Localizados restos fecales en los mojitos de la venta ambulante de las playas de Barcelona

La Guardia Urbana de Barcelona, junto a efectivos del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil han recogido muestras durante las últimas dos semanas de comida y bebidas —sobre todo mojitos— vendidas por los vendedores ambulantes de las playas. Tras reunir varias muestras y analizarlas, los agentes de ambos cuerpos han concluido que algunas de ellas contienen restos fecales. Asimismo, han comprobado que los vendedores guardan los ingredientes para la elaboración de los combinados en los espigones, en contenedores de basura y en el alcantarillado público sin ningún respeto por la higiene y salud de los consumidores.

Los resultados de los análisis de los productos para el consumo humano vendidos ilegalmente en las playas de Barcelona coinciden con el estudio que llevó a cabo EL PAÍS el verano de 2017. La operación policial llevada a cabo este año se ha saldado con la identificación de 18 vendedores de mojitos y la intervención del material y los ingredientes que utilizaban para realizar las mezclas dispuestos en bolsas de plástico y botes abiertos sin etiquetar. Los detenidos son de nacionalidad pakistaní, india y rumana. Están acusados de un delito contra la salud pública.

La mayoría de intervenciones se realizaron en el barrio de la Barceloneta, donde las organizaciones de venta ilegal se fijan en el turista como su público potencial. Entre los ingredientes intervenidos se encuentran vasos de plástico, zumo de frutas, hojas de menta, sandía cortada en trozos y varios líquidos y preparados para hacer mojitos, así como un polvo de color verde del que se desconoce su composición. Según fuentes de la investigación, se utilizaba para dar sabor y color a la bebida.

El hielo, el polvo verde, las hojas de menta y los vasos fueron remitidos al Departamento de Química y Medio Ambiente del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil para la realización de los análisis y confección de los informes periciales pertinentes. Tras el análisis de las muestras, la policía determinó que las sustancias pueden resultar perjudiciales para la salud debido a la presencia de la bacteria denominada E. coli, que puede ocasionar diarreas, gastroenteritis y otros desórdenes digestivos.