El Lliure se convierte en Lampedusa para denunciar la crisis de refugiados
Xicu Masó interpreta al médico Pietro Bartolo, la última oportunidad para miles de migrantes
Hace unos meses el actor Xicu Masó quedó impactado al escuchar las trágicas historias de los refugiados que llegaban a la costa de Lampedusa relatadas por el médico Pietro Bartolo. Tanto, que al terminar la conferencia, y "arrollado" por la "verdad" con la que, dice hablar el médico, Masó se le acercó para comentarle, admirado: "Dices que haces tu trabajo. Pues yo hago el mío y quiero ser tu en el escenario".
De esta manera se gestó El metge de Lampedusa que se podrá ver por primera vez este sábado en el Teatre de Salt. Una obra, que como explicaba ayer Masó "no está dirigida a los convencidos" de que hay que acoger a los refugiados sino al público que aunque sea difícil, aun no conozca la realidad de este drama. En el Teatre Lliure de Montjuic y flanqueado por la dramaturga de la obra, Anna Maria Ricart, y su director, Miquel Gorriz, el intérprete del médico Pietro Bartolo presentó esta coproducción del Festival Temporada Alta con el Lliure y Punt Produccions treatrals s.l.
"Queremos convencer de que hay que acoger", dijo ayer de forma clara Masó quién, junto a su equipo, pretende ser un altavoz más de la crisis de los refugiados en Europa, la mayor crisis humanitaria tras la Segunda Guerra Mundial. Y, para ello, se aferran a una persona, o a un héroe, según se mire:Pietro Bartolo, médico Lampedusa, que desde hace años se dedica a rescatar a los miles de refugiados que llegan a las costas de esta pequeña isla italiana de 20 kilómetros cuadrados.
Para explicar esta historia, Gorriz y Masó se han basado en Lágrimas de Sal, la autobiografía de Bartolo publicado el pasado abril, escrita también por la periodista Lidia Tilotta. En el libro, el doctor, proveniente de una familia humilde de pescadores, narra un trauma de adolescencia cuando, navegando, cayó de su lancha, y que ayuda a entender su sacrificio y trabajo con los refugiados. " Hace frío y es de noche. Estoy a punto de entrar en pánico. (...) No quiero morir así. No a los 16 años. Mamá, papá, grito. Se acerca el fin, pienso".
Durante los últimos años, Bartolo ha visto el mismo miedo que sintió entonces en los ojos de los miles de refugiados que ha atendido. Unas personas, que como afirmaba Miquel Górriz no son cifras, sino que cada una tiene una historia, un drama que explicar. Un trabajo que Gorriz ha encarado con mucho "respeto y pudor", pues es la primera vez que el director se enfrenta a un texto de no ficción y en el que ha intentado "descubrir el nivel de teatralidad utilizando el menos artificio posible".
Anna Maria Ricard, la autora de la obra se sumaba ayer también a esta actitud de “trabajar contra la cosificación de las persones y a favor de la personificación” de las víctimas de las guerras y desigualdades del mundo. “Son persones como nosotros”, apuntó la traductora de este texto teatral que en Barcelona se estrenará el 20 de octubre
Como afirmaba en una entrevista, el doctor Bartolo, "se acuerda de estas personas”. Su relato se escuchará ahora a través del actor Xicu Masó, que nos explicará la historia de refugiados como Hassan, que llevó a cuello a su hermano paralítico durante todo el viaje o Faduma, "una señora de Gambia que, con orgullo, salió de la barca lena de agujeros como si saliese de una estación de tren".
Masó ponía perspectiva ayer de los problemas que sufre la gente, "los más importantes para las personas", recordando por qué huyen los refugiados. "En algunos países de África viven atentados como los que vivimos en Barcelona cada día. ¿Vosotros no huiríais?", interrogaba el actor a la decena de periodistas que asistían a la presentación".
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