Atlas de la crisis climática: muertes por calor, retrocesos de glaciares, aumento del nivel del mar y récord de temperaturas
Los últimos ocho años han sido los más cálidos que se han registrado en el planeta desde que arrancaron las mediciones en 1850. “El cambio climático siguió avanzando en 2022″, advierte la Organización Meteorológica Mundial
“El cambio climático siguió avanzando en 2022″, ha destacado la Organización Meteorológica Mundial (OMM) este viernes, coincidiendo con la presentación de su informe anual sobre el estado del clima del planeta. Cuando se analizan los principales indicadores de esta crisis —como el aumento medio de las temperaturas, el calentamiento del océano, la concentración de gases de efecto invernadero, la pérdida de masa de los glaciares…— todo apunta hacia ese avance de la emergencia climática también durante 2022. Un dato quizás sea el que lo resuma mejor: los últimos ocho años son los ocho años más cálidos que se han registrado desde que arrancan las mediciones directas a mediados del siglo XIX. Estos son algunos de los puntos más destacados de esta especie de atlas mundial del cambio climático de 2022 que ha presentado la OMM.
Temperatura media
La temperatura media mundial —de la superficie terrestre y marina— en 2022 fue 1,15 grados Celsius más cálida que promedio del periodo comprendido entre 1850 y 1900. Los años 2015 a 2022 fueron los ocho más cálidos registrados desde que en 1850 arrancó la serie de mediciones. Hasta ahora, 2016 es el año más cálido que se ha contabilizado. Coincidió con el fenómeno de El Niño, un ciclo meteorológico que se inicia con el calentamiento del agua en el Pacífico y que acaba aumentando la temperatura global. En el lado opuesto está La Niña, que ha dominado el planeta en los últimos tres años. Pero para finales de este año y 2024 se espera que el ciclo cambie. Y los expertos auguran que El Niño impulse más las temperaturas globales.
Gases de efecto invernadero
Pero, al margen de las variaciones naturales, los principales responsables del calentamiento global en el que está inmerso el planeta son los gases de efecto invernadero que expulsa el ser humano y cuya fuente principal son los combustibles fósiles. La concentración de estos gases en la atmósfera (retienen el calor en el planeta) también están en niveles de récord. La presencia en la atmósfera de los tres principales —dióxido de carbono, metano y óxido nitroso— detectada en 2021 (el último año con mediciones consolidadas) es la más alta detectada hasta ahora.
“Necesitamos una acción climática acelerada con recortes de emisiones más profundos y rápidos para limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados”, pedía este jueves António Guterres, secretario general de la ONU. “También necesitamos inversiones masivamente ampliadas en adaptación y resiliencia, particularmente para los países y comunidades más vulnerables que menos han hecho para causar la crisis”, añadía.
Olas de calor
Esta crisis no solo se manifiesta con un aumento de las temperaturas medias, también multiplica en intensidad y número los fenómenos meteorológicos extremos, como advierte el IPCC, el panel de expertos en cambio climático de la ONU. Se trata de eventos como las olas de calor “sin precedentes” que afectaron a Europa durante el verano, recalca el estudio de la OMM. “En algunas zonas, el calor extremo estuvo acompañado de unas condiciones excepcionalmente secas”, añade. Esas condiciones extremas quedaron reflejadas “en el exceso de mortalidad asociada al calor en Europa”, que superó las 15.000 muertes en total entre España (4.600), Alemania (4.500), el Reino Unido (2.800), Francia (2.800) y Portugal (1.000). El Servicio de Cambio Climático de Copernicus, de la UE, recordaba precisamente este jueves que el verano de 2022 fue el más cálido jamás registrado en este continente.
Pero fuera de Europa la situación no fue mejor. China también sufrió “la ola de calor más extensa y duradera desde que se iniciaron los registros en el país, ya que se prolongó desde mediados de junio hasta finales de agosto y dio lugar al verano más cálido del que se tiene constancia”, ha resaltado este jueves la OMM. Además, en China también fue el segundo verano más seco jamás registrado.
