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Los científicos advierten del “insostenible punto crítico” que sufre Doñana y piden frenar la ley de la derecha andaluza

La estación biológica de la reserva critica “las falsas expectativas” que genera el aumento de regadíos propuesto por PP y Vox

Laguna del Moral Doñana
La laguna del Moral en Doñana, inundada en 2011, seca y copada por la vegetación en 2020.CSIC (CSIC)
Javier Martín-Arroyo

La biodiversidad de Doñana atraviesa su peor momento en décadas. El balance actual de los científicos es desolador y refleja con datos el bajísimo nivel del acuífero, la desaparición de más de la mitad de sus humedales, y su efecto directo en la muerte de su fauna y árboles. La Estación Biológica de Doñana CSIC ha presentado sus conclusiones más recientes en el Consejo de Participación celebrado este lunes, en el que ha denunciado el “insostenible punto crítico” que atraviesa la reserva por la “inacción ejecutiva” de los políticos. Los expertos han exigido a la derecha andaluza (PP y Vox) que retire su proposición de ley para aumentar los regadíos de agricultura intensiva cercanos al parque, por mentir y crear “falsas expectativas”.

Los científicos han intentado gastar su última bala para hacer reflexionar a los diputados populares y de la ultraderecha antes de que este miércoles voten en el Parlamento andaluz el inicio de la tramitación de su proposición de ley, que irá por vía de urgencia y podría estar aprobada a finales de junio.

Tras las críticas del Gobierno, que no descarta denunciar ante el Tribunal Constitucional la ley autonómica por invadir sus competencias, y la amenaza de la Comisión Europea, que ha advertido a España del riesgo de multas millonarias por desproteger Doñana, ahora la ciencia aclara por qué la iniciativa política agravará el deterioro medioambiental de la reserva: “Se utiliza una dialéctica infantil, de buenos y malos, que solo busca enfrentar a distintas partes de la sociedad, utilizando mensajes absurdos tales como que el agua de los ríos que llega al mar se pierde, o que la conservación del medio ambiente está necesariamente contrapuesta a la actividad económica”, reza el informe expuesto por el director de la estación biológica, Eloy Revilla. La opinión de los científicos es muy relevante porque, al margen de su rigor, puede ser en la que se apoye la Comisión Europea para pedir al Tribunal de Justicia de la UE que multe a España por desproteger el parque.

El presidente del Consejo de Participación de Doñana, el biólogo Miguel Delibes, también ha cargado este lunes contra la proposición de ley: “Es muy negativa, solo genera tensión y alimenta el conflicto. Supone hacer juegos políticos que se parecen al toreo de salón, cuando una situación dramática como la que vivimos en Doñana requiere tomarse las cosas en serio, agarrar el toro por los cuernos, tomar decisiones probablemente impopulares, gastar dinero y trabajar, todo lo contrario de hacer proposiciones de ley que no se pueden cumplir”, informa Europa Press.

Laguna de Santa Olalla, en Doñana, seca el pasado agosto.
Laguna de Santa Olalla, en Doñana, seca el pasado agosto. BANCO DE IMÁGENES DE LA EBD/CSIC (BANCO DE IMÁGENES DE LA EBD/CSIC)

La legalización de más de 1.500 hectáreas de invernaderos ilegales de fresas, planteada por la derecha a dos meses de las elecciones municipales, supone aumentar la presión en una zona donde la sequía extrema, el robo constante de agua con pozos ilegales y la macrourbanización de Matalascañas han hundido el acuífero a niveles nunca vistos. La Junta alega que su nueva proposición de ley —a diferencia de la del año pasado, que decayó por las elecciones autonómicas— no permitirá extraer del acuífero, pero sí que convertirá en regables suelos que hoy no lo son y abrirá la puerta para que cientos de agricultores reclamen aguas superficiales a la ocnfederación hidrográfica, pese a la escasez y las negras perspectivas que augura el cambio climático.

Los científicos concluyen que la salud de Doñana está en fase crítica mientras la demanda de agua para los frutos rojos sigue al alza tras aumentar los invernaderos de 2.162 hectáreas en 2004 a 3.543 en 2014. Ante el constante saqueo del agua, el acuífero está sobrexplotado y su nivel freático ha descendido hasta 5 y 6 metros en piezómetros como el Ojillo y Mogea, “con valores inferiores a los de 1995″, el mínimo histórico.

Al descender el acuífero, las lagunas en superficie desaparecen a gran velocidad y el 59% de las lagunas de mayor tamaño —con más de 900 metros cuadrados— no se inundan desde 2013, según el último estudio científico publicado. Además, el 19% de las 267 lagunas analizadas se ha perdido por completo al estar ya invadidas por vegetación terrestre, entre ellas algunas con gran afluencia de aves antaño como el Charco del Toro, el Zahíllo o el Brezo. Solo un 10% se mantiene en buen estado. Las tres lagunas que eran permanentes “han dejado de serlo”, con la más conocida, la de Santa Olalla, que marcó un hito el pasado agosto tras secarse por completo, situación que antes solo se dio en 1983 y 1995. Entre el pasado septiembre y finales de febrero solo se han recogido en Doñana 266 litros por metro cuadrado, cuando la precipitación media anual es de 549 litros.

