La 'perfomance' callejera del 'Big Data'
El proyecto Metabody llega a Madrid con una actuación contra la gestión de datos privados
Una veintena de tiendas de campaña se desplaza lenta y cuidadosamente por el parque de Azca, en la zona financiera de la capital, frente a las miradas de los curiosos. En el interior de cada una de las estructuras, una persona. La oscilación de sus brazos, piernas, pies y torso consigue unos movimientos impredecibles, dispares, atípicos. Se trata de Metatopia, la última actuación de Metabody, un proyecto europeo que pretende transgredir los límites establecidos de la expresión y la comunicación.
El coordinador de esta idea, en la que participan 38 entidades de 16 países, es el español Jaime de Val. Este filósofo de formación pretende con este proyecto “romper con la tendencia dominante que nos impone el nuevo Gobierno mundial: Facebook y Google”. Para De Val, el Big Data nos convierte en individuos homogéneos y predecibles que siguen todos los mismos patrones. Con su actuación pretende confrontar el “habitual y controlado” clic de ratón con el libre movimiento del cuerpo dentro de esas estructuras flexibles. “Queremos dar una respuesta diferente a esta cultura del momento tan poco criticada y que está disfrazada de liberación tecnológica”, reflexiona De Val.
Dos señoras del barrio se paran frente a las estructuras de Metabody, no solo por sus incontrolados desplazamientos, sino por los sonidos que emiten. Cada una lleva instalados unos sensores y unos microrrobots que permiten que cada oscilación produzca una sonoridad. Son voces electrónicamente procesadas. “No podemos ni queremos negar la tecnología, pero para nosotros no es ‘el todo’, es una capa más. Por eso, hemos creados nuestras propias interfaces digitales que, a diferencia de las que dejan huella digital, sí permiten la libre expresión”, expone el filósofo.
El objetivo del proyecto ha atraído a decenas de personas de todo el mundo, especialmente vinculadas a universidades y al mundo del arte. Una de ellas es Brisa Muñoz, una artista chilena que lleva un año en Madrid para colaborar con Metabody. De la idea le atrajo la libertad, la posibilidad de utilizar elementos comunes –como unas simples tiendas de campaña—para otros usos —como la protesta por el control digital— y la interacción.
Metabody valora mucho la participación con el público. “La gente no sabe lo que está pasando, pero no importa. Es parte del juego”, justifica Del Val, “aun así muchas personas se acercan a preguntar”. Un ejecutivo trajeado cruza por medio de la perfomance de Azca. Le ofrecen intervenir, pero declina la oferta con la cabeza. Es una respuesta común en este barrio financiero y, paradójicamente, uno de los motivos por los que Metabody ha elegido Azca como su primera zona de actuación. “Queremos ver si gracias a estas peculiaridades podemos transformar este entorno hostil, donde la gente solo pasa para ir al trabajo, en un lugar de exploración creativa”, razona.
Azca no es el único lugar de actuación. Desde el 21 hasta el 25, Metabody paseará sus estructuras por todo el barrio de las letras. Para Del Val, esta zona es mucho más turística, pero igual de hostil, ya que se encuentra absorbida por las dinámicas de los turistas: “Vamos a combatir el selfi introduciendo estos elementos que están fuera del control del Big Data”. Todas estas perfomances son independientes aunque forman una misma visión de conjunto, similar al funcionamiento de la serie británica Black Mirror que también comparte esta visión de la tecnología como algo oscuro y peligroso.
Además de estos recorridos por diferentes zonas de la ciudad, Metabody tiene su sede en MediaLabPrado donde durante esta semana se están celebrando conferencias acerca de la peligrosa gestión de los datos personales que realizan Facebook, Google y Amazon bajo el título Hacking Data Big Brother.
Madrid es una de las cuatro ciudades —junto a Delft (Países Bajos), Nueva York y Berkerly (EE UU)— en la que ya se han desarrollado estas actuaciones. En la capital española es el tercer año consecutivo que presentan el proyecto. Aunque éste tiene una mayor dimensión. Para 2018, Metabody creará una arquitectura de 20 metros de alto que vaya moviéndose por Europa y en la que todo el público pueda entrar e interactuar con ella. Será la cúspide de esta protesta contra el Big Data.
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