La premura del 28-A desvirtúa las primarias de los partidos
La Crida desoyó a sus bases y Puigdemont impuso su lista, mientras que los comunes eligieron a Asens con más votos en blanco que a favor
La precipitada convocatoria electoral del 28 de abril ha puesto en evidencia la falta de transparencia de los partidos. De los seis que concurrieron en 2016, solo dos han celebrado primarias, aunque su espíritu se ha desvirtuado al estar fuertemente controladas por los aparatos. De la lista de los comunes, pactada sin rival, al fichaje a dedo de la candidata del PP por Barcelona, pasando por la lista impuesta por Puigdemont, los partidos han tratado como un mero trámite las primarias para el 28-A.
En el recuerdo están, como ejemplo de procesos en los que se decidía alguna cosa, las primarias que enfrentaron en el PSOE a Pedro Sánchez y a Susana Díaz en 2017, y las que ganó en el PP Pablo Casado ante Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal en 2018. Y también hay ejemplos de primarias que han movilizado a muchos militantes, como las impulsadas por la Asamblea Nacional Catalana ante las municipales, en las que han participado unas 40.000 personas y cuya cara visible es Jordi Graupera. Frente a estos casos, estas son las primarias que han hecho los partidos que se presentan al 28-A.
Esquerra Republicana. El Consejo Nacional de Esquerra aprobó por unanimidad el 1 de marzo que Oriol Junqueras fuera cabeza de lista. Dos semanas después, el mismo órgano aprobó la composición de la lista. La trayectoria de los republicanos ha quedado empañada con la forma en que se confeccionó la candidatura para las elecciones municipales de Barcelona. Alfred Bosch ganó las primarias en marzo por el 95% de los votos, pero en septiembre la dirección decidió apostar por el entonces consejero Ernest Maragall con un insólito cambio de roles con Bosch. Maragall se sometió a unas primaras que ganó ante un rival propuesto por las bases, Xavier Martínez, que denunció falta de democracia interna.
Ciudadanos. Las primarias en el partido de Albert Rivera suelen ser un religioso trámite para refrendar al candidato oficial. Es el caso de Inés Arrimadas, que reunió el 96% de los votos (453 sufragios) en una votación en la que participaron otros 10 candidatos, todos hombres, y sin relevancia mediática. Sólo participó el 19% de los afiliados de Barcelona, la más baja de toda España. La líder de la oposición no mostró preocupación por ello y replicó que a ella le inquietaría que su partido hiciera lo que Carles Puigdemont. Las sombras han envuelto a las primarias de Ciudadanos para la Junta de Castilla-León donde el partido tuvo que anular el nombramiento de la candidata Silvia Clemente, un fichaje de Albert Rivera, al haberse realizado de forma irregular el escrutinio.
Partit dels Socialistes. Los socialistas han elegido a Jaume Collboni, cabeza de lista por Barcelona, como número uno por Barcelona pero tampoco han hecho primarias para designar a Meritxell Batet. La elección se realizó mediante un voto secreto entre los miembros del Consejo Nacional de los socialistas que debían aportar un mínimo de avales. Sin oposición alguna, la ministra fue la única que optó al cargo.
La Crida. El partido, fundado por Puigdemont, se estrenó con una consulta a la ciudadanía. Un total de 11.815 inscritos participaron en la votación para saber si debía impulsar una lista unitaria y concurrir a las elecciones si lo aceptaban sus eventuales socios. El resultado fue aplastante: el 97% de los afiliados —11.490 asociados— votaron sí a la primera opción, y 10.729 votaron a favor de una confluencia. Sin embargo, contra todo pronóstico, La Crida decidió no asumir el mandato y descartó presentarse como tal al 28-A. Cuatro días después, consultaron si el diputado Jordi Sànchez debía ser cabeza de lista de la candidatura de Junts per Catalunya. Salió el sí con un 81% de votos. La participación descendió en 2.064 votos.
PDeCAT y JuntsXCat. El PDeCAT hizo primarias por todas las comarcas pero no asumió el mandato de ninguna de ellas. Las listas del 28-A se aprobaron en un consejo nacional que se convocó con un día de antelación, incumpliendo el reglamento —debe de hacerse al menos con cinco días— y sin quorum, aunque la norma no lo exige. Los candidatos se votaron a mano alzada. Mientras se producía esta votación y sin previo aviso, Junts per Catalunya anunciaba por sorpresa que Puigdemont sería el cabeza de lista a las elecciones europeas.
Catalunya en Comú. La cúpula de los comunes pactó una candidatura hasta la décima posición de la lista y decidió anular las primarias al no presentarse ninguna lista alternativa. El sector Desbordem, minoritario en el partido, criticó que las negociaciones fueran “a puerta cerrada”. Jaume Asens fue elegido cabeza de lista con más votos en blanco que a favor. Podem, sin embargo, dio en otoño una noticia inesperada: Noelia Bail, miembro de la exdirección de Albano Dante Fachin, fue elegida en septiembre secretaria general al derrotar por 19 votos al candidato oficial, Jaume Durall, por 19 votos.
Partido Popular. El PP no tiene tradición de celebrar primarias —a excepción de las que eligieron a Pablo Casado. Como cabeza de lista por Barcelona al 28-A, y para rivalizar con Inés Arrimadas, la cúpula nombró el sábado a la exdiputada y periodista Cayetana Álvarez de Toledo, sin ninguna vinculación con Barcelona.
Hasta el consejo político de la CUP se quebró
La CUP sobresale por sus complejos procesos de democracia interna, protagonizados por las asambleas para decidir los movimientos del partido anticapitalista. Pareció saldar el domingo día 10 su debate sobre si debía concurrir al 28-A en un consejo político fulminante. En apenas dos horas, los anticapitalistas refrendaron su posición histórica de no sentirse interpelados en unas elecciones generales. Así lo decidieron por 24 votos a favor, 20 en contra y cuatro abstenciones. Dos días después, Poble Lliure, una de sus corrientes más influyentes, se desmarcaba por completo y anunciaba su intención de concurrir a los comicios. El sector ha conformado la candidatura Front Republicà con Pirates de Catalunya, también otro sector de los anticapitalistas, y Som Alternativa, de Albano Dante Fachin.
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