El parque de Doñana sale de la lista verde internacional de la UICN por su mala gestión
El espacio protegido es la primera reserva natural expulsada de este ‘sello’ de calidad de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza
El parque nacional de Doñana es desde hace dos semanas la primera reserva ecológica expulsada de la lista verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la mayor organización ambiental del mundo. La salida del espacio protegido de este prestigioso sello verde se debe a la mala gestión de la Junta de Andalucía (PP), responsable de ejecutar medidas para revertir el deterioro de su biodiversidad, en caída libre por culpa de la agricultura intensiva, el turismo y la extrema sequía. Hasta ahora, ninguno de los 77 enclaves en 60 países había abandonado esta distinción de sostenibilidad.
Hace dos semanas, la UICN comunicó por carta a la Junta que Doñana quedaba fuera de su lista verde tras el análisis de 10 expertos que durante dos años evaluaron la gobernanza y conservación de Doñana, dado el progresivo declive de su fauna y flora. El suspenso de los técnicos fue rotundo. “Según la evaluación realizada por el Grupo de Evaluación de Expertos para la Lista Verde (EAGL), por el momento el sitio no cumple con el estándar de la Lista Verde de la UICN”, confirma James Hardcastle, director de áreas protegidas y conservadas para la organización con sede en Suiza.
A pesar de la evidencia, la Junta niega la mayor: “La Consejería no ha recibido ninguna carta oficial de UICN indicando que Doñana haya salido de la lista verde”, afirmó el pasado viernes una portavoz. El mazazo para el parque y su pérdida de prestigio internacional ataca directamente la política medioambiental andaluza y al empeño de su presidente, Juan Manuel Moreno, enfrascado en una “revolución verde” y que defendió con ahínco la ley para aumentar regadíos en el entorno de Doñana, retirada hace tres semanas tras un acuerdo de 350 millones con el Ministerio para la Transición Ecológica. De hecho, la ley fue calificada como un “detonante” negativo por los expertos, que subrayaron que más hectáreas de regadíos perjudicaban la precaria situación de la reserva.
“No vemos ningún error en el proceso de evaluación de los expertos y se les ha confirmado. Ellos [la Junta] han presentado la renovación y no han cumplido. Ahora vuelven a la casilla de salida y deben entender que es un camino de mejora”, ilustra Carla Daneluti, coordinadora regional de UICN para el Mediterráneo.
La pérdida del sello verde ha sido un largo proceso iniciado a principios de 2020. La organización internacional encargó al grupo de 10 expertos independientes que estudiaran y juzgaran el trabajo de gestión llevado a cabo por la dirección del parque andaluz, y estos entregaron su informe el pasado enero con el suspenso tajante tras dos años de trabajo. A continuación, en primavera, un equipo de verificación externo alemán comprobó que no existían incompatibilidades y que los expertos siguieron el procedimiento establecido.
Pero viendo la tormenta que se avecinaba y que embestía la tramitación parlamentaria de su ley para aumentar regadíos, el pasado junio la Junta reaccionó con una dura carta de queja dirigida a la UICN. La misiva surtió su efecto porque durante todo el verano la organización evitó confirmar la salida de la lista verde, pese al visto bueno al estudio de su verificador alemán.
En el examen, Doñana solo había aprobado 17 de los 50 indicadores evaluados (el 34%) para tasar el esfuerzo y logros de la Junta a través de cuatro aspectos: buena gobernanza, el diseño y la planificación del parque, la administración efectiva y la conservación exitosa. La reserva solo superó el test en el diseño y planificación con un exiguo 54% y suspendió en los otros tres aspectos, con un resultado nulo —cero de cinco indicadores— en la conservación exitosa. Los expertos criticaron la falta de “acciones explícitas” para gestionar las amenazas para conservar especies y ecosistemas característicos, así como planes de acción adecuados.
Este diario ha contactado con el director del parque, Juan Pedro Castellano, pero ha rechazado contestar. Su superior, el consejero andaluz de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Ramón Fernández-Pacheco, respondió estas preguntas a las 13.45 de este 30 de noviembre, el mismo día que la UICN notificó a la Junta su decisión.
-¿Abandonará Doñana en breve la lista verde de la UICN?
-Espero y deseo que no la abandone, desde luego.
-Usted sabe que el criterio de los expertos es otro…
-A mí me gusta esperar a ver las comunicaciones oficiales antes de hablar de rumorología.
-¿Rumorología?, supongo que se ha leído el informe de los 10 expertos independientes.
-Sí, y también he leído que el informe no es definitivo y la decisión no está tomada. Valoraremos la decisión una vez que se emita.
-Ese grupo de expertos suspendió tras dos años de análisis la gobernanza del parque. ¿Destituirá al director de la reserva, Juan Pedro Castellano?
