Pedro Sánchez pide disculpas a un científico que sufrió un procreso kafkiano para obtener la nacionalidad española
El investigador del cáncer brasileño Carlos Eduardo Pedreira ha recibido una carta del presidente del Gobierno tras ganar al Ministerio de Justicia en los tribunales
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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha pedido disculpas al científico brasileño Carlos Eduardo Pedreira, un investigador del cáncer en Salamanca que ha ganado una batalla de años contra el Ministerio de Justicia para demostrar que sabe hablar español y poder obtener la nacionalidad, como reveló EL PAÍS el 31 de enero. “Estimado profesor Carlos Eduardo Pedreira”, comienza una carta firmada por Sánchez el 11 de febrero. “He tenido conocimiento, a través de los medios de comunicación, del complejo y laborioso trámite administrativo y judicial al que ha tenido que hacer frente para conseguir la nacionalidad española. Comparto y entiendo plenamente su frustración ante este proceso. Este hecho, sin duda, debe conducir a una reflexión interna de procedimientos para evitar que un caso como el suyo pueda repetirse”, afirma el presidente en su misiva.
Pedreira, coautor de una herramienta decisiva para diagnosticar leucemias y linfomas, vive desde 2002 a caballo entre Salamanca, donde colabora en el Centro de Investigación del Cáncer, y su Brasil natal, donde es profesor de la Universidad Federal de Río de Janeiro. El 14 de septiembre de 2017, ya sentía “una identidad cultural tan grande con España” que decidió pedir la nacionalidad. Aquel día se metió en un asfixiante laberinto institucional que compara con El proceso, la novela del checo Franz Kafka en la que el protagonista, Joseph K., vive una absurda pesadilla burocrática.
La Dirección General de Seguridad Jurídica y Fe Pública, dependiente del Ministerio de Justicia, denegó la nacionalidad a Pedreira tras cuatro años de silencio administrativo. El organismo consideraba que el investigador brasileño no había demostrado su integración en la sociedad española, al no haber acreditado el conocimiento básico de la lengua con un diploma de español nivel A2 o superior, emitido por el Instituto Cervantes. La realidad es que Pedreira domina el español, es amante de los libros de Javier Moro y tenía desde 2011 un diploma nivel C2, el máximo, pero la Dirección General no revisó la documentación.
El científico brasileño, nacido en Río de Janeiro hace 68 años, presentó una reclamación ante esa injusticia, pero la Abogacía del Estado respondió con nuevos motivos para denegarle la nacionalidad, también injustificados, como exigirle un certificado de ausencia de antecedentes penales que ya había acreditado. Finalmente, la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional dio la razón a Pedreira el pasado 9 de octubre, en una sentencia muy contundente que afea al Ministerio de Justicia haber provocado “la indefensión” del investigador.
El mismo día 11 de febrero, la Dirección General concedió la nacionalidad española a Pedreira y el presidente envió su carta. “Quiero trasladarle, en nombre del Gobierno de España, el profundo orgullo que representa para mí poder llamarle compatriota. No solo por su contribución a la ciencia en nuestro país, en un campo tan relevante como el de la lucha contra el cáncer, a la que ha dedicado tantos años y esfuerzos en la Universidad de Salamanca, sino por el cariño y afecto que transmiten sus declaraciones a la hora de referirse a España y que le llevaron a tomar esta importante decisión vital”, expone Sánchez.
Pedreira ha colaborado durante más de dos décadas con Alberto Orfao, catedrático de la Universidad de Salamanca, en el desarrollo de Infinicyt, una exitosa herramienta empleada en cientos de laboratorios de todo el mundo para analizar células y diagnosticar tumores de la sangre. El presidente del Gobierno español reconoce su labor: “Sé que mis palabras no enmiendan los laberintos burocráticos por los que usted, a la vista está, no debió pasar. Pero confío en que al menos sirvan para transmitirle, en nombre de toda España, que es un honor tenerle entre nosotros como un español más”.
Carlos Eduardo Pedreira cuenta que sintió “rabia” cuando le denegaron la nacionalidad por, supuestamente, no acreditar un grado suficiente de integración en la sociedad española, pese a que la solicitaba precisamente porque se sentía plenamente español. La misiva de Pedro Sánchez, dice, le ha reconfortado. “No soy una persona que se emocione fácilmente, pero esa carta sí me ha emocionado. Tengo todavía más orgullo de mi nueva nacionalidad”, celebra.
Las concesiones de nacionalidad llevan años suponiendo experiencias kafkianas para buena parte de los que lo solicitan. Además de las denegaciones no fundamentadas que acaban resueltas favorablemente tras llevar al Ministerio de Justicia a los tribunales, los plazos son largos e imprevisibles. A finales de 2022, había más de 276.000 personas esperando una respuesta a su solitud de nacionalidad por residencia, según la organización periodística Civio. De ellos, 11.000 llevaban cinco años aguardando una respuesta que, en teoría, no debería demorarse más de un año, informa María Martín.
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