Francisco Rico: “No leo el ‘Quijote’, ya me lo sé ”
El académico y miembro de la RAE, flamante Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, alerta de que "la cultura general ya socialmente no existe"
“En un determinado momento, Don Quijote y Sancho van a salir y dice el texto que Sancho ensilló a Rocinante y ‘enalbardó al momento’. Una mierda ‘al momento’: es 'al jumento’”. Vibra aún el filólogo Francisco Rico (Barcelona, 1942), miembro de la RAE y máximo experto cervantino, ante su enésimo hallazgo en el Quijote. Ni la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes concedida hace unos días ni su escepticismo ante la Comisión Nacional para conmemorar el IV Centenario de la Muerte de Cervantes detienen sus legendarios recelo y sarcasmo, traducidos en silencios de hasta 12 segundos ante muchas respuestas, soltadas tras largas caladas que dejan una inverosímil ceniza suspendida en cada cigarrillo.
Pregunta. Estarían orgullosos sus maestros José Manuel Blecua y Martín de Riquer porque el reconocimiento es a personas y entidades que han destacado en la creación y difusión artística...
Respuesta. Las únicas medallas que valen la pena son las que se pone uno mismo cuando queda satisfecho de su trabajo.
P. Al ganar hace poco el Nacional de las Letras, Carme Riera decía que hace 10 años ya que no puede explicar nada porque sus alumnos carecen de referentes: “No han leído a Cervantes ni saben quién es Rodoreda”.
R. Estoy alejado de la enseñanza, pero mi impresión es que los estudiantes, con muchísimas ganas de aprender, no saben sin embargo nada de nada. Basta verles las caras de perplejidad continua.
P. Gran contradicción: nunca se tuvo tanta herramienta para aprender...
R. Ocurre que lo que había sido la cultura general ya socialmente no existe. Riquer decía que él nunca había tenido que aprender que París era la capital de Francia y que Hamlet lo escribió Shakespeare: lo supo siempre porque estaba en el mundo de referencias común. Y hoy los chicos lo tienen que aprender todo...
P. ¿Está bien representado Cervantes en el mundo virtual?
R. Cervantes está tan mal representado en ese mundo como todo lo demás. He seguido lo que hay de Cervantes en Twitter y nadie dice nada que tenga sustancia, todo son tonterías… Porque sin referencias, ¿qué vas a decir? Con 140 caracteres, ¿qué vas a decir? Está tan mal representado como todo el universo mundo, que diría el mismo Cervantes.
Hoy no leemos ya más que fragmentos de cosas
P. La Red debería ser una panacea y un instrumento fantástico para la difusión de una obra universal.
R. Hoy no leemos más que fragmentos de cosas; la cultura clásica también debiera darse en pequeños fragmentos significativos, procurando establecer relaciones entre ellos y procurando situar los asuntos menudos en contextos más amplios.
P. ¿La obra cervantina lo permite?
R. Sí, el Quijote es un libro hecho a pedazos, con historias grotescas, sentimentales... Hay multiplicidad de elementos y sí se pueden extraer segmentos significativos.
P. Y eso que tanto ayudan las nuevas tecnologías a las Humanidades con la búsqueda de textos, la sistematización...
R. Pensamos mucho en Internet, pero una cosa es el universo de la Red, con todo lo que ofrece, y otra, las redes sociales, que son necesariamente no ya una vulgarización sino una deturpación de todo: de la cultura, de la política, de la religión... Sobre todo porque dan la oportunidad de expresar su idiotez a todos los idiotas.
P. El Quijote se lo ha leído entero el 15% de los españoles. ¿Es mucho o poco?
R. Es mucho porque eso no hay que juzgarlo por el total de la población española sino de los que leen libros, que no debe superar el 15%. Es un porcentaje importante de los que leen regularmente o los que tienen la lectura por un entretenimiento frecuente.
P. ¿Qué parte del Quijote hay que hacer leer, la primera o la segunda?
Hay más Quijotes que Sanchos porque la vida del hombre es ponerse metas que no logrará
R. Suelo aconsejar leer primero la segunda parte, que es más sencilla. El lector ya conoce de oídas la primera parte y no necesita tenerla presente, y estoy convencido de quien lea la segunda acabará entrando en la primera. A los novatos dudosos, pues, que empiecen por la segunda parte. Pero el Quijote se puede leer por donde uno quiera porque como todo el mundo conoce de qué va la cosa, se puede disfrutar desde cualquier momento. De hecho, los que leen el Quijote cada día, que son muchos, lo hacen así, a trozos sueltos.
