El coronavirus lleva a una caída histórica en España de los gases que calientan el planeta
Un estudio apunta a un descenso de las emisiones del 15% en 2020 respecto al año anterior. La bajada habría sido del 4,3% sin la pandemia
Este 2020 se cerrará con un descenso histórico de las emisiones de gases de efecto invernadero en España, según pronostica un completo estudio realizado por BC3 (Basque Centre for Climate Change) y el Observatorio de la Transición Energética y la Acción Climática (Otea). Los investigadores de ambas instituciones estiman que la caída global será del 15%, la mayor desde que arrancaron en 1990 los inventarios nacionales de este tipo de gases, que son los responsables del calentamiento global.
“Este descenso no tiene precedente”, recalca Mikel González-Eguino, miembro del BC3 y coordinador del informe. Para encontrar la mayor bajada registrada hasta ahora había que retroceder a 2009, cuando la crisis financiera desencadenó una caída del 9,6%.
Los autores del informe resaltan que 2020 será el primer ejercicio en el que las emisiones de estos gases se situarán por debajo de los niveles de 1990, en concreto, un 7% menos. 1990 fue el año en el que se publicó el primer informe del IPCC (el grupo de científicos internacionales que asesora a la ONU sobre cambio climático) en el que alertaba de la vinculación clara entre calentamiento y gases de efecto invernadero. Además, es el año que se suele tomar como referencia en los inventarios de gases de efecto invernadero y para fijar los objetivos de recorte de emisiones en los acuerdos internacionales y leyes nacionales. Por ejemplo, los gases de efecto invernadero de la Unión Europea fueron un 24% menores en 2019 respecto a 1990; y el objetivo que se quiere fijar esta semana la UE es llegar a una bajada del 55% en 2030. En España, que hasta este 2020 no había conseguido bajar del nivel de 1990, el Gobierno se ha establecido como meta que en 2030 se llegue a un descenso del 23% respecto al de hace 30 años.
La caída de las emisiones más pronunciada ha sido durante los primeros meses de la pandemia. En abril descendieron un 31% y en mayo un 22%, apuntan en su informe estos investigadores. “Aunque la reducción de emisiones fue menos acusada durante la fase de desescalada, esta volvió a caer con la llegada de una segunda ola y las nuevas medidas de contención”, añaden.
“Pero no todo el descenso se debe a la covid”, explica González-Eguino. De hecho, en enero los gases habían bajado un 15% respecto al mismo mes de 2019 y en febrero un 11%. Esto se debe al efecto de la caída del uso del carbón en España para generar electricidad, que se desplomó en la primavera de 2019 y no ha vuelto a remontar. Según los autores del informe, el 71% de la reducción de 2020 sería responsabilidad de la pandemia, pero hay otro 29% asociado a otros factores como ese descenso del empleo del carbón. Los investigadores calculan que, si no se hubiera producido el parón de la actividad por la covid, el descenso en España de los gases expulsados habría sido del 4,3%.
El de la generación de electricidad es uno de los grandes sectores emisores, al igual que el del transporte. El estudio apunta también a un descenso sin precedentes en 2020 en ese segundo sector: “Durante los meses de marzo, abril y mayo el consumo de carburantes para automoción se redujo un 42% con respecto al mismo periodo del año anterior y el consumo de querosenos para la aviación un 77%”. Más de la mitad del descenso total de las emisiones de este 2020 se deberá a la caída del consumo del petróleo en el país, calculan los autores del informe.
Muchos analistas temen ahora que se pueda producir un efecto rebote con la recuperación. “Lógicamente, una parte de la reducción es coyuntural, como todo lo ligado a la movilidad o la aviación, con lo que se volverá a la senda anterior”, explica González-Eguino. “La duda que tenemos ahora es cómo va a ser la nueva normalidad. Ahora hemos visto que algunos cambios en nuestros estilos de vida son viables, como el teletrabajo”, añade.
Pese a esta reducción de los gases de efecto invernadero y la que se espera para el resto de la economía global este año, el problema del cambio climático está muy lejos de solucionarse. Un claro ejemplo es la concentración en la atmósfera del dióxido de carbono —el principal de estos gases―: este 2020 marcará un nuevo récord debido a las elevadísimas emisiones acumuladas durante décadas. “Si queremos alcanzar el objetivo de mantener el aumento de temperatura global por debajo de 1,5 °C [el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París] es necesario seguir adoptando medidas para reducir las emisiones de una manera más rápida, planificada y sostenida en el tiempo y que garanticen la calidad de vida actual y futura de todas las personas del planeta”, concluyen los autores de este informe.
Retraso en los datos
El investigador del BC3 Mikel González-Eguino resalta que su equipo ha desarrollado “una metodología para por primera vez poder medir las emisiones, con un grado de incertidumbre, mes a mes con solo dos meses de retraso”. “Esto puede servir para poder hacer una medición más exacta de las políticas climáticas,” añade. Normalmente, el Gobierno difunde los avances de los inventarios nacionales en verano, es decir, unos siete meses después de acabarse el año.
Lógicamente, al tratarse de estimaciones, el estudio del BC3 tiene un margen de error. Sus cálculos apuntan a una reducción del 15%, aunque podría fluctuar en un rango comprendido entre el 11% y el 19%. El nivel de incertidumbre de su modelo es muy pequeño en los nueve primeros meses del año, aunque aumenta considerablemente en los datos de octubre, noviembre y, sobre todo, diciembre.
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