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El Govern prevé usar el día de la votación centros de salud que estén de guardia

Ni los centros escolares municipales de Barcelona, ni las escuelas concertadas ni los centros cívicos consultados han recibido notificación oficial de que serán colegios electorales el 1 de octubre

El CAP Guinardó, uno de los ambulatorios donde el Govern prevé que se pueda votar
El CAP Guinardó, uno de los ambulatorios donde el Govern prevé que se pueda votarDepartamento de Salud

Los directores de varias escuelas municipales de Barcelona que la Generalitat prevé utilizar como colegios electorales el 1 de octubre no han sido informados de su participación en el referéndum, según comprobó ayer este periódico. En circunstancias normales, a estas alturas ya habrían recibido una comunicación oficial. En este caso, sin embargo, no saben nada, tampoco los centros cívicos o escuelas concertadas. Ante la falta de locales, el Govern también pretende recurrir a cerca de 80 centros de atención sanitaria primaria como lugares de votación. Algunos compaginarían ese día la actividad asistencial con las urnas.

Los colegios electorales que han trascendido —no hay listado oficial— son, sobre todo, tradicionales colegios electorales, pero también hay sorpresas. Para sortear la falta de centros de votación, el Govern ha recurrido a 80 centros de salud de atención primaria, que funcionarían así como colegios electorales.

Aunque la inmensa mayoría suelen estar cerrados los domingos, día de la votación, fuentes del Departamento de Salud confirmaron que “una mínima parte” —previsiblemente menos de cinco ambulatorios— compaginarán la actividad asistencial con la votación en sus dependencias. Fuentes de Salud insistieron en que la calidad asistencial está garantizada y que habrá “espacios diferenciados” para la actividad sanitaria y la votación con puertas de entrada distintas.

Salud aseguró, además, que no es la primera vez que se recurre a dispositivos sanitarios como colegios electorales en unos comicios. En algunos municipios donde apenas hay alternativas de locales, como diversas zonas de Lleida o la Cataluña Central, ya se han empleado como centros electorales en otras ocasiones.

La lista de colegios electorales ha revelado también que el Govern cuenta con usar locales de titularidad municipal en Barcelona, aunque la alcaldesa Ada Colau se comprometió a que el Ayuntamiento contribuiría al referéndum sin poner en riesgo a la institución y respetando el informe del secretario municipal, que rechazó ceder locales porque el referéndum ha sido declarado ilegal.

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Al menos una quincena de colegios, institutos y centros cívicos del Ayuntamiento aparecen en el registro de colegios electorales que maneja la Generalitat. El gobierno de Colau, no obstante, evita aclarar si habrá urnas en locales municipales y se limita a decir que la logística de la consulta depende del Govern. Su socio de gobierno, el socialista Jaume Collboni, aseguró, en cambio, que no se abrirán puntos de votación en locales municipales porque el secretario del Consistorio dijo que sería ilegal. “Ha sido una decisión unilateral de la Generalitat”, afirmó el socialista, que rompería la coalición con Colau si cede locales.

La incertidumbre es mayor aún para los responsables de los centros que aparecen en la lista. Nadie les ha notificado nada. Algunos se han enterado por la prensa; otros, por los propios padres. “En condiciones habituales, dos meses antes comienzan los trámites, el recuento de mesas, traen cabinas y urnas, se asigna una persona para abrir el día de las elecciones…”, explica el director del Instituto Serrat i Bonastre, Antoni Torres. Tanto su centro como el Juan Manuel Zafra, ambos del Ayuntamiento, son colegios electorales habitualmente, y lo fueron también en la consulta ilegal del 9-N de 2014. Esta vez los directores esperarán a tener comunicación oficial para actuar.

En la controvertida lista también aparecen escuelas de congregaciones religiosas. Suelen acoger colegios electorales y están habituadas a esos trámites, que duran “unas semanas”, pero esta vez tampoco tienen comunicación oficial, asegura el director de la escuela FEDAC Horta, Oleguer Salvadó. Coincide Miquel Graupera, responsable de un centro de las Vedrunas. Las congregaciones a las que pertenecen se han posicionado a favor del referéndum, pero los directores desconocen cuál sería el papel de los centros si tuvieran que abrir el 1-O. Los Jesuitas también están “a la expectativa”. “Sin hacer nada ni decidir nada, hemos aparecido en esa lista. Vamos a esperar a una comunicación oficial”, señalaron fuentes de la Fundación.

El delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, envió ayer una carta a los directores de colegios e institutos para avisarles de que, si autorizan el uso de sus centros para el referéndum, podrían incurrir en delitos de prevaricación, desobediencia y malversación de fondos públicos. El Govern, que denunció en un comunicado que Millo estaba “amenazando y coaccionando a los funcionarios”, aseguró que los directores no tendrán ningún problema porque no recibirán instrucciones, pero tampoco aclaró quién abrirá entonces los colegios. El portavoz del Govern, Jordi Turull, dijo que no podía dar más datos. “A quien le toque estará perfectamente al corriente de todo”, zanjó.

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