Aumento del nivel del mar y calor oceánico
El nivel medio del mar a escala mundial siguió aumentando en 2022 hasta alcanzar “un nuevo máximo sin precedentes desde que se dispone de registros obtenidos por altímetros satelitales (1993-2022)”, expone la Organización Meteorológica Mundial. Pero, además, este problema también se está acelerando: “La tasa de aumento del nivel medio del mar a escala mundial se ha duplicado entre el primer decenio del registro satelital (1993-2002, 2,27 milímetros al año) y el último (2013-2022, 4,62 milímetros al año)”. ¿Y cuál es la causa? El calentamiento que está derritiendo las grandes masas de hielo e incrementando la temperatura oceánica. Entre 2005 y 2019, “la pérdida total de hielo continental de los glaciares, Groenlandia y la Antártida fue la causa del 36% del aumento del nivel medio del mar mundial”. El calentamiento del agua del océano contribuyó en un 55%.
Pérdida de hielo marino y glaciares
El hielo marino de la Antártida disminuyó hasta situarse en 1,92 millones de kilómetros cuadrados el 25 de febrero de 2022, lo que supone el nivel más bajo del que se tiene constancia y casi un millón de kilómetros cuadrados por debajo de la media a largo plazo (1991-2020), explica el informe de la OMM. “Durante el resto del año, estuvo continuamente por debajo de la media, con mínimos históricos en junio y julio”, añade.
La situación en los glaciares también es complicada debido al aumento de las temperaturas, que llevó en 2022 a una pérdida de masa mucho mayor que el promedio de la última década en los neveros que se utilizan de referencia y se monitorizan a largo plazo. “En los Alpes europeos, el deshielo de los glaciares alcanzó máximos históricos debido a una combinación de poca nieve invernal, una intrusión de polvo sahariano en marzo de 2022 y las olas de calor que se produjeron entre mayo y principios de septiembre”, recoge la OMM en su resumen anual. “En Suiza, entre 2021 y 2022 se perdió el 6% del volumen de hielo de los glaciares, y un tercio entre 2001 y 2022″, añade. “Las mediciones en los glaciares de las zonas de alta montaña de Asia, el oeste de América del Norte, América del Sur y partes del Ártico también revelan pérdidas considerables de masa”, advierte el informe.
Según el último análisis del IPCC, la pérdida de hielo de los glaciares en todo el mundo superó las 6.000 gigatoneladas en el periodo comprendido entre 1993 y 2019. Eso supone un volumen de agua equivalente a 75 lagos Lemán, el mayor de Europa Occidental, explica la OMM.
Calor oceánico y acidificación
El calentamiento de los océanos también alcanzó un máximo histórico en 2022. La OMM explica que alrededor del 90% de la energía atrapada en el sistema climático debido a los gases de efecto invernadero acaba en el océano. Esto suaviza el calentamiento global, pero está llevando a los mares a una complicada situación. A ello se une otro peligroso fenómeno: la acidificación. Porque además de atrapar calor, los mares también retienen una parte importante del dióxido de carbono que expulsa el ser humano, lo que disminuye el pH y lleva a la acidificación, que tiene graves consecuencias para los ecosistemas marinos.
Sequías e inseguridad alimentaria
La sequía causó “estragos” en África Oriental en 2022, resume la OMM, que añade que “las precipitaciones han estado por debajo de la media durante cinco estaciones de lluvias consecutivas, algo que jamás había ocurrido en los últimos 40 años”. En enero de 2023, la cantidad de personas que estaban en una situación de grave inseguridad alimentaria ascendía a más de 20 millones de personas. La Organización Meteorológica Mundial explica que 2.300 millones de personas se encontraban en situación de inseguridad alimentaria en 2021, de las que 924 millones padecían una inseguridad grave.
La India y Pakistán vivieron en 2022 varias olas de calor, también de niveles récord, que llevaron a un descenso del rendimiento de los cultivos en ambos casos. “Ello, combinado con la prohibición de las exportaciones de trigo y las restricciones a las exportaciones de arroz en la India tras el inicio del conflicto en Ucrania, amenazó la disponibilidad y la estabilidad de los alimentos básicos en los mercados internacionales, así como el acceso a ellos”. Y supuso “grandes riesgos” para los países que ya estaban afectados por la escasez de alimentos básicos, como muchas de las naciones africanas.
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