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El Gobierno prevé autorizar un sondeo para reactivar un almacén de gas junto a Doñana

Los ecologistas critican que el pozo implica un peligro ambiental y una estructura caduca frente a la transición energética

Instalaciones del almacén de gas de Trinity Energy Storage a las afueras de Almonte, en Huelva, este viernes.
Instalaciones del almacén de gas de Trinity Energy Storage a las afueras de Almonte, en Huelva, este viernes.PACO PUENTES
Javier Martín-Arroyo

El Ministerio para la Transición Ecológica tiene previsto autorizar un sondeo para almacenar gas junto al Parque Natural de Doñana en Almonte (Huelva). El nuevo pozo, que inyectará y extraerá gas a un kilómetro de profundidad en el almacén estratégico Marismas, dividido en dos estructuras, sustituye a otro que dejó de estar operativo hace cinco años. Los ecologistas se oponen al sondeo y alegarán contra la autorización administrativa que el Gobierno publicó hace 10 días. Tanto Greenpeace como WWF alertan de que supone un peligro para la biodiversidad de la zona, muy próxima a la reserva, y para el acuífero de una zona ecológica crítica. Mientras, el Ejecutivo y la empresa dueña del almacén subterráneo defienden que el sondeo carece de impacto medioambiental.

“No sabemos cómo interactúa la sequía recurrente y la sobreexplotación del acuífero con el almacén subterráneo. Hay un riesgo potencial de contaminación. Es una desgracia que un almacenaje de gas colinde con un parque tan valioso como Doñana. Pero independientemente de los impactos, el gas no tiene futuro en la transición energética y no nos lo podemos permitir. Estas infraestructuras de almacenaje quedarán sin uso y entrarán en quiebra técnica. Por si fuera poco, nuestro segundo mayor proveedor de gas el año pasado fue Rusia y estamos financiando la guerra con estas compras”, alerta Francisco del Pozo, responsable de combustibles fósiles para Greenpeace.

El almacén de gas Marismas dista pocos kilómetros del parque natural y se mantiene en el perímetro. A 1.000 metros de profundidad, es como una lenteja colosal de un kilómetro de largo por unos 200 metros de ancho. En realidad, son dos lentejas de arenas porosas entre las que se cuela el gas, porque el almacén consta de dos estructuras, Marismas-3 y Rincón, separadas por 4,5 kilómetros y confinadas bajo las capas arcillosas, más superficiales. Hace cinco años que la perforación de Marismas-3 dejó de funcionar y ahora la empresa Trinity Energy Storage prevé cambiar el pozo antiguo por otro si lo autoriza el Gobierno. Hace 40 años comenzó a extraerse gas en el entorno de Doñana hasta que los yacimientos se vaciaron y ahora solo se almacena.

Transición Ecológica destaca que el sondeo no responde a una nueva explotación, sino a la solución de un problema técnico. “El proyecto cumple con todas las garantías medioambientales y su ejecución es de importancia estratégica para garantizar la seguridad del suministro. El nuevo sondeo es la repetición de un pozo ya perforado, del que se conoce detalladamente tanto la geología como el entorno geomecánico y está cubierto por la declaración de impacto medioambiental”, alegan fuentes del ministerio.

El volumen del almacén inoperativo desde hace un lustro es de 0,8 teravatios hora (TWh), una cantidad equivalente a casi un día de consumo del país. Transición Ecológica considera que no poder usarse provoca pérdidas económicas al sistema, porque ahora no se recauda importe alguno por los cánones de extracción, almacenamiento e inyección, que se destinan a cubrir costes de la infraestructura y que ahora sostiene el sistema gasista. Y porque no se puede recuperar el gas retenido en la infraestructura y habría que indemnizar a los propietarios con 2 millones de euros.

El almacén Marismas es pequeño en comparación con otros ubicados en otras regiones como País Vasco o Castilla-La Mancha y alberga en total 1,6 TWh, el consumo de Andalucía durante dos semanas y un 4,3% de la capacidad de la red estatal.

Instalaciones del almacén de gas onubense, este viernes.
Instalaciones del almacén de gas onubense, este viernes.PACO PUENTES

Hace 12 años la Junta de Andalucía (entonces PSOE) frenó la ampliación del almacén de gas prevista en terrenos de la reserva ecológica por las dudas sobre su impacto. En un principio, el Gobierno de Mariano Rajoy (PP) dio su visto bueno a la compañía Gas Natural para acometer la ampliación, pero finalmente la Junta la paró por los posibles efectos de tres nuevas estructuras en el subsuelo y equilibrio ambiental del parque. Más tarde, la empresa rebautizada Naturgy vendió el almacén onubense al fondo de inversión Teset, hoy propietaria de Trinity Energy Storage.

Dado que la red nacional de gas pasa junto al almacén, la estructura de tuberías se reduce a los 4,5 kilómetros que separan las estructuras subterráneas Marismas-3 y Rincón. Julio Matesanz, director de explotación de la empresa, defiende que el almacén es necesario para el sistema nacional, que ajusta la oferta a la demanda y hace frente a los picos de consumo anuales. “Llevamos operando el almacén 15 años con los máximos estándares de calidad, tenemos todas las garantías y las instalaciones contemplan la posibilidad de terremotos, como es preceptivo. La guerra de Ucrania ha puesto de relevancia los almacenes de gas y ahora toda la gestión de vaciado y llenado es vital para el sistema porque asegura el suministro”, apunta. “Funcionamos a las órdenes de Enagás [el gestor técnico del sistema gasista, con 12.000 kilómetros de gasoductos] con directrices europeas”, resume.

La organización ecologista WWF también alegará contra el nuevo sondeo en los próximos días. “Todos los yacimientos aprobados para extracción de gas no debían convertirse en almacenamientos permanentes. Las peculiaridades del acuífero de Doñana, un parque nacional de tanta importancia y los problemas que tiene, unidos a la singularidad sísmica de la zona a lo largo de toda la historia, hace que rechacemos el almacén de gas”, expone Juan José Carmona, portavoz de WWF para Doñana.

En el almacén de Marismas trabajan 10 operarios de control, pero Trinity Energy Storage, que también ha extraído gas en el Aljarafe sevillano cerca de la capital andaluza, está ahora volcada en el almacenaje de hidrógeno verde y participa en cuatro proyectos de investigación con firmas de Austria, Holanda, Hungría y Polonia. “En un escenario 100% renovable será necesario almacenar hidrógeno verde y estamos con pruebas piloto”, ilustran fuentes de la empresa.

Sobre el nuevo pozo que completará el almacén de gas de Marismas, las dos posturas están claras: mientras los ecologistas estiman que supone un peligro medioambiental y ven un paso atrás reactivar la mitad del almacén para la transición energética, el Gobierno valora la instalación necesaria para asegurar el suministro, pese a que solo suponga un 2,18% de la red nacional. El consumo total de gas natural cayó en España un 4% el año pasado hasta los 311 TWh, declive en el que pesó sobre todo el descenso del 22% en la demanda de gas para generación eléctrica.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.
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