P. ¿Usted es de esos?
R. Yo no leo el Quijote, ya me lo sé. Solo lo he leído una vez, luego lo he releído y estudiado, pero leerlo, solo una. Coger el Quijote para leerlo no lo he hecho más. Pero me acuerdo muy bien de la primera vez... Lo leí en 1956, en la habitación 314 del Gran Hotel de Zaragoza, un par de días en que mi abuelo y yo quedamos parados ahí, en un ejemplar que me regaló la cocinera de casa. Tenía una buena colección de ellos, que ahora ya forma parte del legado de toda mi biblioteca, unos 32.000 libros, que he hecho a la Universidad Autónoma de Barcelona. Tenía una tercera edición, tan rara que ni se pudo tasar porque ni tan siquiera ha salido al mercado...
P. Si tuviéramos que fragmentar más, ¿qué tres episodios habría que leer?
R. Soy muy malo para contar historias, tengo mala memoria para eso; yo no sabría explicar el Quijote por su orden: no sé quiénes son los personajes, ni cómo se llaman… No sé contar una historia. Quizá la aventura de los galeotes, porque de entre ellas es de las más significativas; luego, los primeros capítulos de la segunda parte, donde se habla de la primera, precisamente por ello, y ya la vuelta de Don Quijote a la aldea tres ser derrotado en Barcelona, paradigmático de lo que es toda la novela y los diversos grados de coloración de la obra.
P. ¿Cuántos Quijotes de la edición del centenario de la RAE de 2005 se llevan vendidos?
Pablo Iglesias, más que un Quijote, es el Bachiller Sansón Carrasco. Pero Tania Sánchez sería una óptima Dulcinea
R. Unos tres millones. Pero en rigor no es la edición de la RAE sino la que hice para Castilla-La Mancha, que luego acogió la RAE y luego he rehecho para Alfaguara. La de la RAE es ahora la de su Biblioteca Clásica, en dos contundentes tomos, que ya en 1998 y 2005 superaron los 100.000 ejemplares. Pero mi preferida, la de veras mía, es la de bolsillo.
P. ¿Cómo tenemos Barcelona, ciudad “archivo de la cortesía”?
R. No lo sé, apenas nunca piso Barcelona...
P. En referencia a lo sociopolítico...
R. Yo entiendo que en Cataluña no ha cambiado nada ni va a pasar nada. No ha cambiado, porque si hace 50 años se hubiera puesto a votación la independencia los votos a favor hubieran sido proporcionalmente los mismos que ahora. Y no va a pasar nada, porque del famoso proceso no puede salir nada.
P. ¿Pablo Iglesias, por su actitud con el referéndum catalán, es un Quijote?
R. Es más bien el Bachiller Sansón Carrasco... Pero Tania Sánchez sería una óptima Dulcinea.
P. ¿Puede ser que se vean más Quijotes que Sanchos Panzas?
R. Probablemente, porque la vida de los hombres es hacerse ilusiones y ponerse metas que en general no van a conseguir.
P. ¿Cómo conmemorar los 400 años de la muerte de Cervantes? Creo que la comisión solo se ha reunido una vez.
No hay ninguna posibilidad de encontrar los huesos de Cervantes e identificarlos; eso fue una campaña electoral de Ana Botella
R. Yo creo que ni existe. Zapatero, varios años antes del 2005, llamó la atención sobre que iba a celebrarse ese año y que había que preparar las cosas y se hicieron muchas. Ahora parece que está todo muerto... A mí el Consejo de Ministros me nombró presidente de la comisión para el centenario de Cervantes, pero no acepté… Es difícil hacer cosas útiles. Lo que hay que procurar es fomentar la lectura del libro. Y todo lo que no sea eso son ganas de perder el tiempo. Un aspecto esencial es atraer la atención sobre el libro utilizando medios más fáciles y actuales de comunicar que el libro: desde videojuegos hasta el teatro, cómics, pegatinas y figuritas. Ah, sí Disney lo hubiera puesto en dibujos animados…
P. ¿Cómo se ha pasado de ir con antelación a que nos pille el toro?
R. Quizá Zapatero era más vivo que Rajoy. Espero que no me quiten la medalla...
P. Se ha trabajado en la exhumación de los restos del escritor. ¿No se puede caer en cierto paroxismo cervantino?
R. Eso de los restos empieza con Pepe Botella, que quiere crear una cultura nacional como la francesa, con sus héroes y tal. Ha sido ridículo, sobre todo en los últimos tiempos, en los que ha servido solo para la campaña electoral de Ana Botella. No hay ninguna posibilidad de encontrar los huesos de Cervantes e identificarlos, si es que siguen ahí. Con los cambios en el convento, si algo de Cervantes quedó se mezcló con restos de otros cadáveres y si no ocurriera un milagro, no hay manera de certificarlo ni tener la certeza de que siguen ahí... Era pura propaganda electoral de Botella, de la que ingenuamente se hizo cómplice la RAE con una lápida. Y luego no hacemos lo básico; en fin...
