Protestas en la Policía Municipal por la continua supresión de los descansos
Los sindicatos del cuerpo critican la falta de previsión por parte de la cúpula, que notifica los cambios con un día de antelación
El malestar de los agentes contra la dirección de la Policía Municipal se ha hecho aún más palpable esta semana. Los sindicatos han remitido sendas cartas al concejal de Seguridad, Javier Barbero, y al director del cuerpo, Andrés Serrano, en las que protestan por el aumento de las horas de servicio y la supresión de los descansos. Estos se producen a veces casi sin antelación, con los consiguientes perjuicios para los funcionarios, según denuncian los afectados. El Ayuntamiento argumenta que la plantilla ha bajado en los últimos años por falta de contrataciones y que se tiene que garantizar la seguridad de la ciudad en todo momento.
La última actuación que ha desencadenado esta reacción sindical ha sido la supresión de los descansos semanales previstos para el fin de semana del 12 y 13 mayo, en plenas fiestas de San Isidro. La orden de la cúpula policial se transmitió el día de antes, lo que supuso que muchos agentes se enteraran de la obligación de acudir a trabajar con menos de 24 horas. La reacción fue que solo en el distrito de Centro y en un mismo turno se dieran de baja 15 agentes, con los consiguientes problemas de distribución de puestos.
Los problemas de falta de personal se habían dado en actos puntuales, como el Orgullo Gay o las Navidades. La última vez fue con la celebración del maratón de Madrid, el pasado 22 de abril, cuando los agentes se negaron a hacer horas extras de manera voluntaria y tuvieron que acudir al puesto de trabajo tras una orden interna de la jefatura. Por el contrario, la supresión de las libranzas distribuida a las distintas unidades el 11 de mayo se salía de lo habitual.
El escrito firmado por los cuatro principales sindicatos del cuerpo —el Colectivo Profesional de Policía Municipal (CPPM), la Unión de Policía Municipal (UPM), la Confederación Sindical Independiente de Trabajadores-Unión Profesional (CSIT-UP) y la Unión General de Trabajadores (UGT)— tacha de “inaceptable” la medida. Critica que se llamara por teléfono a los funcionarios, sin que quedara “constancia ni prueba de notificación alguna”: “Todo esto deja al funcionario en una indefensión ante los actos de la Administración”. El escrito critica la falta de planificación de todas las fiestas por parte de los mandos policiales y anuncia que sus respectivos servicios jurídicos están estudiando emprender acciones legales contra los mandos ante “este abuso repetido” de la disponibilidad de los agentes.
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) remitió otra carta al concejal Javier Barbero ante “la intolerable falta de previsión de los servicios programados”. “Todo esto ataca directamente a la conciliación laboral y familiar de los componentes de la Policía Municipal”, critica el responsable de este sindicato en el cuerpo, José Antonio Barras. “Las necesidades del servicio a que aluden en la supresión de las libranzas no es un cheque en blanco del que puede hacer uso el Ayuntamiento cuando le parezca. Solo se puede utilizar con necesidades muy tasadas. Fechas concretas como las Navidades o las fiestas de San Isidro ocurren todos los años”, añade el sindicalista.
Un cuerpo en el que falta personal
La plantilla actual de la Policía Municipal ronda los 6.100 agentes, cuando debería llegar a los 6.900. En los últimos años se ha envejecido mucho. Los puestos de oficinas (llamados adaptados) superan el 40%.
La convocatoria publicada a principios de año solo alcanza las 99 plazas, que no cubren ni de lejos las jubilaciones.
Muchas horas extras
Varios mandos policiales consultados por este periódico reconocen que hay un déficit importante de personal y que además se han incrementado los actos que se celebran en la ciudad, en especial durante los fines de semana. Esto supone que haya que tirar de horas extras, con el consiguiente problema para las arcas municipales.
Una portavoz de la Concejalía de Seguridad afirma que “la prioridad número uno del Ayuntamiento es que el nivel de seguridad en la ciudad sea óptimo”, por lo que en la cobertura de grandes actos (como conciertos, celebraciones o carreras populares) se destinan todos los funcionarios que sean necesarios.
La portavoz añade que el número de efectivos está en claro descenso desde hace algunos años debido a la falta de convocatorias en los años previos a la llegada de Ahora Madrid, en 2015. “Es un déficit señalado en varias ocasiones por esta corporación. De hecho, desde que hemos llegado, se han convocado todas las ofertas públicas de empleo posibles para las plazas de Policía Municipal. El límite de gasto de la Ley Montoro es el obstáculo principal para aumentar el gasto en el capítulo presupuestario que corresponde”, afirma.
El Ayuntamiento se ha comprometido a adelantar la notificación a los agentes de que se les suprimen los descansos, aunque añade que hay algunos actos, como los deportivos, que “son imposibles de prever”. “La mayoría de las veces se cubren con personal voluntario, si bien es algo más difícil ahora por encontrarnos inmersos en la negociación del convenio, lo cual hace que se presenten menos trabajadores voluntarios, algo que se considera legítimo como modo de presión, por supuesto”, concluye la portavoz municipal.
La celebración de una medalla envuelta en la polémica
La alcaldesa, Manuela Carmena, y el concejal de Seguridad, Javier Barbero, tienen previsto celebrar esta tarde la concesión de la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo a la Policía Municipal, impuesta el pasado Día de la Comunidad de Madrid por el Gobierno regional. El acto se desarrollará en los jardines de Cecilio Rodríguez del Retiro.
Esta celebración, a la que solo se puede acudir con invitación, ha sentado muy mal entre los mandos policiales, sobre todo por la negativa del equipo de gobierno (Ahora Madrid) a apoyar la concesión de la medalla de honor de la Ciudad a la Policía Municipal, solicitada por el PP.
El portavoz popular, José Luis Martínez-Almeida, pidió incluso por carta a Carmena que reconsiderara su postura. Los mandos ven en esta fiesta "mucha hipocresía": "O sea, no son capaces de darnos la medalla tras los graves altercados de Lavapiés [registrados el 15 de marzo tras la muerte del inmigrante senegalés Mame Mbaye] y ahora quieren ponerse a bien con un acto de estas características". Algunos consideran incluso no asistir a la convocatoria de esta tarde ante "el desprecio a que está sufriendo el cuerpo" con este equipo de gobierno.
Desde el Ayuntamiento mantienen que se trata de “un encuentro de reconocimiento de la gran labor de Policía Municipal”.
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