-No, de momento no. El director tiene la confianza del Gobierno de Andalucía.
Castellano lleva una década al frente del parque —un lustro con el PSOE y otro con el PP— y su relevo se ha prolongado pese a sus pésimos resultados, condicionados, eso sí, por las directrices políticas. A pesar de la negativa del consejero sobre su relevo y de que su portavoz negara el pasado viernes que estén buscando un sustituto al tildarlo de “rotundamente falso”, esa confianza no existe. “Me ofrecieron dirigir el parque hace dos años, pero es demasiado mediático y demasiada presión hicieses lo que hicieses. Demasiados ojos para poder trabajar tranquila”, desvela Ana Warleta, coordinadora de la Dirección General de Espacios Naturales Protegidos de la Junta. Con la salida de la lista verde, creada en 2012, acaba un largo proceso retrasado por la UICN, formada por más de 100 países, entre ellos España y 1.200 ONG, bajo la excusa de respetar el garantismo.
El parque nacional de Sierra Nevada está siendo evaluado también por otro grupo de técnicos, pero en este caso todo apunta a que aprobará el examen a principios de enero. “En Doñana, la Junta ha dejado de ejecutar sus competencias en planificación del territorio, gestión de la agricultura y conservación del medio ambiente. Es una evidente falta de toma de decisiones viendo el obvio deterioro del espacio natural”, critican fuentes del caso.
Los asesores de la Unesco y los ecologistas han insistido en que para dar un vuelco a Doñana, la Junta debe ejecutar el plan de la fresa de 2014, que contiene una clara batería de medidas, la mayoría de las cuales están pendientes una década después. A pesar del criterio técnico, Fernández-Pacheco lo considera un “mal plan” y dice que quiere acabar con él para reformularlo.
Tras el revés para el enclave, Hardcastle deja ahora la puerta abierta a que este recupere su reputación cuando surtan efecto las medidas necesarias que la Junta ha ignorado durante décadas: “Doñana sigue siendo un sitio candidato para una futura inclusión en la lista verde. Apoyaremos a las autoridades del parque para ayudar a mejorar las prácticas de gestión y lograr los resultados de conservación deseados con el objetivo de que el sitio vuelva a unirse a la Lista Verde en un futuro cercano”.
De las 261.766 áreas protegidas reconocidas por la UICN, que cubren más del 15% de la superficie terrestre y el 7,4% de los océanos del mundo, solo 77 están por ahora en el ramillete de la lista verde por su excepcional valor ecológico. La lista verde de la UICN es el primer reconocimiento internacional en suspenderse de los cinco principales que atesora Doñana (Reserva de la Biosfera, Patrimonio de la Humanidad, Humedal Ramsar, Lista Verde y Red Natura 2000). Pero si la sequía persiste, probablemente caerán otros con un previsible efecto en el turismo y la marca Doñana.
El sombrío panorama ecológico, a debate
La inacción durante décadas en Doñana de la Junta, responsable de la gestión medioambiental del parque, tiene hoy un coste que se refleja en la enorme caída de la biodiversidad. Este panorama sombrío protagonizará el Consejo de Participación del espacio protegido que se celebra este lunes, con su presidente Miguel Delibes al frente, pero convocado por la Junta, que ha evitado incluir en el orden del día el informe de seguimiento del plan de la fresa, como es habitual desde hace una década.
El panorama ecológico es desolador: el 59% de las lagunas de mayor tamaño no se inundan desde 2013 y solo el 10% se mantienen en buen estado; y muchas especies de animales y árboles han muerto, entre ellos alcornoques centenarios. El último año solo ha llovido 343 litros por metro cuadrado, cuando la media histórica son 523. El mayor humedal, la laguna de Santa Olalla, solo se llenó en un 10% de su superficie en 2022.
289.696 aves acuáticas invernantes de 97 especies pasaron por la reserva, cuando hace 10 años llegaron a ser casi 700.000, según el conteo oficial de la Estación Biológica de Doñana (EBD). El informe que se presenta esta mañana revela que de las 22 especies de aves analizadas, solo tres tuvieron una cría “aceptable”, 10 contaron con una cría “escasa” y nueve de ellas ni siquiera criaron. El águila imperial ha pasado de tener 15 ejemplares de pollo que llegaron a volar en 2016, a solo tres el año pasado. El 70% de las parejas reproductores de milano real no realizaron puesta o fracasaron durante la incubación.
En la anterior reunión de la pasada primavera, el director de la EBD, Eloy Revilla, advirtió: “De nuestras decisiones depende el futuro de Doñana y su comarca, que, les recuerdo, no solo es un valor local, o regional, sino que se trata de un patrimonio universal de toda la humanidad. Ustedes han de escoger cómo quieren pasar a la historia”.
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