6 de mayo del 96. Aunque hablar de "ciudad talismán" para un gigante como Springsteen sea una exageración, es indudable que Barcelona ha sido testigo de alguno de sus mejores conciertos, y que aquí, su leyenda y su música parecen acrecentarse con cada nueva visita.
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