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Política científica
Tribuna
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Virus, ciencia y elecciones generales: una petición de apoyo a la investigación científica

Las entidades que representan la ciencia en España piden a los grupos políticos de la próxima legislatura “implementar una estrategia científica sólida”

Una trabajadora en el laboratorio dedicado microbiología del Hospital La Paz de Madrid.
Una trabajadora en el laboratorio dedicado microbiología del Hospital La Paz de Madrid.Kike Para

El mundo vivió hace tres años una de las experiencias más traumáticas de la historia de la humanidad debido a la pandemia del Covid-19, causada por un virus microscópico que tuvo un impacto devastador en la salud pública, la economía y la vida de multitud de personas, superando los 750 millones de afectados y más de 7 millones de muertos confirmados. La lucha contra este virus y la búsqueda de soluciones efectivas evidenció la importancia crucial de la ciencia y la investigación. Nunca se había valorado tanto la ciencia, ni los científicos habían tenido tanto reconocimiento y visibilidad. Una trascendencia que se ha ido diluyendo con la vuelta a la normalidad y que ante la actual convocatoria de elecciones generales está en juego que sea reimpulsada por todos los partidos políticos. No debemos dejar pasar esta oportunidad para seguir reforzando el apoyo a la investigación científica y asegurar un futuro mejor para todos.

Desde el inicio de la pandemia, científicos de todo el mundo se unieron en una carrera frenética para comprender el virus, su forma de propagación y desarrollar estrategias de control. Los avances fueron impresionantes gracias a la colaboración y la innovación financiada por el sector público y privado. En ello participaron equipos multiprofesionales de médicos, bioquímicos, biólogos, matemáticos, físicos, economistas, psicólogos, etc, lo que refleja bien que algunos retos actuales requieren de una ciencia multidisciplinar que entienda bien la complejidad de nuestra sociedad. La ciencia permitió identificar rápidamente el virus responsable, el SARS-CoV-2, y secuenciar su genoma en un tiempo récord. Esto condujo al desarrollo de pruebas de diagnóstico precisas, al rastreo de contactos y a la comprensión de las medidas para reducir la propagación.

La ciencia también fue fundamental en la creación de vacunas efectivas en un plazo breve, brindando esperanza en el peor momento de la pandemia. Gracias a estos esfuerzos científicos, cientos de millones de personas en todo el mundo han sido vacunadas y protegidas, y se han desarrollado tratamientos eficaces para los casos graves.

Los países con una sólida base científica y una infraestructura de investigación consolidada pudieron responder de forma más efectiva. De esta manera, la crisis de la infección Covid-19 dejó claro que la inversión en investigación científica y el apoyo a los científicos son fundamentales para enfrentar los desafíos globales de salud. La ciencia nos brinda conocimiento, herramientas y esperanza en momentos difíciles. Sin ella, nuestra respuesta a la pandemia habría sido mucho más limitada e ineficaz. Ahora que las tasas de incidencia son muy bajas, y que hemos abandonado las mascarillas, no deberíamos olvidar las lecciones aprendidas durante estos años.

En agosto de 2022, el Congreso de los Diputados aprobó la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación en España, con el objetivo de fortalecer el sistema de I+D+i del país, mejorar su eficacia y coordinación, y promover la generación y transferencia para beneficiar a la economía y a la sociedad en general.

Esta ley pretende abordar problemas fundamentales como la falta de financiación, la atracción de talento, la burocracia y la rigidez administrativa, las infraestructuras y, finalmente, la promoción entre la población de una cultura de investigación. Los cambios tratan de mejorar las condiciones laborales y el desarrollo profesional de los investigadores, aumentar la transferencia de conocimiento entre el sector público y privado, y mejorar la gobernanza y la coordinación del sistema. Cuánto de esto se logre dependerá del desarrollo efectivo de la Ley y del mantenimiento sostenido de la apuesta en los años venideros.

En los próximos días, los españoles elegirán a sus representantes en estas ya inminentes elecciones generales. El Parlamento resultante será responsable de implementar estas leyes, establecer prioridades y asignar los recursos económicos adecuados. En los años venideros, España y el mundo deberán enfrentar diversos desafíos de enorme magnitud, como los sociodemográficos, los ambientales, los energéticos, los climáticos, los sanitarios y los de gestión de la información.

Los avances científicos nos brindan conocimiento, herramientas y esperanza en tiempos difíciles, y es crucial respaldar a la comunidad científica para que pueda continuar contribuyendo al bienestar de nuestra sociedad. Esto implica invertir en infraestructuras, fomentar la colaboración interdisciplinar y promover una cultura que valore y respalde su trabajo. Además, es esencial escuchar la voz de los científicos y tener en cuenta sus recomendaciones en la toma de decisiones políticas relacionadas con la ciencia.

En resumen, instamos a los diputados y a los grupos políticos de la próxima legislatura a cumplir con los compromisos establecidos en la Ley de la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, a mejorarla en todo lo necesario, a implementar una estrategia científica sólida, a asignar los recursos adecuados y a respaldar a la ciencia española en su labor. Nuestros ciudadanos y nuestra sociedad merecen este compromiso con la ciencia. Es el momento de demostrar un firme apoyo político a la investigación científica y de asegurar un futuro más esperanzador para nuestro país.

Artículo firmado por Alicia Alonso, Mª Luisa Castaño, Javier García Alegría, Julián Garde López-Brea, Rafael Garesse, Jesús Pérez Gil, Mª José Sanz, Luis Serrano, José Manuel Torralba y Perla Wahnon.

Escriben en nombre de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), la Federación de Asociaciones Científico-Médicas Españolas (FACME), la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y la Alianza de Centros de Excelencia Severo Ochoa y María de Maeztu (SOMMa).

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