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Localizado un brazo extinto del Nilo que explica la enigmática ubicación de las pirámides de Egipto

Un nuevo estudio localiza y cartografía una antigua rama del río que fluía por la zona donde se hallan estas estructuras y que hoy es pleno desierto

The Pyramids of Giza
Las pirámides de Guiza (Egipto) están reconocidas como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.oneworld picture (Universal Images Group via Getty)
Marc Español

La mayoría de las pirámides del antiguo Egipto se agrupan en una estrecha franja de desierto que se extiende a lo largo de la falda de la meseta del desierto occidental del país. Se da por sentado que estas monumentales estructuras se construyeron cerca de vías fluviales que facilitaron el transporte de los materiales de construcción y la mano de obra. Pero hoy el Nilo, que es el único río que riega esta inhóspita tierra, fluye a kilómetros de distancia. Y sus antiguos brazos, incluido el que debería explicar la concentración de pirámides en una franja que ahora se encuentra en pleno desierto, continúan sin conocerse bien del todo.

En un intento de seguir resolviendo este enigma, un equipo de investigadores de diversos países ha identificado recientemente segmentos de un importante brazo extinto del Nilo —al que han bautizado como el Brazo de las Pirámides—, que atraviesa precisamente la zona. Gracias a imágenes de radar por satélite, perforaciones profundas del suelo y análisis geofísicos, el grupo ha podido estudiar la parte del valle del Nilo que se halla junto a las pirámides. Y tras una investigación exhaustiva, publicada por Nature la pasada semana, sostienen que este brazo fluvial fue fundamental para la construcción de las icónicas estructuras egipcias.

“El hallazgo de este antiguo brazo, cerca del emplazamiento de las pirámides, indica que efectivamente desempeñó un papel clave en el transporte de los enormes materiales de construcción y de los obreros necesarios para su construcción”, apunta Mahfooz Hafez, uno de los miembros del equipo y del Instituto Nacional de Investigación en Astronomía y Geofísica de Egipto (NRIAG). Para este especialista, el brazo extinto era parte de una “superautopista de transporte fluvial”.

A lo largo de los últimos milenios, el paisaje del valle del Nilo a su paso por Egipto ha experimentado grandes cambios. El estudio señala que hace unos 12.000 años, durante el llamado Período Húmedo Africano, el árido desierto del Sáhara se convirtió en un entorno parecido a la sabana, con amplios sistemas fluviales, debido a un aumento global del nivel del mar. Entonces, el Nilo contaba con brazos secundarios que discurrían por su llanura aluvial, y la vida humana aún no se concentraba en su valle por los altos niveles de agua.

Esta fase húmeda de la región fue terminando de forma gradual hace alrededor de 5.500 años, lo que empujó cada vez a más personas a desplazarse hacia zonas elevadas ubicadas en los límites de la llanura aluvial del valle del Nilo, que todavía estaba bañada por varias serpenteantes ramificaciones del río. Durante aquella transición llegó el período del Reino Antiguo de Egipto, sobre el 2.600 antes de Cristo, que fue cuando se construyeron las primeras pirámides.

Entonces, como ahora, el Nilo fue la principal fuente de vida para Egipto. Pero con el paso del tiempo, y la paulatina desertificación de la región, su curso central continuó desplazándose hacia su base y sus brazos secundarios se secaron, abandonando antiguos asentamientos humanos en latitudes cada vez más remotas. Por dónde fluían exactamente aquellas ramas del Nilo y qué aspecto presentaban, sin embargo, sigue siendo en parte un rompecabezas.

En el pasado se han llevado a cabo estudios para intentar localizar estos antiguos brazos del Nilo, e investigaciones recientes habían detectado una rama fluvial y un entorno parecido a un pantano a los pies de las pirámides de Guiza. El trabajo recientemente publicado refuerza la existencia de un brazo fluvial perdido hace mucho tiempo, pues es el primero que proporciona un mapa de aquel entorno en la franja desértica donde se concentran las pirámides. También aporta nuevas claves sobre por qué se levantaron en sus ubicaciones actuales y cómo los antiguos egipcios accedían a sus complejos.

“Se habían realizado estudios para descubrir antiguos canales enterrados del Nilo, pero esta vez dirigimos nuestra atención a conocer la relación entre el río y las pirámides, y a por qué están todas distribuidas en la orilla occidental del Nilo”, señala Hafez.

En busca de templos perdidos

Mediante el análisis de imágenes de radar, los investigadores han podido identificar que el brazo de las pirámides se hallaba entre 2,5 y 10 kilómetros al oeste del curso moderno del Nilo. Tenía una profundidad de entre dos y ocho metros, una anchura de 200 a 700 metros, y se extendía a lo largo de unos 64 kilómetros, bordeando una treintena de pirámides.

Las pirámides del antiguo Egipto se hallaban en complejos con otras estructuras, incluido un templo relativamente alejado a orillas de un cuerpo de agua conectado con el resto mediante una calzada. El estudio señala que estos templos actuaban como puertos fluviales, y ha determinado que los cinco que han sobrevivido parcialmente hasta hoy se encuentran junto a la orilla de lo que fue el brazo fluvial de las pirámides y que todas las calzadas discurren perpendiculares a su curso. Los investigadores apuntan que el hallazgo podría ayudar a encontrar otros templos que ahora permanecen enterrados. “Creemos que abrirá la puerta a la excavación a lo largo del brazo de las pirámides para descubrir más yacimientos arqueológicos y quizás conducir a un gran hallazgo en el futuro”, nota Hafez.

Los investigadores también proponen que la ubicación de estos templos puede resultar útil para conocer la evolución de los niveles de agua del brazo fluvial. Así, la pirámide romboidal y la pirámide roja del complejo de Dahshur, al sur de El Cairo, se encuentran muy adentro del desierto, y los datos de radar revelan que su templo-puerto se alzaba frente a la orilla de un canal extinguido del brazo de las pirámides. Por el contrario, las pirámides de la Quinta Dinastía, aproximadamente entre el 2.500 y el 2.350 antes de la era común, se ubican en altitudes bajas y más próximas a la llanura aluvial, lo que indica unos niveles de agua bajos. Las calzadas de las grandes pirámides de Guiza, por su parte, desembocan en una suerte de bahía fluvial que enlaza con el brazo de las pirámides, y la mayor de las tres, la gran pirámide de Keops, parece conectar directamente con el brazo ahora localizado.

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