Desde el récord de 3.000 lagunas temporales registrado en 2004, la tendencia siempre ha sido a la baja. “Los cambios observados están significativamente relacionados con la temperatura y la precipitación de cada año, así como con la extensión de áreas cultivadas, la superficie construida en Matalascañas, la distancia a las estaciones de bombeo de la urbanización y al funcionamiento del campo de golf”. “El impacto negativo es generalizado”, concluyen los expertos.

Reunión del Consejo de Participación de Doñana, este lunes.
Reunión del Consejo de Participación de Doñana, este lunes.JUNTA DE ANDALUCÍA (JUNTA DE ANDALUCÍA)

Esta desaparición de los humedales ha provocado la muerte de anfibios, reducidos de 4,3 especies por kilómetro cuadrado, a solo 2,5 especies en 2021. Las dos especies de galápagos autóctonas de la península Ibérica, ambas incluidas en listas rojas europeas, han sufrido una reducción hasta el 33% del espacio que ocupaban en los años 90. En paralelo, la pérdida de hábitats acuáticos ha menguado las libélulas y los caballitos del diablo, que contaban con 43 especies en 1959 y en 2022 solo se observaron 12 especies, el 28% del total. También se han esfumado especies de peces como el salinete o la anguila y especies de plantas acuáticas como las del género Utricularia y Hydrocharis ante el deterioro de los humedales.

Además de las lagunas temporales, otros hábitats prioritarios como las depresiones intradunares húmedas o el monte negro están en retroceso. La consecuencia más llamativa es la defoliación y muerte de numerosos árboles, muchos de ellos alcornoques centenarios, lo que es un “buen indicador de la situación de excepcionalidad actual”, alerta la ciencia. En una reciente prospección de 121 alcornoques, ha muerto el 8% y un 10% está en muy mal estado.

Los expertos desmienten afirmaciones relevantes que contiene la proposición de ley, rebatidas por la evidencia científica. Si el texto dice “el acuífero no se toca”, los científicos recuerdan que “la explotación actual del acuífero no es sostenible porque se extrae más recurso del que se regenera mediante la recarga por precipitación, variable y decreciente”. Cuando la derecha afirma que “los cultivos de regadío son un ejemplo de desarrollo sostenible”, la estación biológica recuerda “la proliferación descontrolada de cultivos sin las correspondientes autorizaciones que muestra la insostenibilidad causada por un claro fallo en la gobernanza por parte de las Administraciones”. Y por último, PP y Vox aseguran que “Doñana está más protegida que nunca”, cuando los datos muestran que “el nivel más alto de protección a nivel estatal y europeo no está sirviendo para proteger los hábitats y especies amenazados de Doñana”. “Tras un año tan difícil como 2022 o el propio 2023, que no va a ser mejor, la situación no hará sino empeorar rápidamente”, avanzan los científicos sobre el optimismo que respira el texto parlamentario.

Activistas de Greenpeace, con una pancarta en contra de la proposición de ley del PP y Vox sobre los regadíos en Doñana, hace tres semanas.
Activistas de Greenpeace, con una pancarta en contra de la proposición de ley del PP y Vox sobre los regadíos en Doñana, hace tres semanas.GREENPEACE (GREENPEACE)

En el Consejo de Participación se han evidenciado tres posturas: una por completo a favor de la proposición, por parte de la Junta y algunos alcaldes de la comarca onubense, otra intermedia que ha reclamado información al Gobierno andaluz como la Confederación de Empresarios (CEA), la Diputación de Huelva y alcaldes, y una tercera contraria a la ley con los científicos, los ecologistas y el Ministerio para la Transición Ecológica, según resumen fuentes presentes en la reunión.

El portavoz de la Junta y consejero de Medio Ambiente, Ramón Fernández-Pacheco, considera que se vierten “bulos y mentiras” sobre Doñana: “No podemos tolerar ese continuo ir y venir de bulos y mentiras con el único ánimo de seguir crispando el ambiente y seguir proyectando una imagen que para nada es cierta. Doñana es innegociable”. El consejero ha censurado al ministerio por “negarse a sentarse hasta en dos ocasiones en una comisión bilateral técnica”.

La respuesta del secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha sido para encontrar “consenso”: “Si no somos capaces de habilitar un gran espacio de consenso probablemente estaremos colocando a Doñana en una situación irreversible, lo que nos advierten las instituciones a nivel internacional, la Comisión Europea, la Unesco, el Tribunal de Justicia de la UE, el Gobierno y es lo que el conjunto de la ciudadanía de nuestro país espera”.

Juan José Carmona, responsable para Doñana de la organización ecologista WWF, ha avisado de las consecuencias del severo dictamen de los científicos en contra de la ley: “Con ese informe de la estación biológica, acabamos otra vez en el Tribunal de Justicia de la UE, que ya condenó en 2021 a España”. “El objetivo real es crear una figura de agricultores a la espera de agua, que tendrán cultivos en regadíos sin agua. La Junta se quiere quitar de encima la obligación de actuar contra ellos”, ha añadido.

La intervención de Revilla ha apelado directamente a la conciencia de los dirigentes políticos y la hipotética desaparición de la reserva ante el descenso en picado de su biodiversidad: “Tenemos la obligación legal, moral y social de resolver este problema. De nuestras decisiones depende el futuro de Doñana y su comarca, que no solo es un valor local o regional, sino que se trata de un patrimonio universal de toda la humanidad. Ustedes han de escoger cómo quieren pasar a la historia”.

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Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

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