P. ¿Qué falta por estudiar de Cervantes? ¿Quizá una biografía definitiva?
R. Tenemos buenas biografías de Cervantes y ahora saldrá otra excelente, de Jordi Gracia. De su vida íntima, diaria, sabemos poquísimo y no hay medio de llenar los huecos; pero, por otro lado, conocemos muy bien su fisonomía moral e intelectual. En el Quijote, Cervantes no habla como autor nunca, pero está en todas partes: en las opiniones, el sentido común, la ironía... Sabemos que todo ello es del autor. Era un jugador, un intermediario financiero, un medio alcahuete de las mujeres de su familia, seguramente. Pero su personalidad se ve en gran medida en el Quijote, aunque nunca hable de sí mismo.
P.¿Y de la obra?
Se han dicho infinitos disparates: desde que Don Quijote se volvió loco porque no fornicaba y le estalló el semen dentro, hasta quien ve mensajes cabalísticos en las letras capitales de los capítulos del 'Quijote'
R. Cabe siempre reinterpretar, pero aun ahí hay un campo abierto. Las obras completas de Cervantes que está publicando la Academia contienen incluso inéditos, como una pieza teatral, La conquista de Jerusalén, que nunca salió en edición independiente y que es conocida de pocos años.
P. ¿Cuál es el estudio más estrambótico que conoce sobre Cervantes?
R. Hay infinitos disparates. Desde quien piensa que Don Quijote se volvió loco porque no fornicaba y le estalló el semen dentro, hasta quien ve mensajes cabalísticos en las letras capitales de los capítulos del Quijote. Se ha dicho todo, hasta que está escrito originariamente en catalán...
P. ¿Qué quiso estudiar y nunca pudo de Cervantes y el Quijote?
R. Cervantes es un interés tardío. Llegué por la vía de saber cómo se edita un texto del Siglo de Oro, algo que no se puede entender sin saber cómo funcionaba la imprenta de la época, que cortaba y añadía... Lo que he sido toda mi vida es estudioso de Petrarca. Lo que tengo que hacer ahora es acabar El primer siglo de la literatura española: cómo empieza a escribirse y componerse en las lenguas vulgares. Será mi libro póstumo.
P. ¿Y sobre el Quijote, nada más?
R. Lo estudio mucho y sigo encontrando cosas. Todas mis ediciones del Quijote cambian un poco en relación con la anterior, igual solo tres palabras, pero siempre algo que me permite restituir mejor el texto de Cervantes.
P. ¿Lo último que ha encontrado?
Lo que tengo que hacer ahora es acabar 'El primer siglo de la literatura española: cómo empieza a escribirse y componerse en las lenguas vulgares. Será mi libro póstumo
R. Tengo mucho. Lo del jumento, por ejemplo. Casos así hay decenas y centenares. Hay páginas enteras del Quijote que no necesito leerlas para saber que hay añadidos que no son de Cervantes. Se dan casos gordos: “Levantada la arpillera, dijo Don Quijote de La Mancha: no se levante nadie...”. Lo que escribió Cervantes fue: “Levantada la arpillera, dijo Don Quijote: No se levante nadie”. ¿Cómo lo sé? Porque es el único lugar de la obra donde se pone la frase “Dijo Don Quijote de La Mancha”, siempre es “Dijo Don Quijote”. ¿Por qué aquí es “de La Mancha”? Pues para doblar línea: cosas de la imprenta...
P. Detectivesco.
R. En España no se sabía de estas prácticas; yo lo aprendí de los estudiosos ingleses...
P. ¿Sigue haciendo poesía?
R. Solo satírica. Sí, quería ser poeta, pero a partir de un determinado momento vi que era muy fácil para mí y perdí interés. Era demasiado bueno para hacer una cosa tan obvia. La satírica sí porque es sutil. Quizá hasta vea la luz algún día.
P. ¿Por qué es personaje de obras de Javier Marías, Arturo Pérez Reverte, Javier Cercas…?
R. Quizá porque soy de los pocos filólogos que ha tenido muchas presencias en el mundo de la literatura creadora y por consiguiente soy un tipo raro para los escritores.
R. ¿Y se gusta?
P. En general, me encuentro representado por debajo de mis posibilidades.
P. ¿Por qué sabiendo tanto de Cervantes y del Quijote no es usted rico?
R. No lo necesito. Tengo una pequeña fortuna propia con la cual puedo permitirme todo lo que de veras me apetece. Por ejemplo, como decía Umberto Eco, tomar todos los taxis que me convenga.
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